La guerra por fin había terminado, el bien salió victorioso y un mal de tantos años al fin se había destruido para siempre.
Pero no se respiraba alegría, a pesar de haber salido victoriosos, el famoso trio de oro no celebraba su hazaña.
Ellos ganaron la guerra, si, pero perdieron demasiado en el proceso. Ya no estaba Lupin, Tonks, Fred, Sirius, y tantos otros que por aquel anhelo de libertad y dejar de sentir temor, dieron su vida.
Por eso ellos no celebraban nada. Solo sentían el dolor de la triste perdida. Pero en especial había alguien que sentía que sufría mas que nadie. Hermione Granger. Ella padeció en la guerra, fue torturada por Bellatrix Lestrange y como cereza del pastel, a pesar de todos sus esfuerzos por protegerlos, sus padres estaban muertos, victimas innecesarias de la guerra.
Después de lo ocurrido, todos se fueron a vivir a la madriguera. Ninguno de ellos quería estar solo, aparte de que sentían que debían estar con Molly, quien consolaba como podía a George por la pérdida de su gemelo.
Ver a esa maravillosa familia era deprimente, todos con un semblante apagado y sin vida.
Esa mañana se encontraban en el comedor, preparándose para desayunar. Molly preparaba los alimentos mientras Harry y Ron colocaban la mesa, en silencio, solo se escuchaba el sonido de los platos y los cubiertos al chocar, ya no había conversaciones graciosas ni bromas.
Como en cada comida, Ginny subía a la habitación de Hermione a buscarla, para tratar de que bajara a comer.
-Voy a buscar a Hermione- le dijo a su mamá.
-Si cariño- contesto Molly tratando de sonreírle a su hija, sabia que como cada dia bajaría triste porque Hermione no saldría de su habitación.
Ginny no perdía la esperanza de lograr bajar con Hermione, desde que llegaron a la madriguera, hace aproximadamente 3 semanas, Hermione solo salió un par de veces y de ahí nunca más.
Así que subió las escaleras como siempre y se acerco a la puerta de la habitación de Hermione.
Toco un par de veces.
-¿Hermy? Ya está el desayuno, ¿Por qué no bajas? Te hará bien salir un rato de la habitación. – le dijo Ginny a Hermione.
-No Ginny, no tengo hambre- respondió cortante Hermione igual que siempre.
-Vamos Hermione por favor, llevas muchos días ahí encerrada- comenzó Ginny a llorar -¿Acaso quieres morir tu también?- dijo desesperada -Vamos Hermy por Merlín, todos te extrañamos y sé que es difícil, pero queremos verte bien de nuevo.- Ginny ya no pudo contener las lágrimas y lloro desesperadamente.
Hermione desde adentro también lloraba, sabia que Ginny tenia razón, a pesar de todo tenía que seguir viviendo, tenía que seguir adelante. Pero sentía tanto dolor en su corazón que no sabía cómo lo lograría.
-¿Hermione?- intento Ginny por última vez.
No recibió respuesta, así que como siempre estuvo a punto de dar media vuelta y bajar al comedor sin ella como siempre.
Pero algo llamo su atención de vuelta a la habitación de Hermione, la perilla de la puerta rechinaba como si quisiera abrirse y así sucedió, la puerta se abrió de par en par y Ginny abrió los ojos como platos, no podía creer lo que veía, en primera porque después de tantos días veía a Hermione de nuevo y la segunda porque no reconocía a su amiga.
Hermione tenía el cabello más enmarañado que nunca y sucio, como no comía prácticamente nada estaba literalmente en los huesos, su semblante sumamente demacrado, sus ojos llenos de ojeras, daba miedo solo de verla, y vestía su pijama de osos que solía usar en Howarts, pero el rosa bonito que solía tener estaba opacado por lo sucia y usada que estaba.
-¿Hermy?- dijo Ginny con temor y desesperación al ver a su amiga.
No podía creerlo. E internamente se reprochaba verla en ese estado, por su mente pasaba que en parte era su culpa debía de haberla obligado a salir antes de ahí, debía haberla obligado a comer. Gruesas lagrimas caían por sus ojos azules.
Hermione forzó una sonrisa en su rostro, lo cual la hizo ver más tétrica de los que se veía. Iba a responderle algo a Ginny, pero inesperadamente cayo desmayada al suelo.
-¡Hermione!- grito Ginny con tanta fuerza y desesperación que todos en la casa la escucharon.
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Molly había terminado de cocinar y estaba sirviendo da comida en los platos.
-A comer chicos- les dijo a los muchachos, pero sin mucha alegría en su voz.
Los chicos tomaron sus lugares y comenzaron a comer.
Molly solo los observaba, viendo los lugares vacíos. Quería llorar amargamente la perdida de su hijo, pero hacia el mayor de sus esfuerzos, debía mantenerse fuerte para apoyar a George.
Estaba a punto de sentarse a comer con ellos cuando un grito aterrador la sobresalto.
-¡Hermione!-
Molly miro a los chicos, quienes no dijeron palabra alguna, simplemente se levantaron corriendo, subieron apresurados las escaleras y se estremecieron al ver lo que pasaba.
Ron quedo impactado.
-Gi-Ginny- ella volteo a verlo -¿Esa es Hermione?
-Claro que es ella idiota- dijo Ginny muy enojada.
-Es que no se parece.
-Por Merlín Ron ¿Vas a seguir diciendo estupideces o me vas a ayudar?- pregunto Ginny, mirando a todos, ya que desde que llegaron hasta ellas ninguno se había movido al ver a Hermione en ese estado y además tirada en el suelo.
El primero en acercarse fue Harry.
-Ginny ¿Qué fue lo que paso?- pregunto sin dejar de mirar a Hermione, no podía creer lo que veía, igual que Ron, no podía creer que la mujer que estaba en el suelo era su amiga.
-No lo sé Harry- le contesto ella -Yo vine a buscarla como siempre, me dijo que no bajaría, me puse a llorar, le dije que, si quería morir también y dejarnos, no respondió así que iba a bajar de nuevo cuando escuche la puerta abrirse ella iba a salir, pero de repente simplemente de desplomo en el suelo y no reacciona- le explico a Harry a toda prisa. -Por favor ayúdame a levantarla.
Harry la ayudo a tratar de levantar a Hermione del suelo. No les costo trabajo alguno debido a la exagerada perdida de peso de la chica.
Harry se dirigía con Hermione de vuelta a la habitación para colocarla en su cama, pero una voz entrecortada lo detuvo.
-No-no Harry- le indico Molly, que ya había subido a ver qué había pasado -Llévala al cuarto de Ginny, lo mejor será limpiar el de ella- su voz se oía quebrada, se notaba que aguantaba las ganas de llorar al ver a la pobre chica en ese estado.
-Si está bien- respondió Harry.
-Vamos- dijo Ginny apresurando a Harry.
Ron se quedo petrificado, no supo que hacer, no podía creer que esa chica que se veía en tan mal estado fuera Hermione. Donde estaban sus bellos rizos rebeldes, sus hermosos labios carnosos que beso cuando estaban en plena batalla, sus lindos ojos como la miel y sus mejillas rosadas.
-“¿Qué fue lo que paso?”- es lo único que pasaba por su mente.
Por otro lado, George solo fue un espectador, entendía lo que le pasaba a Hermione, sino fuera por su madre y los hermanos que le quedaban, estaba seguro de que estaría en el mismo estado. Así que cuando vio que pasaba y que ya se habían llevado e Hermy, dio media vuelta y bajo las escaleras de vuelta al comedor, dejando a Ron estupefacto e inmóvil.
Harry al fin llego con Hermione al cuarto de Ginny, la coloco sobre la cama, pero la chica aun no despertaba. Ginny la acomodo bien y le coloco la almohada debajo de su cabeza. Molly entro después que ellos para ver a Hermione.
Harry se coloco aparte, en el marco de la puerta viendo lo que pasaba.
-Mamá- dijo Ginny con lagrimas en sus ojos – ¿Qué vamos a hacer? Tenemos que ayudarla, no puedo perder a la única hermana que tengo -dijo Ginny, quien sentía un gran cariño por ella y le dolía tanto verla así, internamente se seguía reprochando que tenia mucha culpa por el estado de su amiga.
Molly ya no pudo mas y al igual que su hija comenzó a llorar.
-Tranquila nena, ella va a estar bien te lo prometo- calmo a su hija limpiándole las lagrimas que caían por sus mejillas.
-Pero mamá, por Merlín, mírala ella no va a estar nada bien, no se mueve creo que ni siquiera respira- lloro aún más fuerte.
Molly se acercó a Hermione preocupada por lo que acababa de decir su hija, pero para alivio suyo aun respiraba, aunque con mucha dificultad.
-Aun Respira Ginny- la consoló, y volteó a ver a Harry quien estaba ahí parado nada más mirando a Hermione e igual que todos sin creer lo que veía.
-Harry- dijo Molly, pero el chico pareció no escucharla -¡Harry!- dijo más fuerte, esta vez logrando captar la atención del chico, quien solo volteo a mirarla.
-Harry, baja, usa la chimenea y ve a San Mungo, trae un Medimago para que revise a Hermione- Harry miro a Hermione y de nuevo a Molly -Harry ¿entendiste lo que te dije?- Harry asintió y salió deprisa de la habitación.
Bajo corriendo los escalones, se dirigió a la chimenea y sin pensar nada tomo los polvos flu entro en ella y muy claro dijo San Mungo.
Molly miro a Ginny que estaba sentada sobre la cama aun lado de Hermione sosteniendo su mano.
-Esta helada- le dijo a su mamá.
-Ella estará bien- fue todo lo que le dijo, acaricio su cabello y salió de la habitación.
Se dirigió a la habitación de Hermione. Entro y percibió un ligero, pero molesto olor a mugre. Inspecciono toda la habitación y le sorprendió encontrar un escusado, al parecer Hermione lo había conjurado para no tener que salir de la habitación, pero solo había eso, no había bañera ni nada. Ahora entendía porque el aspecto de la chica y el olor.
Sin pensarlo más, quito la ropa de cama y bajo con ella para lavarla. Lo hizo rápido y subió con escoba, paños, cubeta y demás utensilios para asear la habitación mientras Harry regresaba con el Medimago.
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Eres Mi Luz (Draco Y Hermione)
FanfictionLa guerra mágica había terminado, todos eran libres del mal que los rondaba, pero no todo era felicidad. En especial para dos corazones solitarios que sentían que nadie sufría más que ellos. Pero por azares del destino estos corazones se unen y logr...