Capítulo 3

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                       Capítulo 3

1 de Septiembre del 2015

¿ Saben lo que es huir como un fugitivo?

Yo no lo sabía, pero  según el profesor Morrison era horrible.
Ahora, desde aquél día en que me encontré con él "príncipe" eh estado escondiéndome. Aún no eh dicho nada, Dapne y Alex no tienen ni idea de lo que me esta ocurriendo.
Sentía que alguien me observaba, y eso era frustrante y sumenle a él idiota del rubio adonis.

La pregunta del millón de dólares era ¿ Por qué me buscaba? Creo que en esta semana me lo eh encontrado en más de un centenar de veces, pero no encuentro ninguna respuesta a esa actitud. Tal vez solo quiera molestar. Los príncipes siempre son así, niños caprichosos que no les importaban hacer sufrir a la gente.
En fin, creo que él no volverá a molestar mi paz y tranquilidad.

Ayer, mientras corría en dirección al aula de clases, casi me caigo al toparme con él, con Damián. Él caliente y arrogante príncipe. Claro que lo esquivé como si él fuera la  lepra. No vi su rostro, y lo bueno, no supe mas de él.

Hoy Alex se fue temprano, por qué se iba a un viaje de negocios con el presidente de Her&Mor, que era él padre de Alex.

Miré al cielo, yo tenía veintiún años, y no tenia auto. No por falta de dinero, si no que él ultimo lo doné a una fundación, cosa que mi progenitor estalló— y lo entendía era el segundo auto en él año que regalaba— asi que mi chofer era Alex o Dapne. Y cuando ellos lamentablemente no estaban— como ahora— tenía dos opciones; cogía un taxi o tomaba el bus y caminaba un poco.

Opte por la segunda y empecé a caminar en dirección a la parada de bus. Saqué los audífonos y me encamine a la estación de bus.
Good boy de G-Dragon  suena, muevo mis manos como si estuviera bailandoe el coro.

Lalalalala

Repito y quiero mover mis pies. Esto es lo malo de las buenas coreografías, son tan buenas que dificilmemte puedo contenerme a imitarlas, y mas si voy en la calle.

Soy un buen chico

Siento una mano posarse en mi hombro y automáticamente me giro. Me paralizo, alguien con gorra, lentes de sol me sonríe. ¿Un ladrón? No creo que sea probable por estos lares.  Y como dice la canción no hay que juzgar. Además es raro que un ladrón solo te quede observando fijamente.

—¿Grito o te pego?—lo veo fijamente.

—¿Estas loca?— murmura con su ceño fruncido.

—Eres un ladrón, no hay mas que hacer. ¿Primera o segunda opción?—El se ríe, yo eh oído esta risa...— Dios ayudame, ¿por que siempre lo malo me toca a mi?—siseo en tono bajo, pero él logra escucharme y de nuevo ríe. Eso no es gracioso. Tener que siempre encontrarlo.

—Tenemos que hablar Sophia.

No me dio tiempo a soltarle unas que otras palabras. Me jaloneo de la mano hasta un lugar apartado.

Esto se estaba tornado demasiado cliché, ya saben él príncipe que le gusta una chica normal, después descubren que están comprometidos, él la trata mal, ella se enamora, pero después de tantos problemas quedan juntos...aunque a veces muertos. Pero él punto es que eso no es nuestro caso. No me gusta, yo no le gusto y lo mejor no estamos comprometidos.

Me apoyo en la pared y suspiro pesadamente. Mi mirada se clava justo en sus ojos azules cielo...esos ojos, carraspeo antes de hablar:—Alteza aún no con...

— Y recién hay formalidades— dice él con un sonrisa de medio lado. — Vengo por aquella última conversación.

Mierda, y mas mierda. ¡Estoy jodida!

Comprometida con su alteza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora