Comprometida con su alteza

Capítulo 5

No demore nucho. Los capítulos son algo pequeños, pero prefiero hacer eso por que si  no les subl despues de años xD.
Disfruten lol.

Capítulo 5

3 de Septiembre, 2015

Él cálido clima londinense no es capaz de apaciguar el torbellino de especulaciones que asaltan  a mis pensamientos.

Mis pasos son desganados a tal punto de casi caerme, ya que me balanceo de una lado a otro como un vagabundo. Me considero siempre una joven responsable y  puntual, pero con él giro que está dando mi vida es imposible y llegar temprano a mis clases es en lo último en los que me quiero preocupar.

<<Y esto es solo el comienzo>>

Mi caminata— sin sentido— me lleva hasta una punte que queda muy cerca de la Universidad, me detengo  al llegar y arrimo, mi cuerpo contra la baranda y pienso.

Estoy molesta, enfadada. Lágrimas empañan mi visión, mojando mis mejillas y un poco mi blusa, estoy siendo una pequeña niña, a quien le están quitando su juguete favorito, pero yo veo que me están quitando mis sueños, mis oportunidades. Uno que otro pensamientos insanos pasan por mi mente. Pero no estoy tan loca.

— Tú puedes Sophia— me aliento a mí misma, mientras limpio mi rostro.

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Llego a la universidad con pereza, pocos estudiantes se encuentran en él campus mientras yo me adentro al edificio de la cafetería.

Supongo que Alex y Dapne han de estar en clases.

Me siento en la mesa más alejada, dejando caer mi cabeza encima de mi maleta.

Cierro mis ojos y respiro tranquilamente. Aunque la placidez no me llega a mi mente porque solo llegan preguntas

¿Por qué a mí?

Tal vez cualquier mujer estaría contenta con aquella noticia, o tal vez yo estoy loca por no alegrarme, o simplemente es que mi único sueño es ser libre y no estar atada.

Es sentir que todo lo que un día anhele se desapareciera, tanto tiempo esforzarme, más para nada, mis esfuerzos no han valido nada. Sinceramente no sé cómo pude darle un sí, al rey en vez de desistir.

Me considero una persona fuerte, no oculto mis sentimientos, aunque hay una excepción con llorar. No soy él tipo de chica que deja caer lagrimas por cualquier problema, pero esto me tiene con los ánimos por los suelos.

Doy un largo suspiro y escondo más—si se puede- la cabeza en la maleta. Siento él toqueteo de unos dedos en mi brazo, pero aun así no alzo mi cabeza, ya que intuyo que sea Alexander. Dapne no sería, porque mi amiga es un remolino de espontaneidad y ya estuviera hablando.

Una inconfundible risa ronca en mi oído me hacer erizar los vellos de mi nuca— ¿Cómo estas Sophia?— murmura con voz superficial, aprieto mi ojos, esa voz es irreconocible para los que no lo conocen— o puedo decir, ¿Novia?

Si él sencillamente quería burlarse de mi desgracia, perfecto, lo hizo excelente. Levanto mi rostro, y lo miro fijamente, sus ojos azules de un tono electrizante me observan divertidos, su sonrisa es ladeada, dándole un aspecto coqueto y despreocupante y a ello den le credido de que va con una  camisa azul, haciendo resaltar mas esos ojos.

— Dios, ¿Acaso en mi vida anterior fui tan mala? — Me quejo con una niña pequeña, entrelazo mis dos brazos— ¿Esto te divierte? — me señalo.

Pasa su mano por su cabello dorado, tal cual es sedoso. Y la tormenta de su mirada me cautiva por un segundo— Sin comentarios. — apunta, yo bufo en señal de que esa no es la respuesta que esperaba oír —. Así que novia— yo trato de no rodar los ojos— porque esa actitud decaída, ¿estás en tus días?

Ciento como mi cara se calienta, ni siquiera bajo la mirada, si no que le sostengo, mi rostro arde, y veo otra sonrisa bailar en los labios de él.

— Idiota de príncipe.

Murmuro, y como siempre él escucha— no sé si yo digo muy alto o sus oídos pueden oír cualquier cosa— y eso lo hace reír de una manera muy fuerte. Cabe recalcar que mandarlo a la mierda puede estar en mi vocabulario por todo lo que dure esto. Desvío mi mirada hacia otro lugar y noto que todos nos están viendo, y aunque este no sea él instituto, siempre van a ver los "creídos o populares" como se los conoce. Y ello conlleva a que quieren literalmente las chicas matarme.  En fin, todos nos miran, si mi cara estaba roja debe de ser una llama. Fijo mis ojos en su  alteza real— nótese la ironía—  mientras que él me mira, y puedo apuntar que trata de descifrar que pienso. Tomo mi maleta y estoy a punto de pararme, cuando su pregunta me desconcierta.

— ¿En serio lo vas a hacer?— me mira tan intenso que me incomodo, no puedo descifrar la mirada de él, pero ¿por qué lo pregunta? , él tiene que saberlo ¿no?, sin más tomo mi maleta e intento irme, pero él agarra mi mano. No se cómo sentirme —  ¿Por qué Sophia?

—Tú lo sabes— sé que hay un silencio, no estamos hablando con voz fuerte, más bien son susurros, pero como es chisme él silencio es mortal a menos que los dos hablemos. Odio esto, él afloja él agarre y su mirada queda en un punto fijo, sé que está divagando. Suspiro y camino, lejos.

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Alexander me mira fijamente, él lo sabe.

Recuesto mi espalda en él frondoso árbol, tomando  una profunda respiración esperando que todo el estrés se valla de mí, aunque eso es ilógico.

Hay pocos estudiantes rondando por él campus, mientras que otros están sentados bajo un árbol, pese que no hay sol.

Alexander no es solo un adulto con dinero, sino que también está a la línea de sucesión a la corona, siendo menos que un año con él heredero, porque es primo de él.

Si, con Damián me eh topado antes en unas que otras fiestas que Alex me lleva — como amigos— pero nunca eh hablado con él heredero.

— ¿Tú lo sabías?

Mi voz suena un poco inestable ante la pregunta que hice, sería algo fatal si mi mejor amigo, me digiera que siempre lo supo.

— No, no lo sabía — contesta y suspira, dándome tranquilidad — aunque ayer por casualidad pasé por palacio,  y me enteré de ello. — Fijo mis ojos en él — no sabía si decírtelo Sop, así que por ello no te llame ayer. — Explica, veo que su ceño se frunce y sé que va a preguntarme algo serio— ¿Aceptaste?— No puedo evitar quejarme y tapar mi cara con mis manos.

>>Así que cuenta me como estas metida en esto.

Lo escuchó reír.

— No te burles Alexander— digo mal humorada— me estoy arrepintiendo, y odio esto.

Procedo a contarle todo, porque en él pongo ciegamente mi confianza.

>> Estas metida en un enorme problema Sophia, pero dejaré ver como él tiempo pasa y que depara tu destino.  Como buen amigo que soy ven, déjame darte un abrazo.

No lo dudo y abrazo a mi amigo.  Porque él más que un anigo  parece que es mi hermano.