Esclava de Amor

Capítulo 4: Condones y mariposas.

Nicol

Soy una estúpida. No. Soy una completa inútil.

¿Como puede ser posible que me logre intimidar un sujeto con traje?
Me siento como la chica más lela del mundo, no puedo creer que haya perdido el maldito bolso de esa maldita rubia de ese maldito restaurante.

Y lo que más vergüenza me da es saber que, no simplemente quede como una idiota en frente del sujeto, si no que también me vio cargando con varios tampones. ¡Que Vergüenza! Viéndome así, cualquiera pensaría que me viene como a una cascada cada mes y no es así. Había comprado varios tampones porque se que a Beatriz también le llega la regla el mismo día que a mi.

¡¿Cómo diablos iba a saber que me encontraría con un tipo condenadamente atractivo?!

Lo bueno es que lo que tiene de lindo también lo tiene de idiota.
Tampoco puedo creer que me haya amenazado con llamar a la policía.
Es un desgraciado, estuve a tan sólo unos segundos de golpearle todo lo que se llama cara.

Lo genial es que ya no lo volveré a ver en toda mi vida, seria una vergüenza volvermelo a cruzar por la calle. Se que no lo voy a volver a ver, estoy 100% segura de eso.

Ahora estoy sentada como indio en el suelo de la pieza que comparto con Beatriz, al lado de la cama jugando cartas con mis amigas.

_ ¿Puedes decirnos que demonios fue lo que paso?_ me pregunta Maira haciendo una bajada de diamantes.

Cuando les conté toda la situación no se enojaron como pensé que lo arian, si no que se rieron de mi. La única que estaba enojada conmigo, era yo.
Pero era mejor no hablar de eso, así que la mande a callar.

_Sshhh....no quiero hablar del tema_ le dije acomodando mis cartas, que eran horribles por cierto, solo tenia para hacer una sola bajada.

Continuamos jugando tranquilamente hasta que note que Beatriz me miraba raro. ¿Y a está que le pasa?¿acaso tengo algo pegado en la cara o que?

_Mmm..._ dice ella llamando la atención de Maira.

_ ¿Por qué me miras asi?_ le pregunte.

_Porque te conozco y se que algo nos ocultas_ me dice haciendo una bajada.
¡Puta madre! Parece que solo a mi me tocaron cartas horribles

_No les oculto nada_ les digo al final.

Si les ocultaba algo, no les había dicho que el chico quien me arrebató el bolso era condenadamente atractivo.

_Si claro y yo soy la Reina Isabel_ me dice Maira aventandome una almohada en la cara.

_Vamos, la familia no se oculta secretos_ esta vez la que protesta es mi queridisima hermana.

_Es verdad Nicol, tienes que decirnos lo que te trae tan nerviosa_

¿Nerviosa? ¿me lo dicen a mi? ¡No estoy para nada nerviosa! Solo porque estoy aquí sentada en el suelo de nuestra pieza, jugando cartas con tan solo una remera enorme puesta, no significa que este nerviosa.....¿o si?

_ ¡No estoy nerviosa!_ les grito agarrando una carta del mazo. Uhu...¡Un maldito Mono!

Maira me mira muy alegre y como si fuera uno de esos malditos payasos que vienen dentro de una caja musical, empieza hacer esos movimientos, mientras me grita con un entusiasmo:

_ ¡Oh, por Dios! ¿conociste a alguien que te vuelve loca?_

¡Y si que me vuelve loca! ¿a quien no volvería loca con esos hermosos ojos grises? ¿quien no quisiera tocar su cuerpo tonificado con ambas manos?¿a quien no le gustaría repasar cada parte de su cuerpo con besos? Ya me lo imagino, tumbado en una cama con su pecho al descubierto, mientras le paso chocolate derretido por el torso y lamo cada gota de este.....