Capítulo 2. Duda y perdón

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Thor le pidió a Heimdall que los trasladara a la preciada Midgard y aquel que todo lo veía y oía accedió a obedecer las palabras de Odinson. Sobre todo, porque así podía ayudar a la necesidad del dios del trueno y al desaparecido martillo de uru.

—Me ofende tu perspectiva sobre mí, hermano.

Loki fue el primero en cruzar una palabra con el rubio luego de aquel viaje, estaban pisando tierras midgardianas, justo fuera de la base Vengadora.

Una vez más, Thor no tenía respeto por el jardín.

—Hipnotizaste mi mente para que yo fuera capaz de hacer aquello que...

—Lo llaman amor, Thor —interrumpió Loki, deteniendo el paso también y haciendo que el nombrado replicara su detener—. Los mortales lo llaman hacer el amor.

—Yo confiaba en ti, Loki —Hizo frente el rubio, hablando con el corazón en la mano—. Pero me es inconcebible que justo después de estar contigo le haya pasado esto a Mjolnir —añadió para finalizar la conversación.

Pronto el dios del trueno entró a la base.

Thor era firme en sus decisiones. Creía que Loki podría ser la mente maestra de todo ese mal momento que solamente le hacía gracia al pelinegro, pensaba que tal vez el endulzarlo con esos besos y esas caricias era parte de un malévolo plan. Pero también confiaba en él y en sus palabras, era una mitad y mitad. De un lado hablaba el amor y la confidencia, mientras que del otro lado, hablaba el guerrero desconfiado.

Es por eso que trajo al dios de las travesuras a la base Vengadora, justamente con...

—¡Beach boy! —exclamó el hombre de hierro a forma de saludo. Se hallaba platicando con la señorita Potts en recepción. Happy los esperaba a un par metros distanciado de ellos brindándoles privacidad—. ¡Loki! —dijo entonces, eliminando la sonrisa que había dibujado gustoso.

Thor mantenía un aire concentrado, trascendental, formal. Mientras que Loki, al escuchar su nombre saliendo de la boca de Iron Man, sonrió de manera tan maquiavélica con la intención de que el resto de presentes pudieran sentir escalofríos o, si quiera, una incomodidad recorriéndoles por el cuerpo.

—Necesito ayuda de tu tecnología, Tony —dijo Thor enseguida, con Loki tras él pero aún así visible.

—Mm, está bien... —expresó Tony a penas, con semejante extrañeza y una expresión cómica que hacía reír a la señorita Potts—. Espérame en la sala de estar, ya sabes, segundo piso —Le guiñó el ojo, para devolver su vista a Pepper y comunicarle que lo esperara.

El dios del trueno comenzó un camino hacia el sitio del establecimiento mencionado, su rostro reflejaba que estaba pasando por una situación agravada, sobre todo porque de verdad era así. Lo que los trabajadores de la asociación no se esperaban era que no se trataba de Loki en sí, sino, del martillo.

—¿Cómo que lo perdiste? —preguntó el doctor Banner, con los dedos de sus manos entrelazándose inconscientemente a la altura de su abdomen.

Banner se mantenía de pie, Rogers en un sofá al igual que Barton y Romanoff. Thor y Loki, de igual manera como Banner, de pie, al otro lado de la sala.

—Pero nadie puede levantarlo, de ser así, tú ya no serías digno de los poderes que conllevas —opinó Rogers, no muy convencido de lo que el dios les informaba, sentado en uno de los sillones individuales.

—¿No lo dejaste en la ducha, acaso? —El agente Barton tuvo su turno de hablar, los presentes voltearon a verlo haciéndole entender que había sido imprudente.

¿DÓNDE ESTÁ MJöLNIR? | THORKI, FANFIC (MARVEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora