Don't Disappear ; Pentagon/WooHo

O4

La noche anterior había dormido en el sillón, tenía muchas ganas de dormir con mi hyung, abrazados de cierta forma, pero imaginaba nuestros rostros sonrojados encontrándose en la mañana, para mí sería como un verdadero sueño, pero posiblemente él pensaría que yo había abusado sexualmente de él. ¿Se nota que me he enamorado perdidamente de JinHo? Pasó todo demasiado rápido, pero aún así me siento capaz de escribir mil líricas, y cada una de ellas trataría acerca de cada hermosa parte de él, escritas con las palabras más hermosas y adecuadas, porque serían acerca de él, y él es exactamente eso, alguien hermoso.

Podía recordar casi todo lo que había pasado, sobretodo aquella escena que había pasado con JinHo en el baño, toqué mis labios por instinto y sonreí, si él no recordaba nada no importaría realmente, porque aquella hermosa que sintió mi corazón no me la quita nadie.

Escuché unos ruidos provenientes de mi habitación, me levanté del sillón y me introduje en ella, JinHo estaba sentando con la mirada perdida, ojos más rasgados que nunca y el cabello despeinado. Me miró a los ojos por un instante y los desvió automáticamente, con un notorio color rojo en sus mejillas, me miraba de reojo rápidamente de a ratos mientras estaba cabizbajo, sonreí un poco por la ternura mientras me recostaba en la puerta.

-Buenos días, hyung.- Solté con una voz algo más profunda, ya que había despertado hace muy poco.

-Uhm, b-buenos días.- Él seguía con la misma mirada, aunque algo más alerta, supuse que se había dado cuenta de que no estaba en su habitación, y mucho menos en su propia casa. Caminé hacia él y me acerqué un poco a su rostro, él se hizo un poco para atrás por la sorpresa con una leve separación entre sus labios, me quedé observándolos un momento y me alejé.

-Ehm, bueno, ¿Quieres desayunar?- pregunté mientras me sentaba en una esquina, él se levantó rápidamente y negó con la cabeza, recogió su ropa rápidamente.

-C-creo que ya fuí una carga muy grande, gracias por dejarme quedarme aquí, debiste dormir muy incómodo.- Debía admitir que se veía muy lindo con mi camiseta, la cual le cubría los muslos dejando ver sus piernas blancas. Al momento en que caminaba hacía la salida de la habitación se detuvo en seco y volteó a verme, se quedó así por unos segundos. -Oye, ¿D-dormiste conmigo anoche?- Preguntó, yo reí por su pregunta que combinaba perfectamente con su rostro de preocupación.

-Tranquilo, dormí en el sillón, y el baño queda a la derecha.- Él salió rápidamente junto con su ropa en brazos, la cual yo había dejado ordenadamente encima de la cama.
Pude escuchar que cerró la puerta del baño con pestillo, me recosté rápidamente en mi cama con una sonrisa mientras abrazaba la almohada con la que había dormido mi hyung esa noche. Cielos, realmente estoy volviendome un obsesionado, qué horror.

Me obsesioné tanto contigo, que la gran felicidad que un día sentí se volvió contra mí.

J I N H O

Mis sentimientos estaban hechos un lío, me deslicé hasta quedar sentado dando la espalda a la puerta, apreté mis labios mientras ahogaba un pequeño grito, pensé que había tenido un momento de lujuria, pero fue más que eso, fue algo diferente, algo, ¿Mágico?, algo tierno, se sentía como una ilusión, algo difícil de describir con simples palabras. Cubrí mi rostro al recordarlo.
Me cambié rápidamente y doblé la camiseta con cuidado. Salí del baño y me dirigí hacia la salida.

-Oye.- Escuché detrás mío, volteé. -¿Quisieras... Salir otro día al karaoke con unos amigos?- Se le notaba avergonzado con la mirada fijada en mí esperando una respuesta.

-Claro, hablamos por chat cuando quieras.- Le sonreí de forma amable olvidando toda la vergüenza. -Muchas gracias por, ya sabes, dejar que me quede anoche.- Dejé su camiseta encima de la mesa y salí por la puerta con paso lento, dejando ésta abierta.

Wooseok

Observé su pequeña figura alejarse de mi hogar, y cuando estuvo lo suficientemente lejos, salí rápidamente y grité:

-¡Me gustas, JinHo!- Me quedé afuera y ví cómo su rostro dió media vuelta mientras seguía caminando con paso lento. Me regresé con una sonrisa en mi rostro, hasta que sentí un par de manos tocar mis hombros, quienes hicieron que me diera vuelta, y, para mi gran sorpresa, el dueño de ese par de manos depositó en mis labios un pequeño beso, era JinHo, me dí cuenta rápidamente y correspondí, sostuve sus pequeños hombros, él se sostenía en las puntas de sus pies para poder alcanzarme, el beso duró unos cinco segundos, él se separó y me miró directamente a los ojos, y al cabo de un pequeño momento salió corriendo de vuelta, me quedé observando su silueta que se hacía cada vez más borrosa con el tiempo. Cerré mi puerta e hice un gesto de victoria, salté, celebré, estaba totalmente felíz, él correspondía a mis sentimientos, me había besado, me besó ¡Me besó! Era el mejor 30 de diciembre del mundo. 30 de diciembre, ¡Tenía que entregar las fotografías el día de mañana! No había avanzado mucho, pero las terminaría como sea, el saber que lo vería de nuevo me daba energías suficientes.

🐥

Terminé de editar las fotografías, le envié un mensaje a JinHo, le envié las fotografías en un archivo para conservar la calidad y le pregunté a qué hora quisiera que nos encontremos para poder entregarle las fotos en físico, junto con el pago, ya que lo que hacía era algo muy informal. Me respondió rápidamente, quedamos en mi casa, lo invité a desayunar y él aceptó gustoso, nos quedamos hablando hasta tarde, sobre diferentes temas, jugamos online porque descubrimos que jugábamos el mismo juego y hasta hicimos una llamada de voz, cuando no obtuve respuesta le deseé buenas noches y corté, dormí como un bebé esa noche.

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Estaba durmiendo abrazando mi almohada muy plácidamente, hasta que el sonido del timbre me despertó, abrí los ojos extrañado y recordé a JinHo, me levanté rápidamente y me lavé el rostro en un segundo mientras que gritaba "¡Ya voy, ya voy!", salí corriendo y abrí la puerta, él estaba parado justo ahí.

-Buenos días, traje un poco de pan y mermelada.- Saludó y mencionó mientras mostraba la bolsa de papel que traía junto a otra que contenía el segundo producto mencionado. Aunque lo único que yo deseaba era algo diferente, lo observé un segundo y solté sin pensar:

-¿Podría... besarte?

Desde aquel día las mariposas en mi estómago se multiplicaron con tu sola presencia, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, ¿Ya te lo había dicho?