Comprometida con su alteza

Capítulo 6

Capítulo 6

Miró fijamente al cielo, noto como las nubes se mueven lentamente, y el ruido a mi alrededor fuera una radio descompuesta, subiendo y bajando el botón de volumen. Me pierdo en los tonos que proyecta el atardecer, la mágica mezcla de los colores amarillo, rosado y lila.
No sabía con exactitud qué iba a pasar, estoy algo aterrada, asustada...¿ Cómo me tendría que comportar? ¿Qué iba a cambiar en mi?
Las preguntas invadieron mi cabeza, la cual ya estaba revuelta con otras.
Respiro onda mente, y trató de relajarme. A paso ligero camino hasta llegar a un parque.

Busco con mi mirada un asiento disponible, pero no lo hay, camino alejándome de todo el bullicio, mis pasos son desanimados, y mi cuerpo pesa, alejada de todas las personas que se encuentran en el parque, me siento en el césped y agachó mi cabeza. Un sentimiento de desolación se brota, unas espesas lágrimas bañan mi rostro, siento que me van a cortan mis alas, que voy a estar en una jaula, y a lo que más le temo es convertirme en un títere.
En medio de toda mi tristeza, el sonido clásico de good boy de G-Dragon, suena, tomó el aparato entre mis manos y miró en la pantalla el nombre de quien me está llamando.

—Mamá —contengo toda mi tristeza, y mi voz es neutral.

—Sophia... —su voz está decaída, y me digo a mi misma que no puedo sonar triste— ¿dónde te encuentras hija?

—Estoy algo ocupada— trato de sonar algo alegre. Y antes de que diga algo—. Estoy bien, solo vine a caminar en una hora estaré en casa, te quiero mamá.

—Igualmente hija.

Finalizo la llamada, y procedo a guardar mi teléfono. Tomó un gran bocado de aire, y me levanto del piso, alzó mis manos y hago un leve estiramiento. No sé qué me espera a futuro, solo voy a ser yo misma con todo, si vaya contra los deseos del mismo rey, y del príncipe.

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Son las nueve de la mañana y yo aún sigo en mi cama, literalmente me niego a salir. Hoy es el gran día, nótese el sarcasmo, donde me voy a comprometer con mi príncipe azul, y me lavara a su castillo, y viviremos felices por siempre.
Automáticamente me rio, creo que Disney nos ha engañado con tantas películas de amor eterno.

Alguien toca la puerta, sé que puede ser uno de mis padres
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—Buenos días mamá—la saludo apenas la visualizo.

—Buenos días cariño—me sonríe de una manera calidad, pero sé que esconde algo, la miro y alzó mi manos un poco a modo de pregunta—Llegaron de palacio, me informaron que tienes que ir con ellos y entrada la noche, te veremos en la fiesta de compromiso.
Asiento sin mucho para decir.
Pongo música en mi celular, y trato de relajarme tomándome mi tiempo, ingreso a bañarme. Salgo de la ducha, me envuelvo en una toalla. Optó por ponerme unos pantalones de mezclilla, con una blusa negra algo holgada, y unas botas negras, con tacón tres cuartos.
Salgo de mi habitación, voy al refrigerador y saco la leche, ello me va a dar fuerzas para todo este día.
Después de despedirme de mis padres, un señor de traje negro, me comunica que es el guardaespaldas encargado de mi seguridad.

Subo al auto de color negro, a los asientos traseros. No emito ningún sonido, solo fijo mi mirada en la ventana, dándome ánimos a continuar con todos esto.

El trayecto es algo largo, no me sorprendo que el auto se estacione en una de las tiendas más lujosas de toda Inglaterra. Me abren la puerta, respiro profundamente y salgo.

-Señorita Shopia, la estábamos esperando, por favor pase.

La sigo por aquella tienda y lo único que se, que no quiero que llegue la noche.

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Estoy más que nerviosa, me miro al espejo y me quedo sorprendida, mi maquillaje es natural, mi piel se ve tan nívea, y mis labios aun mas carnosos que de costumbre, el tono palo-rosa de mis mejillas con mis labios me encantan. 

-Señorita Shopia, por favor acérquese, que ya la van a llamar.

logro asentir y a paso cauteloso camino y detengo mis pasos a cerca de una puerta doble, por los parlante escucho mi nombre y las puertas se abren.