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Cuando Villain, Gaho y Hahn regresaron al pueblo, Jae no pudo decirles aún como era el rostro de su misteriosa vecina.

Aunque el tiempo se había serenado, la luna salía tan tarde que Min y Jae se retiraban antes que la reina de la noche esparciese su luz de plata sobre la tierra. Parecía que ambos jóvenes ponían especial cuidado en no encontrarse en calles o paseos, lo que nada tenía de particular, porque Min no abandonaba jamás su vivienda. En cuanto a Jae, a causa del luto por su tío, no iba a ninguna diversión, y únicamente visitaba a sus amigos. Estos se Alejaron de nuevo de aquel, prometiendo a Jae volver a verle pronto.

Así estaban las cosas, cuando el joven se dedicó por fin a decir a Min que la amaba, teniendo la inmensa satisfacción de saber que era correspondido. Fueron aquellos unos amores por demas extraños. Se hablaban de noche, no Se conocían, parecían desear verse.

El comprendía que ella era alta, esbelta y elegante, pero no podía descubrir sus fracciones; ella creía adivinar que el tenía mediana estatura, que su porte era distinguido, pero ignoraba si era feo o hermoso ¿ Que les importaba esto? Su amor tenía mucho de ideal y algo de fantástico, ambos soñaban con la belleza del alma, importandoles poco su envoltura; pero esto no se lo decían jamás, y los dos vivían en un error del que nadie podía sacarles.

Jae tenía un criado que le profesaba verdadero cariño, y Min, como ya hemos dicho, dos viejos servidores que la habían conocido desde niña. Los tres criados se hablaban con frecuencia, y un día por la mañana se hallaron en la calle la anciana domin y el buen roy.

-¿Que tal está tu señora? -pregunto el
-algo delicada -respondió ella-;¿Y tu señor?
-Mi amigo sigue bueno -contesto roy.
-¿Cuántos años hace que estas al servicio de la señorita Min?
- veinte; tenía ella cinco años cuando entre a su casa; la quiero como si fuera una hija mía. Quedó huérfana muy niña y era ya muy débil y enfermiza; ahora se ha fortalecido algo; pero los médicos me han dicho en secreto que no vivirá largos años. No se como podré estar sin ella.

-Y... ¿Es hermosa tu ama? ¿Como son sus cabellos?
-Así...rubios.
-¿Y sus fracciones?
-No me he fijado.
-¿Como son sus ojos?
-¿Sus ojos? ¡Ah! No se. Y tu señor, ¿Como es?
-Cómo otros muchos hombres respecto a la figura; pero ¡Es tan bueno! ¡No quisiera cambiar nunca de amo!
-¡Ojalá tuviéramos los mismos señores! -suspiro Domin.
-¡Ojalá! -repitió Roy.
Y ambos se separaron tristes y pensativo.

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⏰ Last updated: Oct 09, 2018 ⏰

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