Un problema familiar envuelve a Matsushita Aiko en las aventuras del Host Club.
¿Su vergonzoso secreto los unirá aún más o, al contrario, generará desastres entre los miembros del club?
Todo se define en el momento en el que la lluvia cae y el agua...
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Horarios del club Tercer Sala de Musica
El día había pasado demasiado aburrido para muchos de los estudiantes. La noticia de la nueva estudiante ya no era algo interesante de lo que hablar y ningún nuevo chisme surgió en toda la mañana.
Solo se mantenían entretenidas las clientas del Host, que no podían evitar emocionarse cada vez que su anfitrión preferido les dirigía la palabra.
—¡Kyaaaaaa!
Eso era lo que mas se escuchaba en toda la sala. Tanto por dentro como por fuera de las paredes que la formaban.
Y como no iba a ser así, si hoy era día temático. "Marineros a bordo".
—Tamaki-sempai, que grata sorpresa nos tenías preparada para hoy, no me lo esperaba —Opinó una de las clientas sonrojándose cuando esos ojos violáceos la miraron.
—¿Te gustó? —Preguntó el rubio acercándose y tomándola de la barbilla—. Porque aún tengo muchas más sorpresas para ti, my princess.
Y con eso creció otra oleada mas de gritos y sonrojos. El poder del rey era cada vez mas poderoso.
—¡Kawaii! —Se escuchó de la mesa de los de tercer año.
Corazones brotaban de los ojos de las clientas que miraban con ternura al pequeño rubio y con admiración al Host salvaje.
—¿Les gustan nuestros trajes? —Preguntó Honey con inocencia dando un giro y subiéndose a los hombros de su primo.
Ellos, al igual que los demás miembros, vestían trajes de marineros, siendo Tamaki el que llevaba el atuendo de comandante.
A unos metros estaba la mesa de los gemelos Hitachiin, quienes hablaban con sus clientas sobre la producción de los trajes.
—¿Cómo pudieron terminarlos tan deprisa? —Se sorprendió una de sus clientas ya que ellos habían comentado que los habían hecho el día anterior.
—Tuvimos un poco de ayuda de nuestra madre, resulta que tenía algunos diseños ya hechos de algunos de los trajes.
—Exacto, pero de las medidas me encargué yo -Declaró el mayor mirando a su hermano menor—. No puedo resistirme a la idea de hacer que el traje se ciña a tu cuerpo de forma perfecta.
—¡Kyaaaaa!
Las clientas, emocionadas, se tomaron las manos sin poder despegar sus ojos del amor entre hermanos.
Por otro lado, estaba Haruhi, quien llevaba el uniforme de la academia.
—Haruhi-kun ¿Por qué tu no vistes traje de marinero?
—Hm —Una gota corrió por la nuca de la castaña al recordar su atuendo—. No me sentía cómodo vestido de esa forma, y considero que no hace falta llamar la atención de esa forma.
