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Un nuevo día llegaba y junto a él nuevas emociones.

Lauren caminaba por el pasillo que daba hacía los ascensores, para de ahí dirigirse a la oficina de su jefa.

Lo peor de ayer había pasado y después de hablar con su amiga ayer por la noche. Sólo se dio cuenta que era un error pensar en Camila de otra manera. Si de otra manera. De esa manera que ella no quería pensar.

No sientas nada por ella Lauren. Tu misma ves como miles de mujeres entran y salen de esa oficina como si fuera una tienda de zapatos baratos.

Lauren!!- gritó Camila haciendo así que la ojiverde se notará lo sensual que vestía su jefa.

Buenos días señorita Camila- dijo casi en un susurro.

Lauren no podía negar que ese traje de dos piezas color azul oscuro le quedaba muy sexy a su jefa.

Y bien?- dijo Camila notando como lo que se había propuesta salió al pie de la letra. Impactar a la ojiverde. Y le salió mejor aún porque la dejo prácticamente sin palabras.

Dígame usted- dijo Lauren y miro esta vez a los ojos a Camila.

Que si me tienes lista la agenda- dijo Camila. Pero al terminar de hablar mordió sus labios de una manera tan sensual que la ojiverde sintió un pequeño escalofríos corre por su espalda.

Yo..yo.. - Lauren quería morir, no podía creer que estaba sin palabras.

Lauren reacciona, ella es una perra!!- gritó una voz dentro de su cabeza.

Yo tengo todo listo- dijo ahora cambiando su semblante a uno más serio.

Camila tenía ganas de soltar una carcajada. Pero se contuvo. Ella también se sentía extraña con la presencia de la ojiverde. Y no podía dudar que el atuendo que llevaba la pelinegra el día de hoy la ponía tan caliente que si fuera por ella, en ese preciso momento tendría a Lauren sobre ese mismo escritorio gimiendo y pidiendo por más.

Muchas gracias, lleva todo a mi oficina en un minuto- dijo la morena y antes de darse vuelta le guiño el ojo a la ojiverde y se fue a su oficina.

Una vez dentro soltó un suspiro y negó con la cabeza.

Sólo es una más que necesitas Camila, sólo es una mas- dijo y sonrio.

Varios minutos después entraba a la oficina de su jefa. Quien estaba detrás de su escritorio con sus gafas, mientras miraba el monitor y movía sus manos sobre el teclado.

Aquí tiene todo- dijo la ojiverde y se dio vueltas para salir después de dejar la agenda sobre el escritorio.

Camila saco su mirada del monitor y pudo detallar el perfecto cuerpo de su secretaria. Mordió su labio sin darse cuenta y saco sus lentes para hacer una jugada

Lauren- dijo Camila.

Si- le contesto la pelinegra.

Por favor podrías decirme que dice aquí. La letras son pequeñas y a pesar de mis lentes no puedo leer bien- dijo la morena.

Por un momento Lauren podría jurar que Camila trataba de hacer algo indebido pero ella no se dejaría.

No claro que no, menos en manos de Camila.

Si será un placer- dijo la pelinegra- dos pueden jugar el mismo juego- penso la ojiverde.

Rodeando el escritorio se recargo un poco en el para tratar también de ver las pequeñas letras frente a ellas.

Camila aprovechó y corrió un poco hacía atrás su silla para sin pudor alguno mirar las piernas de la ojiverde bajo esa falda que le quedaba mortal.

Cof- una falsa tos salió de la garganta de Lauren al notar lo que hacía camila- la verdad tampoco puede leer bien lo que dice son muy pequeñas.

Tal vez si te acercas un poco más- dijo Camila con un tono sensual.

Tu crees?- pregunto Lauren- creo que tienes razón.

Lauren se inclinó un poco más. Camila volvió a su posición y con muchos menos pudor que el de hace un rato. Miro el escote de la pelinegra, el cual dejaba ver el color de brasier que llevaba puesto.

Por un momento la morena sintió que perdiera la cabeza. Pero no podía hacerlo mucho menos por Lauren. Debido a que era una mujer loca, atrevida y mal educada según esa fue su primera impresión, de aquella vez en las afueras del restaurante.

Mientras la morena pensaba aquello, la ojiverde sentía que un fuego recorría su cuerpo al ver lo atrevida que había sido Camila para mirarla de esa manera, como si quisiera comersela en ese mismo momento, y su cuerpo ardio en deseo, pero su mente la ayudo a volver a la realidad.

Es una engreída, nariz parada, que cree que tiene al mundo comiendo de su mano, no seas una más- dijo una voz haciéndola reflexionar. Pero antes de pode hacer algo, la morena se le adelanto siendo lo que ella había conocido desde esa vez a las afueras del restaurante.

Bien gracias por tu ayuda- dijo Camila dando un giro de 180 grados. En un tino frío y autoritario.

Ok!- dijo lauren también siendo más fría que su jefa- iré a hacer mi trabajo.

Para eso te pago- contesto ahora Camila.

Bien!- dijo la pelinegra y salió prácticamente azotando la puerta.

La morena sonrio y cruzos sus piernas para después acomodar su traje.

Así entenderás quien manda aqui- dijo pensando en lauren-.

Mientras fuera de la oficina.

Que mierda haces Lauren- se recriminó- no puedes sentirte atraída por esa mujer. Es el mismo diablo.

Pero un diablo muy ardiente- sono una voz dentro de su cabeza.

Ahgg!!- ahogo un grito para después de acomodar sus cabellos ponerse a hacer su trabajo.

El móvil de la ojiverde vibró sobre el escritorio. Lo tomo y vio el mensaje de su amiga quien la invitaba a almorzar.

Sonrio si eso necesitaba en estos momentos, a su amiga y si comida favorita.




























Espero les guste....

Mi secretaria (camren) En Pausa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora