Compláceme

431 9 2
                                    

Ella se encontraba caminando por uno de los solos pasillos del instituto, tenia un semblante de mierda como siempre. No quise averiguar que le pasaba ni mucho menos meterme en sus asuntos, pero, había algo que no me dejaba matar la curiosidad. Ese día se negó a interrumpir las clases, no marco asistencia y de ninguna manera le interesó llevarme la contraria con sus descabelladas hipótesis. ¿Qué tenia Atenas?, mi preocupación no era ella desde luego, era yo. ¿Porque mi mente me hacia preguntas sobre ella?,¿Qué clase de enfermo soy?. 

La hallé afuera, inhalando un cigarrillo y mirando hacia el parque, con toda esa niebla para ella sola. el viento sacudía los pinos y también su falda, tenia frió, pero se creía que la nube de humo que salia de sus labios iba a poder hasta con el congelado vaivén de la naturaleza. 

Era ruda, era imponente, era tan solo una niña. Aun se coloraba al hablar de sexo, sus pestañas continuaban siendo largas y oscuras,  tampoco era tan alta como para sobrepasar mis hombros. Una escena de aquella criatura en mi regazo vino a mi mente, ¿Qué estas pensando Alonso?, ¿Quieres que esa nena te la chupe un sábado en la mañana?, perverso. 

No podía regalarle rosas, ¡me las echaría!. Tampoco bombones, no le gusta el chocolate. ¿Qué tal engañarla con películas?, por favor, ni estúpida que fuera. Los chicos de esta generación por poco nacen con la cura del VIH en la cabeza, y yo pensando que aun se ilusionaban con Barbies. 

_Hola...profesor._  La nena ruda se me acerca comiendo mentos de fresa y desabotonando un poco su blusa. 

_¿Que quieres Atenas?_ respondí ojeando un libro, (erótico), por supuesto. 

_"Memorias de una Geisha"_ dice la joven muy atenta observando mi libro. Enseguida lo cerré y la mire directamente a los ojos. _¿Tienes que saberlo todo?_ reproché. 

_¿Puedo leerle su mano profesor?_  sus pequeñas manos tomaron las mías sin necesidad de mi aprobación, al parecer no le importaba nada de lo que yo pudiera pensar, solo se acomodo un poco entre mi escritorio y allí comenzó su trabajo. 

_Manos fuertes profesor...Mmm, un poco, descuidadas._ ya empezó _ Una vida muy larga, pero no lo suficiente, celoso, egoísta, dominante, yo seria cuidadoso..._ Arqueé una ceja_ eres inconforme, piensas demasiado, el carisma no es lo suyo, sin duda te asquean las arañas. ¿Tiene hijos profesor?_ Fruncí el cejo, No respondí, solo ladee la cabeza negando. _No es bueno que lo esconda, alta tolerancia al dolor...¿sexo, puede ser?, le encantan ese tipo de sensaciones, unas mas intensas que las otras..._ Nos miramos a los ojos, la joven sonrió descaradamente y mi lengua saboreo mi boca. _ Le encanta tener el control, posesivo , autodidacta, mal genio...un poco agresivo..._ Oye, ¡No tengo nada bueno!_ interrumpí, _ ...Al parecer no..._ ella soltó mi mano y se arreglo un poco el cabello. 

_¿Que hay de mi futuro?_ le pregunte inconforme

_No te lo diré ahora._ me miró de reojo, y continuó cepillando su cabello. 

_Pfff, patrañas...eres una charlatana..._ Critiqué 

_Entonces no me escuche..._  Contestó tan petulante como siempre. 

*******************

Comenzando el sacrificio.

1:54 am 

-¿Que quieres de mi Atenas, no te he dicho que todo debes hacerlo sola?-  La voz de Devom me causaba escalofríos, me limitaba a sentir miedo ante él, no era fácil escucharlo ni mucho menos sentirlo, mi garganta permanecía seca  y trataba de hablar. 

-Devom, solo te pido que devuelvas a Vincent...ya no quiero que me acompañe mas.- esta fue la gota que derramo el vaso, aquella bestia se acercó con fuerza y pude sentir como las llamas del infierno recorrían mi habitación. 

-¿Vincent te está causando problemas pequeña?- bajé mi cabeza sintiéndome intimidada, mis mejillas ardían y comencé a sudar. 

- Si, ya no me sirve, está causándome muchos inconvenientes- respondí cabizbaja. 

-Eso no lo decides tú Atenas, Vincent estará contigo el tiempo que yo determine y hasta cuando yo lo quiera. ¿Porque siempre quieres hacer lo que te venga en gana?.- 


Eso fue lo ultimo que escuche de Devom ese día. Sin mas explicaciones se esfumo de mi habitación dejando un desagradable olor. 


Desperté exaltada después de hablar con él, solo en mi mente había un nombre...Alonso. 


LA BRUJADonde viven las historias. Descúbrelo ahora