Creciente

Amenaza.

NOTAS PREVIAS: Favor de leer con atención las notas y advertencias en la sinopsis / descripción de esta historia.

----------

CAPÍTULO 1.

Amenaza.

Joshua exhaló, cruzó los brazos sobre su abdomen y se concentró en el mapa que estaba frente suyo. Estaban en el salón de la casa alfa, planeando su siguiente acción, pues coyotes rebeldes había causado destrozos en los alrededores la noche anterior y el círculo íntimo de la pequeña manada no descartaba la idea de que hubiera incluso lobos y cazadores dentro de ese grupo de alborotadores, pudiera parecer increíble, pero la manera en la cual los atacantes borraban sus huellas era demasiado sospechosa para un ser solo cambiaformas; ellos sabían que habían sido coyotes por el aullido que previamente escucharon, pero nada más.

—Alfa, le aseguro que vigilaremos el interior del bosque, tiene mi palabra— el príncipe Anthony Zelenko, líder del aquelarre, y Nicholas Kozel, la mano derecha de este, estaban allí también; los vampiros se habían unido a su causa. Pero Joshua no le miró, no como un acto de grosería hacia el príncipe, sino porque seguía pensando en la mejor estrategia.

El beta se relamió los labios antes de hablar, —debemos investigar cerca del lago—, señaló el punto en el mapa, —seguramente su campamento, escondite o lo que sea debe estar a los alrededores.

El alfa le dio una mirada de aprobación, —bien pensado, organiza un equipo y guíalo hasta allí— ordenó.

Joshua asintió al mismo tiempo que Nicholas hablaba, —yo me uniré al grupo.

Su reacción e intervención no sorprendió a ninguno de los presentes, el príncipe Anthony estaba orgulloso y contento de que su amigo y segundo al mando hubiera encontrado a su pareja, ellos no tenían porqué esconderse. El alfa pensaba muy parecido, para los lobos era una bendición encontrar a su otra mitad, sin importar si fuera humano, lobo o, como en este caso, vampiro.

El líder cambiaforma cabeceó dando su aprobación, —por mí parte no hay ningún inconveniente, solo asegúrense de partir antes del mediodía

Anthony se acercó a Nick y coloco la mano en su hombro antes de decirle, —yo organizaré y me encargaré de la vigilancia en este lugar, ve con tu pareja.

Poco más de una hora después, Joshua se puso en marcha seguido de seis cambiaformas y un vampiro. Nicholas hubiera preferido llevar a un par de vampiros consigo para cuidarle la espalda, no porque no confiara en los lobos, sino porque ignoraba por completo contra qué se estaban enfrentando. Sin embargo, eso no pudo ser puesto que Nick, junto con Anthony, era de los pocos vampiros que toleraba la luz del día, no era de su agrado, pero los rayos del sol no tenían afectos adversos en ellos, aún si la exposición era prolongada, probablemente se debía a que eran de los vampiros más antiguos; y eso explicaba muy bien el tono casi bronceado en la piel de Nick, algo que a Joshua le gustaba admirar.

Los aullidos de la noche anterior definitivamente pertenecían a cambiaformas coyotes, por lo agudo de sus ladridos y gruñidos probablemente estaban rabiosos, si eso fuera posible en un cambiaforma. Cuando la patrulla de la manada arribó al lugar de los hechos había demasiados destrozos y algunos cadáveres, Nicholas había estado presente, pues siguió de cerca a Joshua en todo momento; por eso encontró, aunque sutiles, ciertas peculiares características en la escena del crimen que solamente podrían pertenecer a vampiros.

Yendo contra sus propios deseos, Nick lo mantuvo oculto de su pareja y decidió compartir su hallazgo solo con Anthony; la paz entre las diferentes razas era delicada, así que el príncipe convino que lo mejor era apoyar a los lobos con el pretexto de que la manada y el aquelarre existían en una zona aledaña y tenía que "cuidarse entre sí", por lo que a ninguno de los grupos les iría bien si dejaban a unos bandidos merodear por los alrededores. Eso le daría tiempo al aquelarre para averiguar si efectivamente vampiros formaban parte de esa conspiración.