•Capítulo 5•

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P.O.V. Bárbara.

Estaba muy desesperada, el reloj y su lentitud no ayudaban mucho, el segundero bajaba y subía con toda la calma del mundo, como si deseara que un minuto durara una eternidad infinita. La casa se sentía tan vacía sin ella y el perfume de su cabello se esfumaba junto con el viento.

El sonido de las llaves al chocar con la chapa fue una total alegría, corrí hacia la puerta como colegiala en la salida el último día de clase.

—¡Mercedes! ¡Mi amor! —me aferré a su cuerpo como si no la hubiera visto en una década.

—Silencio, Clara nos puede escuchar —habló bajo mientras cerraba la puerta.

—Está arriba con Margarita —besé con rapidez sus labios. —Cuéntame todo, absolutamente todo.

—Sí, pero primero quiero quitarme estos zapatos que me están matando —se los retiró y los acomodó pegados a la pared a empujoncitos con el pie. —Todo el día estuve de arriba para abajo. Es muy cansado.

La pequeña diferencia de estatura que se creaba entre nosotras se me hacía de lo más lindo. Salimos al patio y nos sentamos en una banca.

—En cierta parte sí son diferentes los de ciudad, se creen muy importantes y que lo saben todo. No hacen caso y son insolentes, según Victoria me tocó el peor grupo, el más rebelde.

—No te lo puedo creer —me sorprendí por su descripción.

—Créelo, pero voy a hacer todo lo posible por hacer que sean mejores alumnos, o al menos que pasen mi materia.

—Así se habla, eres una excelente profesora, y si pudiste lidiar con otras alumnas, pondrás con estos nuevos.

—¿Por "otras" te refieres Sofía Quiroga?

—¿Quién más podría ser? —fruncí un poco los labios y desaprobé con la cabeza. —Nos trajo muchos problemas. De hecho, gracias a ella tuvimos nuestra primera pelea.

—¿Aún la recuerdas?

—Cada momento que paso contigo se queda grabado como un tatuaje en mi memoria, los buenos y los malos.

Sonrió como respuesta, me miró como respuesta.

—¿Te acuerdas el día en que nos conocimos? —preguntó brillante.

—A la perfección, yo a penas llegaba a Villa Ruiseñor, no me sabía las calles, así que decidí preguntar, los azahares del destinos me hicieron toparme a fuera de aquel con la Guillermina, y contigo, por supuesto.

—Cuando me enteré que eras la esposa del hombre que detuvo a la ex-mujer de mi papá te juro que te quise matar. Te odiaba —rió y ocultó su mirada un par de segundos.

—Qué gracioso, ¿no? Al principio nos caímos de lo peor y ahora, eres lo más hermoso que me ha pasado.

Nos besamos, sus labios eran tan dulces que si seguía así pronto mi insulina no daría a basto. Nos la pasamos conversando, riendo, respirando el amor que flotaba por el aire. Hablamos de nuestras primeras veces, en especial en las de ella, y en muchos aspectos (y no es por ser egocéntrica) yo fui su primera vez, eso me hacía suspirar.

Almorzamos, pasamos un rato con Margarita.
Le pregunté si no le molestaba que fuera hija de Nicanor, ella me respondió que no le importaba, con que fuera mía bastaba y sobraba. Después de todo era su madre, realmente su madrastra, pero eso sonaba a película de terror.

Llegamos al acuerdo de pagarle más a Clara por la situación que nos había comentado, se lo merecía ya que a pesar de estar hace tan pocos días en la casa nos había servido de mucha ayuda. 

Estábamos en la habitación sentadas en la cama, abrazadas, disfrutando de nuestra compañía.

—Estuve pensado —dijo he hizo una pausa, me separé para poderla mirar. —Podríamos ir a Viña del Mar a visitar a Joaquín antes de que se vaya a Londres. Nos podemos quedar en la hostería de mi papá, imagínate, Margarita conocería el mar —pidió con un tono de niña pequeña y con una sorrisita.

—Me parece bien, sería muy entretenido —sinceramente me emocionaba mucho poder disfrutar de esas mini vacaciones.

—¡Ay! ¡Sí! —exclamó de alegría. —Nos podemos ir el viernes después de las classes y regresar el domingo en la tarde.

—Me parece perfecto. Por cierto, nunca de pregunté realmente todo lo que pasó con Joaquín. Me pareció muy imprudente.

—Es una historia muy larga e interesante. Todo empezó cuando mi papá me mandó a ese lugar, en donde según me curaría te mi supuesta enfermedad, la "homosexualidad", que me suena lo mismo a "heterosexualidad", las dos palabras significan atracción y amor hacia otra persona. Me sentía muy sola, de hecho estaba sola, no conocía a nadie. Una semana después llegó él, no recuerdo porqué empezamos a hablar, pero la conversación fue muy fluida. Con paso de los días convertidos en semanas y las semanas en meses nos comenzamos a hacer muy cercanos, jamás había conocido a un hombre como él, era divertido, compresivo y todo lo que te puedas imaginar de una buena persona.
A fin de cuentas los dos buscábamos exactamente lo mismo, satisfacer a nuestras familias, decidimos casarnos, yo estaba muy encantada por eso, no lo amaba pero sí lo quería demasiado.
Llegamos a Villa Ruiseñor, me convencí de que me habías olvidado, que formaba parte de tu pasado. Hasta esa noche que fuiste a verme a mi casa, desearía haberte besado, pero no podía. Estabas embarazada Bárbara, embarazada, quise morir cuando lo supe y lo peor es que no sabía la razón, pensé que tu historia con Nicanor había vuelto a ser lo de antes, estaban formando una familia. Jamás había estado tan confundida en mi vida, pasé horas llorando en mi habitación. María Elsa insistía con que debía reaccionar, y lo hice, esa tarde que nos besamos en la oficina, te extrañaba tardo, y me fallé, le mentí a las personas creyendo que así me podría mentir a mí misma. Cuando nos besamos Joaquín nos vio y lo entendió todo, los dos vivíamos una mentira.

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¡Hola! Gracias por todos sus votos y comentarios.
Tengo una gran duda que no me deja dormir en paz. Hace ya varios días una chica me hizo una pregunta, yo la vi muy fácil de responder: ¿de qué color son los ojos de Mercedes (Soledad Cruz).
Me comentaba que algunas escritoras los describían como azules. Yo le contesté muy segura de mi misma que eran verdes. Mientras reveía una de sus escenas (con "reveía" me refiero a la milésima vez) le puse atención a ese detalle al que jamás le había dado la importancia necesaria. Llegué a la conclusión de que eran grises, mi cabeza hizo ¡BOOM!
Juzguen ustedes mismas y dejen su opinión en los comentarios.

 Llegué a la conclusión de que eran grises, mi cabeza hizo ¡BOOM!Juzguen ustedes mismas y dejen su opinión en los comentarios

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