Las Mujeres son problematicas ➳ Shikadai Nara

三| Academia

Her pov

Me desperté temprano para arreglarme decentemente, no podía llegar tarde el primer dia de academia. De por sí llego tarde a todo, cosa que heredé de mi padre, debía dejar de hacer eso costumbre, sobretodo si quería dar buena impresión en la academia.

Igual todo mi numerito no funcionó, porque aunque ya estaba arreglada, Shikadai ya había llegado, cosa que sabía porque escuché el timbre, y yo aún no desayunaba.

—[T/N], Shikadai ya está aquí.—Mamá se recostó en el umbral de la puerta de mi habitación, esta mañana se iba más tarde porque quería despedirme.

—Ugh, no he comido.— me lamenté, cuando no como me pongo de mal humor.

Fuí a la sala de estar, que es donde se encontraba mi amigo ojiverde.

—Es tarde, problemática.— Aún estaba adormitado, sé que el estaba peor que yo por tener que madrugar.

—Eh ¿Me perdí por el sendero de la vida?—llevé mi mano hasta mi nuca y reí nerviosa.

—¿En tu propia casa?—sonrió de forma burlona.

—¿Nos Vamos?— Antes de que salieramos mi mamá me llamó.

—¿Es que piensas ir sin desayunar y sin tu almuerzo?—salió junto con nosotros junto con mi almuerzo y una ensalda de frutas.—Shikadai, cariño ¿Quieres un poco?

—¿Es que tú no deberias estar en la oficina del Hokage?—le respondí pero luego me pusé nerviosa al ver su cara de molestia—Lo siento mami, te quiero y valoro todo lo que haces por mi.—la abracé rápidamente, ella me sonrió y me dio los tuppers.

—No, Hikari-san. Gracias— Mi mamá palmeó su espalda y le sonrió.

Empezamos a caminar hacia la academia después de despedirnos de mamá, no fuimos muy rápido para que yo no me ahogara con mi fruta.

—¿Crees que Boruto haga su gran entrada?—me preguntó Shikadai sin dejar de mirar al frente.

—No lo sé, creo y espero que no, le dije que no lo hiciera.—Bueno, no es que Boruto sea muy obediente que digamos.

Al final nos quedó un poco de tiempo, pude comer en paz mientras Shikadai me robaba una que otra fresa.

Estabamos organizados mientras pasaban lista, no veía a Boruto por ningún lado y me esperé lo peor.

—Uzumaki, Boruto—Llamarón a Boruto pero nadie contestó.

—¿No crees que...?—No terminé de hablar pues una parte del tren chocó contra el rostro de piedra del séptimo. Pude ver a Naruto-sama con una cara de sorpresa, a mi mamá rodando los ojos y a Shikamaru-san frotándose el entrecejo.

—¡Uzumaki Boruto está aquí, Dattebasa!—Gritó Boruto desde los rostros de los Hokage. La conclusión de toda esta situación fue que lo suspendieron.

—Bueno, un problema más evitado.—le sonreí.

—Te lo dije.—ambos fuimos a el salón que nos asignaron.

[...]

Las clases transcurrieron normalmente sin el rubio, nada que mis padres no me hayan enseñado. Boruto regresa hoy a clases y junto con él siempre suelen haber problemas.

—Así que aquí es donde voy a presumir a partir de hoy.—dijo Boruto mientras caminabamos.

—Te suspendieron dos semanas y eso es lo que dices ¿No tienes un poco de vergüenza?—le reprendí.