Paris, mancion cercana a los Jardín de Tuileries. Hora: las 17: 45 pm, seis horas despues del suceso.
La tensión en el salón de la mancion era tal que se podia casi tocar. La gente estaba de pir en pequeños grupos. Unos hablaban en voz baja, preocupados, mientras otros, caladors, rompian de vez en cuando a llorar. Se oian voces, de pies o sentados, ejerciendo sobre sin mismo un férreo autocontrol que los obligaba a permancer en silencia e inmóviles.
Esperando.
Katara era de los ultimos. Estaba sola, sentada en uno de los sofas, y su aspecto era sereno, tranquilo. Miraba la palidad alfombra bajo sus pues en pariencia incoscinete de todolo que la rodeaba.
Sin embargo era absolutamente consciente de todo lo que le rodeaba. Ni estaba tranquila. A cada instante, cada ruido reverberaba en su cabeza como un escalofrío. Estaba sin moverse, muy quieta y con la espalda muy recta porque sabia que si se movia, aunque fuera solo un musculo, todo su entereza, ganada con tanto esfuerzo, se vendria abajo.
De hecho ya habia ocurrido. Cuando le dieron la noticia, su reacción inicial habia sido la de sentirse horrorizada, fuera de sí. Entonces intentaron llevarla a la cama, intentaron darle tranquilizantes para sacarla de su estado atormentado y hacer que se durmiera para que se olvidara de la situación.
Pero ella se habia negado. Por su pues que se habia negado, es decir ¿Que mujer? ¿Que madre? se refugiaria en el sueño mientras sentia que la vida se le escapaba.
Como su reacción habia sido alarmante y necesitaba algo tangible de que ocuparse ella se habia convertido en la candidata perfecta para recibir las atenciones de todos. Y como sabía que no tenia fuerzas para oponerse a ellos al teimpo que controlaba los miles de temores que surgian en su interior se habia visto obligada a calmarse, habia fingido que conseguia dominarse y habia tomado asiento en el sofá, en el que llevaba ya horas sentada. Horas.
Esperando. Como todos los demás. Esperando al hombre que debia llegar y hacerse cargo de la situación.
Le habia dicho que estaba en camino. Como si esa información pudiera hacerla sentirse mejor. No se sentia mejor. Nada podia hacerla sentir mejor. Nada ni nadie que no fuera su pequeño hijo.
Así que se quedo sentada, inmovil, con esos ojos azules que una vez brillaban cual zafiros preciosos, pero ya no, no más, ahora era un azul opaco casi sin vida. Tan solo mirando hacia abajo para que nadie pudiera ver lo que ocurria en su interior. Se centro en permanecer en calma mientras los demás, llenos de ansiedad, eran incapaces de ver como su camisa blanca de mangas largas y sus pantalos negros ajustados acentuaban las tensión de sus rostro pálido. Tampoco pareian darse cuenta de que estaba sentada tan recta porque el susto la mantenia engarrotada, como si fuera una estatua con pequeños destellos de vida. Ni que sus manos, agarradas las unas de las otras sobre el regazo, estan tan tensas y frias de modo que era imposible separarlas.
Pero al menos no se acercaban a ella. Al menos no intentaban consolarla murmurrando palabras de inutiles que a ninguna madre lograria renconfortar y sobre todo que no deseaba escuchar. Al menos la dejaban estar sola.
De pronto, el sonido de neumáticos en la grava del camino que daba acceso a la casa hizo que todos se sobresaltaran y prestaran atención. Katara no se movió. Ni siquiera levanto la cabeza.
Habia ruido y voces en la entreda. Una sobresalia entre las demas. profunda, dura y autoritaria. El aire de la habitación comenzo a helarse.
Entonces se oyeron pisadas firmes y precisas caminando hacia la puerta cerrada del salón. Al abrirse por fin todos se dieron vuelta fijando su mirada expectante en el hombre que aparecio en el umbral.
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Lazos De Sangre ~~~ Zuko x Katara~~~
FanficZuko Malferit no acepta que Sozin fuera hijo suyo. Estaba convencido de que Katara le habia sido infiel y que Sozin era fruto de aquella humillación. Se habia jurado jamás volver a verla pero el destino les tenia preparado algo más... ...