Chapter 10

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Varias horas estuve dormida, pero no sabría calcular cuántas. Pero cuando por fin me despierto ya no te encuentras conmigo. ¿Me lo he imaginado todo? No. De eso estaba segura. Tú me has salvado y te hs ido para no verme sufrir. Siempre te he parecido una niña frágil, indefensa a la que tenían que tratar con muchísimo cuidado, pero nunca me ha importado que te pareciera de ese modo, porque me hacías sentir protegida. Afuera seguía lloviendo y el ruido de la lluvia me calmaba. Sí, ahora me calmaba, cuando antes me producía dolor. ¿Será porque has aparecido para hacer algo bueno por mí?

Me levanto con pesar de la cama. Todo da vueltas a mí alrededor, pero sólo es porque me sigue doliendo la cabeza. Miro el reloj y eran las cuatro de la madrugada. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que salí a enfrentarme con tus recuerdos? No lo sé y tampoco me interesa. En este punto, ya nada me interesa. En mi mesita de luz reposa un papel escrito que antes no estaba ahí, lo tomo y comienzo a leer.

“Lizzie, sé que si hubieses estado despierta me habrías matado por haber hecho lo que hice, pero no podía dejarte ahí tirada, sabiendo que era por mí por quien estabas sufriendo. No podía dejar que murieras. Espero que te mejores pronto. Te amo, Niall.”

Tienes tanta razón en esta nota y no puedo evitar alegrarme al saber que me sigues amando como yo a ti, pero sé que nada volverá a ser como antes. Mi celular comienza a vibrar en el mismo lugar donde estaba antes la nota y al tomarlo, la pantalla indica que eres tú el que está llamando. Dubitativa, lo contesto, pero no digo nada.

Liz, ¿estás mejor? ¿por qué te empeñas en llamarme de esos modos que me hacen mal?

Sí, lo estoy contesto seca y fría.

—Me alegro de que así sea. No tienes que agradecerme nada.

—Tampoco tenía pensado hacerlo —sigo con el mismo tono.

—No seas así conmigo, Liz. Sé que te sigues sintiendo cosas por mí... —¿en serio? No me había dado cuenta.

—¿Cómo sabes eso?

—Porque es lo mismo que yo siento. Todo lo que quiero es a ti, Liz. ¿Me amas?

—Sí —contesto luego de unos minutos en silencio.

—¿Me darías otra oportunidad?

—No —no dejo que me contestes y corto la llamada. Vuelvo a acostarme y a dormir. Por suerte, Morfeo se apiada de mí y no te mete en ninguno de mis sueños.

Al día siguiente el resplandeciente sol ilumina el cuarto. Es cierto lo que dicen todos. Después de cada tormenta siempre sale el sol. Ya no me siento débil y estoy mejor que nunca. Mi corazón palpita contento por querer seguir viviendo plenamente. Me acerco a la ventana y respiro el aire fresco. Estoy radiando alegría al saber que ya no te pertenezco. Ya no puedes hacer nada sobre mí porque ya no me tienes acorralada entre tus encantos. Por segunda vez en la vida, me siento feliz.

**********

Y aquí termina esta historia.

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Muchas gracias por leer esta historia.

¡Saludos!

Memories (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora