Amigas de Nuevo

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El dolor de cabeza me despertó la mañana siguiente, sentia que me explotaba la cabeza y el sol me lastimaba los ojos.

Me aferré a las sábanas y me tapé la cara por unos segundos, después gire a la mesita de noche donde se encontraba una pastilla, un vaso con agua y una nota. Tome las pocas fuerzas que tenía y me senté en la cama, tomé la nota y la abrí.

Querida Kath:

Hoy tengo cosas que hacer junto con mi padre y por más que no quiera ir es mi responsabilidad asistir, nos veremos en la cena.

Con cariño, Joe.

Me tomé la pastilla para que se me pasará el dolor e intenté verle el lado positivo a lo que pasaba, Joe me había dejado para ir con su padre, ¿Qué lado positivo había en eso? 

¡Fantástico tendré un día para mi sola! por más que lo repetía una y otra vez, no me animaba en lo más mínimo.

Tome una ducha para remover el olor a alcohol, y me arregle un poco. Al verme al espejo ya no lucia tan mal, cepille mi larga y ondulada cabellera oscura para después recojerla con una liga.

La mañana se pasó rápido, leí un libró en la terraza de la suite y fui al spa para relajarme un poco. Ya comenzaba a ser la hora de la comida y todavía no decidia si salir a comer a la cafetería o comer sola en la habitación. Ya habian pasado varios dias desde que el barco había salido de la costa y seguía evitando a la gente, especialmente a mis amigos. Era hora de salir y socializar un poco más con alguien que no fuera Joe.

Caminé hasta el pasillo que daba a la cafetería cuando vi una cabellera güera que llamó mi atención, era Isabella, sus lacios y güeros cabellos brillaban a la luz del sol y sus ojos se confundían con dos lagos color azul marino. Isabella al verme me sonrió y yo hice lo mismo, ya era tiempo de arreglar las cosas.

De pronto Ximena y Claudia aparecieron en el pasillo, ambas viendome algo sorprendidas. Ximena corrió a mi dandome un fuerte abrazo, mientras que Claudia me observaba con los ojos como platos.

-Hola chicas- dije con algo de nervios.

-Creimos que ya no te volveríamos a ver- habló Isabella con voz de tristeza.

-¿Dónde te habías metido?- preguntó Ximena preocupada, de repente todas sonrieron pícaramente -O mejor dicho, ¿Con quién?-

Oh no, ellas sabían de Joe, pero...¿Cómo es que sabían de el? ¿Me habrían visto besarlo en aquel atardecer? Al recordar ese momento  esboce una sonrisa, pero otros pensamientos llegaron a mi, haciendo que olvidara esos ojos azules.

Mi mirada era de confusión y al parecer ellas lo notaron. -Vamos Kath, sabemos del castaño con quien te la has pasado y debo de decirte que Eduardo no esta  feliz con eso-

-¿Como se enteraron?- Mi cara se tornó seria y me crucé de brazos.

-Una noche Ed se canso de no saber nada de ti, estaba muy preocupado y salió a buscarte, al poco tiempo regresó muy enojado diciendo que te encontró saliendo del bar en los brazos de un castaño y que ambos entraron a la misma habitación-

Quede perpleja sin saber que decir, talves había arreglado las cosas con mis amigas pero faltaba Ed, y ahora las cosas se habían complicado.

-Esta bien les contaré todo, pero vamos a comer que muero de hambre-

Las cuatro entramos a la cafetería y nos sentamos en una de las mesas pegadas al barandal para tener una mejor vista del océano, poco tiempo después los niños llegaron y comenzaron a acercarse hasta que Ed choco con mi mirada y de un movimiento brusco se dió la vuelta y se terminaron sentado al otro lado del cafe y Ed se sentó dandome la espalda, ¡Genial! Era lo que me faltaba, Ed sí se había enojado.

-Y bueno, ¿nos vas a contar quien es el chico misterioso y como lo conociste?-

Paseaba por mi memoria recordando a detalle todos los increibles momentos que había pasado con Joe, pero en lo que no dejaba de pensar era en aquellos ojos azules y aquellos risos castaños que hacían latir fuerte a mi corazon y sin poder evitarlo esbocé una tonta sonrisa.

-Se llama José, lo conocí cuando bagaba por el crucero- mentí - Y el me ofreció quedarme en su suite por las noches que fuera necesario y sí, me la he pasado con él estos últimos días.-

Pasamos toda la tarde platicando de lo que cada una había hecho y de lo cuánto extrañábamos estar juntas sin pelearnos, evitarnos o sentirnos culpables cada vez que nos veiamos.

-Kath, ¿vas a arreglar las cosas con Ed?-

-Honestamente no lo creo, las cosas están dificiles y ahora él es el que está enojado, si intentó arreglarlo, todo va a terminar peor.- clave la mirada en el suelo.

-¿Lo extrañas?- preguntó Claudia

-Sí y mucho, en verdad lo quiero y sé que necesito hablar con el pero no sé como- una lágrima cayó por mi mejilla.

-Cambiando de tema- dijo rápido Isabella -¿Con quién la pasarás mañana? Te recuerdo que es 14 de Febrero-

¡Rayos! Se me había olvidado por completo. 

-Lo más probable es que sea con Joe- dije con naturalidad

-¿Que te parece si en la tarde la pasas con nosotras y en la noche con "Joe"? Vamos Kath, apenas y te hemos visto desde que llegamos, es hora de que pasemos tiempo juntas, ¿si?-

-Esta bien, y ¿qué les parece si hoy cenan con Joe y conmigo en la suite?-

Un amor embarcadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora