Elite

Capítulo cinco

—Debió haber estado ciego — le doy un codazo juguetón.

-No digas eso.-

—Solo digo la verdad, desde que eras una bebe no volví a verte hasta hace unos meses y cuando lo hice — deposita un beso en mi frente.

-Cuando volví a verte deje de respirar y pensé que esa bebe había crecido hasta convertirse en una hermosa mujer.-

—¿Solo hermosa? — arruga la nariz.

—Pensé que eras absolutamente hermosa y sexy, pensé que era muy suertudo al poder volver a verte — sonrío.

—Yo pensé que eras el hombre más hermoso que había visto en mi vida y me sentí mal porque estaba en el funeral de Hugo —me estrecha más fuerte.

-Te amo Summer.-

-Te amo Sebastián.-

Entonces nos estamos besando, un beso de verdad, con una batalla entre nuestras lenguas.

Sus labios tienen un toque salado pero dulce a la vez, como el chocolate negro fundido con bombones.

Aprieta el agarre en mi estómago así que me permito enredar mis brazos alrededor de su cuello.

—Ahora dime ¿Cuál es ese favor que querías pedirme? — coloco mi cabeza en el hueco de su hombro.

—No tiene importancia — sus manos hacen pequeños círculos en mi espalda aliviando mis músculos.

-Claro que sí, ¿Qué es?-

—Quería dejar de ir a La Academia, quería dejar de entrenar para La Elite — suelta un suspiro desde lo más profundo de su ser.

-No es un castigo el que asistas a La Academia.-

—¿Por qué tengo asistir? — al momento que hago la pregunta me siento como una niñita tonta haciendo berrinche.

-Porque una vez que sabes sobre el mundo mitológico, no puedes esconderte de ellos, te cazaran y necesitas aprender a protegerte.-  suelto un suspiro.

-Podrías enseñarme.-

-¿Qué pasa con Mbizi Petrova y La Elite?-

—Él no cree que tenga lo que se necesita — deposita un beso en mi frente.

—Tienes todo y mucho más, eres única Summer así que no dejes que nadie te haga creer lo contrario — sus palabras suenan tan similares a las de Mbizi que me dejan atónita.

—¿Qué pasa? — niego mientras paso mis manos por su sedoso cabello.

-¿Puedo quedarme aquí?-

-¿Estás diciendo en mi casa, en mi cama, conmigo?-

—Solo quiero dormir — hace un puchero.

—Podríamos hacer mucho más — le doy un golpecito juguetón en el hombro.

-No por ahora.-

-Está bien pequeño verano, dormir contigo es todo un sueño.-

-Voy a hablarle a mis padres.-  Sebastián asiente y me deja ir.

Camino hasta mi bolso y tomo mi celular.

-Summer ¿estás bien?-

—Si mamá estoy bien, Shem ya está en casa — no lo digo como una pregunta.

—Llego hace más de una hora, ¿Dónde estás? — suelto un suspiro mientras veo a Sebastián arreglarse la playera.

-En casa de Sebastián Monsiváis Sotomayor.-