Pareja:
Midoriya Izuku × Bakugo Katsuki (fem)Edades: 20 y 16 años
Ambito: Sin quirk
Genero: romántica
Apto: Para todo
—Eres una maldita perra, Bakugo
—Aahh!!!
—Estúpida, te gusta estar con los novios del resto ¿verdad?
—Que mierdas hablas
—Vi cuando saliste del salón Shindo
—Yo no tengo la culpa que tu estúpido novio sea tan malo en geometría que me pida ayuda
—Mentira vi como el salía arreglaba la camisa
—Estamos a casi 30° de calor estúpida, se había quitado la camisa
—Entonces ¿no niegas que te acostaste con Él?
—El calor fundió tu cerebro, claro que no estúpida
—Mentirosa
—Llámalo ahora y que me diga en mi cara si me revolqué con ÉL.
El resultado de aquello fue que, Él chico "presumió" de algo que no hizo y su novia se enteró, lo llamaron y tuvo que negarlo.
Katsuki le dio tremenda paliza que a Shindo le quedo tres costillas y una nariz rota.
Ella estaba con la blusa tironeada y rota, algunos botones desprendidos, agradecía a su madre por obligarla a usa esos horribles sujetadores deportivos, así que nadie noto nada extraño por la calle.
Fue a un parque a curarse sus heridas y reponerse, ya explicaría a su papá lo que paso, Masaru era muy sobre—protector con su princesa.
Cuando se vendo el antebrazo, se asustó porque escucho palmas y gritos de niños, cuando la multitud se apartó, lo vio.
Un joven sentado en una banca con una guitarra, y una charolita con dinero.
No le dio importancia, tomo su medicamento y compro unos dulces picosos, cuando estuvo a punto de irse, lo escuchó
Se oía tan melodioso, tan hermoso, ver como tocaba aquellas cuerdas como si las acariciara y amara en cada toque, un raqueteo con ritmo, algo precioso.
Se acercó y vio a joven algo mayor, estaba algo curiosa y se acercó sin hacer ruido.
Cuando el joven termino, respiro profundo y exhaló fuerte.
—Si me sigues mirando me derretiré, ¿quieres eso?
Katsuki se quedó fría, porque le decía eso
—No es cierto
—Claro que lo es siento tus ojos clavados en mis manos. Lo siento así
—¡Mentira! Y ¿cómo aprendiste a tocar?
—Hace poco, ya que mi condición me lo permite, me esfuerzo
—¿Condición?
Se guió por su voz y la miro, alzo sus lentes negras y ella pudo dilucidar, dos ojos verdes pero cubierto con una película, que los hacia ver apagados y sin vida.
— Soy ciego de nacimiento, aprendí a guiarme por sonidos.
— Lo siento
— No tendrías porque, seguro cuando yo nací, ni siquiera tus padres se casaban
Ella lo miro con sorpresa
— ¿Cuántos años tienes? —pregunto tímida
—20 años, recién cumplidos hace un par de semanas, ¿y tú?
—16, los cumplí hace dos meses
Extendió su mano como saludo —un gusto, mi nombre es Midoriya Izuku
Ella dudo, pero hizo lo mismo
—Bakugo Katsuki, el gusto es mío tam-también
Y así inicio algo hermoso, una amistad que floreció con los años, que se convirtió en amor.
Luego en pasión y lujuria, como resultado de aquello tuvieron 3 hijos, Izuku agradeció a lo más sagrado del mundo que ninguno de sus hijos nación con su mal.
Una familia que surgió de la curiosidad de una niña por aquel muchacho que a pesar de su condición siguió adelante.
Que su ceguera no fue impedimento a nada, para conseguir lo anhelado.