Capítulo 4

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Capítulo 4

Los psicólogos afirman que cuando un individuo recibe una noticia inesperada—como la muerte de un familiar, lo cual no es mi caso—, pasa por cinco tipos de fases.

Negación.

La ira o el enfado.

Negociación.

Depresión

Aceptación

Entonces, ¿En cuál fase me encontraba?

Estaba más que claro que la negación ya la estoy pasando y solo tengo enfado.

Suspiro. Sigo recostada en mi cama, mirando un solo punto, que es la ventana. Sigo en shock no puedo negar eso. No tiene lógica ¿Por qué la familia real tenía que haber elegido a mi familia? ¿Por qué no otra?

<<<Tu compromiso es en dos días>>


Eso fue lo peor. Nunca lo esperé. Todos sabemos las reglas, se supone que cuando se comprometen es a la edad de veinticuatro años, ya que allí ambos deben de tener terminadas su carreras universitarias y la madures para afrontar juntos un matrimonio.

Sólo sé que esto parece un mal sueño. Cierro mis ojos con fuerza.

<<Que esta pesadilla termine, por favor>>

Suplico a Dios, y con aquella plegaria en mi mente, me duermo.

2 de septiembre, 2015

Miro detenidamente al hombre que está al frente mío. Son casi iguales físicamente, cambiando él color de cabello y ojos. Dos gotas de agua en diferentes edades. Él rey William no me mira, tiene sus ojos vagando por él encantador estanque que hay en este parque, la naturaleza brilla en todo su esplendor a las seis de la tarde, cuando el sol cae para dar paso a la noche, las farolas se prenden y puedo decir que me siento segura. A mi alrededor hay aproximadamente diez guardias que nos protegen claro, este parque está literalmente vacío. Mis dos manos se topan entre sí, ya que mi nerviosismo me hace sudar, pero ¿por qué estar nerviosa? No tengo porque poner masi. Esto pronto acabara.

— Su majestad, yo quie...

— Oh, por favor. Dejemos los formalismos. Llámame William— me indica, su tono de voz es amistoso. — pero antes de todo. Quisiera contarte algunas cosas Sophia.

Directo al grano, como el rey que es. Fijo mi mirada al estanque para escuchar las supuestas razones.

—tal vez pienses que soy un mal rey—la voz de él me saca de mis cavilación- y sobre todo un padre codicioso- su tono es de aflicción, no me atrevo a mirarlo- llevo en el trono más de un cuarto de mi vida y aun no puedo entender como detener a las personas perversas que hay en la casa real.

Aquello llama mi atención y le miro, me fijo en sus ojos azules, oscuros, y la tristeza se puede apreciar remotamente.

>>La realeza siempre ha sido un juego en el cual debes ser cauteloso, todos quieren destrirte a ti y a tu familia, todos quieren el poder, pero entre si se matan, así que uno debe estar alerta.

>> Esto es un secreto señorita Sophia, prefiero que lo sepas tu antes que mis hijos. A veces tenerlos en la ignorancia es mejor. Tal vez te sorprenda por la confianza que te estoy dando pero digamos que tengo un sexto sentido acerca de las personas, y tú eres una persona afable.

— Aun no entiendo que papel juego aquí William— respondo quedadamente. Mis manos sudan por la respuesta.

— Bueno— Él rey me mira fijamente— tu eres alguien importante. Esto es un secreto al igual que todo lo que vas a saber. Sufro del corazón — lo dice seguro— los médicos me han dicho que tengo que estar en un lugar tranquilo, sin presiones. Mi esposa está de acuerdo con ello.

>>pero no estoy aquí para que me compadezca, si no para decirte el problema principal, todo es el primer ministro. Y aquí esta lo malo, somos un país con monarquía parlamentaria, y con aquel nuevo ministro, tenemos un problema. Quiere destruir la monarquía.

>> Tal vez pienses que es algo bueno, pero en realidad no lo es. Como sabrás el parlamento toma y da dicciones, pero estas siempre deben pasar por el soberano. Si la monarquía se disuelve van a ser un gran problema. El nuevo primer ministro es un rufián, por no darle un sinónimo más bajo, ya que quiere tener todo el poder para él, creando así un sistema absoluto. ¿Sabes cuanta tragedia y desesperación serán aquí?

>> Lo siento por meterte en este lío Sophia. Pero no sé qué más hacer. Quiero proteger a mi familia, estoy dispuesto a todo y no queda más de unos cuantos meses para que alegue al trono. Y la mayor de mis dudas es, ¿Cómo quedará Damián? Si tú no te casas con él, no ascenderá al trono. Tal vez suene egoísta, pero me preocupo por mi hijo. Y aborrecería que mi él Duque de Fife tomara el trono.

— ¿El duque.......? — No puedo evitar que eso salga de mis labios, aquel duque de Fife, es la persona más dañina que tiene Inglaterra, aunque no todos saben.

— Así que Sophia, ¿Estarías dispuesta? — Él señor de edad me mira fijamente, y yo aún no sé cómo procesar esta información.

—Lo siento, su majestad. Yo no puedo hacerlo. — Digo con toda la sinceridad— no amo a su alteza él príncipe—mis ojos van directo a mis manos, y estas jugando entre si—.Me gusta ser libre, ¿sabe? Me gusta pintar, mi sueño es viajar, conocer nuevos lugares. Y siento que si hago aquella locura, nunca podré ser feliz.

—Hagamos un trato— su voz me hace levantar la mirada y ver al Rey— no puedo cambiarle de prometida, porque en el parlamento ya saben de ti— emito un jadeo de la noticia— así que si te casas con Damián, podrás divorciarte de él después de un año. Podrás pintar si eso es lo que preocupa. Solo tendrás que acatar algunas normas de la corona pero podrás seguir estudiando. — Sus ojos se notan desesperados y yo no sé qué hacer— Shopia, no quisiera ir por l mal camino. Si no aceptas tu familia se queda en bancarrota.

Mis ojos se abren de la sorpresa, esto es una rotunda sorpresa. Me lo imaginaba. Aparto mi mirada, aun sabiendo que el rey sabe mi respuesta.

Sé que me voy a arrepentir de esto.

Comprometida con su alteza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora