✿ f i v e ✿

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– Yoongi, ¿No te parece que Jimin luce como una linda fresa? –Jin hablaba con el pálido chico.


El contrario asintió desinteresadamente, sin mirar mucho al par de chicos, logrando que estos se quejaran un poco.


– Jinnie, usted es muy dulce–Jimin sonreía y continuaba comiendo su merienda.


– Quiero llevarte a casa y acariciarte, eres como un gatito –Confesó Jin enternecido con el más pequeño.


– Jimin, ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? – Formuló Eunwoo, que acababa una corta plática con Hoseok.


Bailar, cantar y leer libros ilustrados –Respondió el rubio con un tono suave y alegre.


– Jimin es muy bueno bailando, ¡Yo lo he visto! –Musitó Jungkook, sonriendo.


– Jiminie, invítanos a verte bailar algún día –Habló Namjoon.


– N-No soy tan bueno –Jimin opinó nerviosamente, y como acostumbraba empezó a jugar con susdeditos tiernos y regordetes.


– No mientas –Dijo Hoseok acariciando las rubias hebras de Park– Jungkook habla en serio, yo también lo he visto, asiste a una academia de baile.


Jimin no opinó nada y solo sorbió de la pajilla transparente y el envase sonó, soltando sus gotas finales, a lo que Jimin lo miró abultando su labio inferior y comió su última galleta, acariciando su barriguita, coloreó sus labios con su lengua y sonrió tiernamente.


– Jimin es un bebé –Afirmó Eunwoo, sonriendo– Es adorable como uno.


– Danos tu número de teléfono,¿Sí? –Dijo Namjoon sacando su celular, Jin y Eunwoo le siguieron.


– Sí, claro –Les respondió el rubio de blandas y rosadas mejillas, y luego les dictó su número telefónico con mucho cuidado.


– Yoongi, anótalo también, no sabes cuándo podrás necesitarlo –Exclamó Hoseok, que sonreía ampliamente.


Ajam –Respondió el contrario, tecleando en su teléfono con una expresión neutra y llevándose una galleta de chocolate a la boca.


Hoseok le dio un leve codazo a Jimin y le guiñó un ojo. El timbre sonó anunciando las siguientes clases.


– Adiós, chicos –Jimin saludócon un gesto con las manos– Un gusto conocerlos.


– Come con nosotros mañana también por favor –Hoseok juntó sus manos en señal de súplica y dejó escapar una risa.


– Lo pensaré, Hyung –Emitió el pequeño, dedicando una última sonrisa al grupo de chicos y tomando camino a su salón.


Para su suerte la siguiente materia que veía era una que entendía fácilmente. La hora pasó volando y más pronto de lo que esperó estuvo afuera, estaba ansioso por contarle a Taehyung todo lo que había hecho, y también reclamarle por no haberle contado su intención con la nota.


De camino a casa fue a la tienda a comprar ciertas cosas necesarias para él, entre ellas una nueva loción con olor a chocolate, tres bolsas de galletas de animalitos y un six-pack de leche con sabor a fresas, pagó y salió de la tienda, y con pasos cortos pero rápidos, en pocos minutos estuvo en la entrada de su cálido hogar.

c w t c hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora