Por la noche tuve una pesadilla, anteriormente le temía a las brujas del bosque o a la inmensa araña come humanos, pero bien tu sabes Janett siempre he sido tímido con ese estilo de cosas, le tememos a la oscuridad igual que a un niño.
Pero nada de eso es comparado con verte muerta. Al fin había llegado a casa, me sentía tan lleno de vida, que en lo único que pensaba era en brincar y abrazarte, volver a la vida que habíamos tenido antes. Me dirigía a la cocina, tu lugar preferido, con la intención de volver a verte, portando ese lindo mandil que siempre haz utilizado cuando preparas de comer, y con ese hermoso cabello ondulado de color rojo que me encanta.
Entrando a la cocina, me tomó la sorpresa de verte, tus pies no tocaban el suelo, tus ojos ya cerrados pero sin vida, y los labios que antes eran rojos como el rosal, ahora se encontraban azules. Claramente sentía como el corazón se me paraba y se hacía polvo, tal dolor hizo que cayera al suelo justo a lado de la silla donde seguramente te habías parado. Quité el mandil que rodeaba tu cuello y te pasé al sofá, tu piel perdía el color y ya iniciaba a ponerse frío.
Mi padre decía que fuera un hombre y enfrentara las cosas, pero no puedo, no sin ti, me siento débil, no quiero seguir así, tengo miedo.
Atte: Arthur.
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Carta a Janett
Romance¿Qué harías si de pronto llaman a tu puerta para decirte que eres parte de una guerra, no solo de una simple guerra sino de la Segunda Guerra Mundial? En el año de 1939 se inicia la Segunda Guerra mundial, donde Arthur se siente obligado a partici...