Sedientos, acalorados, hambrientos y cansados. Cuatro cosas que hace a un hombre, sin importar lo fuerte que sea, un asqueroso cadáver.
La temperatura me hace sentir inservible, hace tanto calor que la sábana de sombras no hacen ninguna diferencia, el agua se nos ha acabado y la comida, bueno, creo que eso ya no me preocupa, ya puedo comer cualquier cosa sin sentir náuseas.
Lo único que le he pedido a Dios, es que nos dé lluvia, aseguró que éstas grandes hojas de árbol nos guardarían un poco agua. Dejarían caer las pequeñas bellotas que cuelgan de sus ramas para así atraer a algunas ardillas, son exquisita cuando se dejan quemar, sólo un poco.
¡¿Qué locura es esta?!, no puedo seguir escondiéndome de Arnold, solo para escribir, debo hacer algo.
Podría hablarle y quedar en un trato, pero viendo su maldita actitud, me quitaría las cartas y me quemaría las plumas, creo yo, sería mejor matarlo, quitarlo del camino, mi camino.
Atte: Arthur.
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Carta a Janett
Romantik¿Qué harías si de pronto llaman a tu puerta para decirte que eres parte de una guerra, no solo de una simple guerra sino de la Segunda Guerra Mundial? En el año de 1939 se inicia la Segunda Guerra mundial, donde Arthur se siente obligado a partici...