¿Qué será? - Por Piero Sandcastle

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Al salir de la escuela fui directamente a casa a meditar lo que había sucedido en la formación. Daniel y sus ojos azules. Quizá esa mirada fue para mí, o quizá estoy imaginándome cosas después de lo que sucedió entre nosotros. No es que haya sido lo más grande del mundo, pero o sea un beso te lo puede dar cualquiera, ¿no? – pero un beso de alguien que te gusta, es sin lugar a duda, lo más romántico que puede pasarte.

Adriana se iba de viaje por fin de año. Todos los años lo hacía. Eso era normal para su familia, pero para la mía era la misma comida cada fin de año y las mismas tradiciones. Pero esta vez no quería que fuera así. Mateo, uno de los chicos que me gustaba me había dejado su firma en mi camisa. Y bueno sí, Mateo y Daniel estudiaban juntos. En realidad los tres estudiábamos juntos. Solo que no teníamos una gran comunicación. Después de haber revisado mi instagram, mi mamá me dice que alguien había venido a casa.

- Piero, tienes visita – lo dijo mientras tocaba la puerta de mi cuarto.

- ¿Qué? Adriana ya viajó. ¿Quién es? – mientras leía un artículo sobre las mejores poses para un buen perfil de instagram.

- Es un chico de tu salón. Se llama Daniel

¿Quéeeeeeeee? ¿Qué hacía Daniel Zuninno en mi casa un sábado por la mañana mientras yo estaba aún en pijamas?

- ¿Lo dejo entrar o qué? – mi mamá me responde impaciente al no oír respuesta alguna por parte mía.

- Déjalo subir, dejaré la puerta abierta – le grité mientras me arreglaba el cabello todo alborotado después de correr de la escuela a casa.

No sabía la razón por la cual Daniel estaba en mi casa, o que buscaba por acá pero lo que sí sabía es que me ponía los sentimientos demasiado alterados porque no sabía que decirle después de lo que paso entre nosotros. Ya saben. El beso.

Yo estaba de espalda, cuando escuché un toque en la puerta mientras él decía – Hey, ¿podré entrar? Su mirada se juntó con la mía, mientras dejaba mi polo sobre mi cama y le hacía una seña para que pasara. Me sonrío con su sonrisa más tierna de niño y me dio la mano.

- Perdón si he venido muy temprano. Solo que necesitaba hablar contigo. – Tenía intriga por algo. Se le notaba en el rostro.

- Claro. ¿De qué te gustaría hablar? – le pregunté con la naturalidad del mundo.

- Lo que sucede es que el próximo fin de semana tengo una fiesta en el norte y quería ver si te gustaría ir conmigo.

¡No lo podía creer! ¿En serio era Daniel quien me estaba invitando a una fiesta? O sea sé que mis padres jamás me darían permiso, pero podría persuadirlos, hasta chantajearlos para que así sea pero el punto era que el chico con quien tuve mi primero beso me estaba pidiendo ir a una fiesta con él el próximo fin de semana.

- Pero ... espera. ¿Soy yo en realidad a quien quieres invitar? – le dije mientras me apuntaba a mí mismo.

- Claro que sí. Siento que debemos hacer algo diferente esta vez, ya que tú siempre te quedas en casa a vísperas de año nuevo.

- Sí sí, y pues pensaba hacerlo pero hay un pequeño detalle que quizá no has pensado.

- ¿Y cuál es?

- Mis padres.

A mi corta edad, 17 años, no iban a dejarme salir ni a la esquina. Ya saben cómo son los padres cuando tienen un único hijo. Lo sobreprotegen demasiado, y bueno yo no iba a ser la excepción. A pesar de no ser hijo único claro está. Solo que mi hermano ya no cuenta como hijo para mis papás. 

- Podríamos pedirle permiso. Les diré que iremos con mis padres – lo dijo entusiasmadamente como si supiera que ellos me dejarían ir con él. Lo cual no era posible.

- No creo que sea buena idea. Mis papás no son tan liberales como los tuyos. Ellos no dejaban que me bajará de mi andador cuando era bebé. Creían que podía golpearme o hacerme algún moretón.

- Entonces busquemos la manera de ir juntos – me dijo mientras sostenía mi mano y me miraba fijamente con sus ojos azules.

- ¿Pero qué podríamos hacer? – lo miré preocupado, como si quisiera ir. Y en realidad sí quería ir. Quería pasar un gran fin de semana con él, pero no se podía.

De pronto él salió con una idea disparatada. Aunque en realidad no es tan disparatada después de todo. Creo que alguna vez en la vida de cada uno de nosotros, se nos ha cruzado esta idea que muchas veces deja preocupado a más de uno.

- Escapémonos juntos. – No lo podía creer. Daniel quería que me escapara con él para ir a una fiesta de casi fin de año. Was he crazy?

- ¿Estás demente? – lo miré asombrado. ¿Crees que no estarán buscándonos después?

- Ya estaremos lejos. Además solo serán dos días. Bueno tres. Vamos Piero, es nuestra oportunidad de hacer algo loco juntos.

Me quedé helado por un momento, pero dentro de mí sentía una gran atracción hacia Daniel. Me gustaba desde hace tres años. Lo conocí por un trabajo grupal que hicimos. Él era muy cortés, me ayudaba con los ejercicios de química que no podía resolver. Siempre le haya una solución a un ejercicio que no podía hacer yo mismo. Siempre le encontraba la solución a algo. Y bueno esta vez, no era la excepción.

Me acerqué a él y con la mirada más tonta del mundo simplemente le dije – Está bien, hagámoslo. 

The next chapter is going to be long 😲

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