Capítulo dos (cuarta parte).

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Harry siempre adivinaba al menos unos cuántos días antes que su celo se aproximara.

Tenía un libro de cuero con un calendario pegado en la portada en su bolsillo al lado de su cartera, el seguimiento de sus celos marcado para saber cuándo esperarlo de nuevo. Pero incluso sin el calendario, aún podía sentir que el ciclo se aproximaba de nuevo. Se sentía irritado, y cansado, y se quedaba mirando a Louis por mucho tiempo. Louis, quién había estado callado más que nada esos días, y que ocasionalmente le ofrecería a Harry unas cuantas oraciones sobre su día. Usualmente junto con las líneas de "Visité a Elizabeth hoy. Ella y el bebé lo están haciendo bien. Es una niña, ¿te dije eso?" y "Jodidamente odio el club de lectura. Y ahora David sigue intentando que leamos esos libros eróticos que compra desde Francia. No es nuestra culpa que su alfa y él no hayan follado desde que tuvieron a su tercer bebé."

Harry saboreaba cada palabra que salía de Louis, y esperaba que finalmente se estuviera acostumbrando a él, que estarían bien. Pero Louis aun así se encerraba en su cuarto por días algunas veces, especialmente cuando llegaban las cartas de Alex, y la mayoría de veces miraba a Harry con una mirada que casi hacía que su piel se sintiera fría. Harry sonreía aun así, aún le hacía sus comidas y le daba paquetes envueltos en papel de la librería una vez a la semana.

Las hojas se estaban obscureciendo y cayendo, el aire estaba completamente frío ahora. Era la época del año en la que Harry empezaría a llevar gordos termos de sidra y chocolate caliente para sus estudiantes para beber durante la clase si aún tuviera su antigua vida. Harry leía las cartas de Alex una y otra vez, intentando encontrar pistas en las palabras para saber si estaba molesto o no. Hablaba sobre estar cansado, y aburrido, decía que seguían viajando por Francia y algunas veces regresaban a las fronteras de Inglaterra, algunas veces besando las fronteras de Alemania. Alex hacía un montón de preguntas, queriendo saber qué estaba pasando en sus vidas.

Harry le escribía de regreso con sus respuestas y buenos deseos, y contenía las palabras que desesperadamente quería escribir.

¿Por qué no me dijiste que querías hijos?

¿Qué hiciste el día que se suponía que Louis y tú se casarían?

¿Estás enojado conmigo?

Algunas veces estoy enojado contigo, casi tanto como estoy enojado conmigo mismo.

He estado pensando en papá, y en cuando éramos niños.

¿Cuándo vendrás de visita? ¿Podrás irte pronto? ¿Tal vez para navidad?

Te extraño.

No dejó que las palabras salieran, y no hablaba con nadie sobre ellas. No podía hablar con Louis, no podía hablar con los compañeros de trabajo de Alex o los cantineros en los bares a dónde iba por bebidas a veces, quienes estaban siempre curiosos del por qué Alex ahora aparecía de repente sin su omega pegado a su cadera. Ahora era Noviembre, y había estado reteniéndolas por casi diez semanas. Podía aguantar.

Solo ahora le pinchaba bajo la piel, y miraba al omega de su hermano, y su mano se deslizaba entre sus piernas más seguido en la bañera del cuarto de invitados. Por un rato, no pudo pretender que todo estaba bien.

Le dijo a Louis en un lunes por la noche, mientras el omega empujaba papas débilmente alrededor de su plato. Sabía que a Louis le gustaban las papas, y ha intentado darle más últimamente. Sus huesos se veían afilados bajo su piel últimamente, y si podía hacer algo, era asegurarse que la pareja de su hermano no desapareciera.

"Mi celo será pronto," dijo Harry, las palabras rompiendo el silencio entre ellos. Louis levantó la cabeza, y lo miró fijamente, su ceño se frunció.

Feeling it out (Alex/Harry/Louis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora