stray venezuelan kids.

skz in the school.

¿Alguna vez te has preguntado cómo serían estos Jalabolas en la escuela?

Pues, ya lo sabrás.

[ Primer Grado ]

— Alumnos — Hablaba Tronchatoro, digo, la profesora. — Hoy tenemos nuevos alumnos, no, estaban desde preescolar cómo ustedes — les apuntaba con una regla — y son de China, así que no se burlen, o les quitaré su spinner.

" sí, profesora ".

Respondieron los carajitos.

De la puerta de entrada al salón, se veían nueve chinitos algo tímidos, otros gafos, y otros sifrinos.

El primero entró al Salón.

— Vamos, — Habló la profesora — preséntate.

El chico de voz muy grave, cabello entre oscuro y claro, muy bonitos ojos de hecho, y muy tímido.

— Ho-hola. —Tartamuedaba mucho el niño — Soy Felix.

— Tú eres chino, ¿por qué tenés nombre de gringo? — Habló el Jhonfran — quéjeso.

— Bueno. — Se iba acostumbrado, se le había ido lo calladito — Mira mi amor, yo soy australiano, y tengo familia coreana, así que puedes ir cerrando tu jetica, que aquí quien va a mandar soy yo. — Visualizó un puesto y se fue a sentar.

— Chacho.. — Habló la bruja — El siguiente.

El siguiente chico, también era australiano, muy bonito también, era amable, pero tenía una sonrisa en la cuál se le podía notar lo gafo.

— Hola — tenía la sonrisa de gafo. — Me llamo Christopher Bang, también soy australiano, y también tengo familia coreana, y espero llevarnos bien. — más lindo no podía ser.

— Ay, Jesucristo. — Habló Teresa con una mano en la cara — si querés mándame a otro gringo, pa' molerlo a coñazos.

El siguiente chico era burda e' bello Marica, BURDA E' BELLO,
que hasta teresa no sabía por qué sentía su tanga mojada.

— Hola. — El chico se veía rudo a pesar de que tenía seis años — Soy Hwang HyunJin, Pero pa' hacecelo más fácílito, díganme Juan. — El chico visualizó un puesto y se fue a sentar.

— Bueno, Juan. — Habló Tronchatoro. — Siguiente.

El siguiente chico, era bonito... Pero también tenía su toque Brayan por ahí, se le veía lo gordito pero buena gente.

— Hola, niños. — Habló el niño. — Soy Lee MinHo — Sonreía tímidamente — pero, me pueden decir Jojoto. — hizo una reverencia y se fue a sentar.

— Chacho, naguará — La vieja estaba cansada — ¿cuántos son, pues?

El siguiente chico, tenía cara de ardilla mezclada con hámster, también tenía pinta de Tukky, y humor grosero.

— Quéloqué, nenes. — Traía sus manos en los bolsillos. — Me llamo Han Jisung, y quién no se lo aprenda, es marico. — Visualizó un puesto y se fue a sentar.

— Estos carajitos no pueden ser más groseros — La vieja se pegó con la regla en la frente. — naguará.

El siguiente chamito, tenía pinta de Mariquito por su forma de caminar, tenía buena cara, y muy pote e' leche, pero educado.

— ¡Hola! — El chico hizo una reverencia — Mi nombre es Kim WooJin, pero me pueden Decir Kim — Tenía una bonita sonrisa — Espero nos llevemos muy bien.

— Al fin, uno educado — Sonrió la profe después de muchos años — siguiente.

El siguiente chico tenía cinco años, tenía una mirada de zorro, pero, ojos muy bonitos, y también era educado y tímido.

— ¡Hola! — Miraba hacia el suelo, CHACHO PERDÉ LA TÍMIDEZ — soy jeongin, pero me pueden decir... — Fue interrumpido.

— Ajá, y tú qué. — Habló Jhonfran mientras lo miraba fijamente. — ¿tienes familia animal?

— N-no. — Hizo una reverencia.

— ¿Y tus ojos qué? — chachito, que no cierra la boca. — Pareces zorro.

— Pues — El muchacho se arrechó, ay carajo. — eso no es peo tuyo, Déjame en paz. — Vio un puesto y se sentó.

El siguiente chico, era muy bonito, de ojos marrones pero claritos con toque oscuro, tenía mirada bulde China, amigable, y no tímido, además muy pote e' leche.

— Aló. — Habló el chico. — Mi nombre es Seungmin, soy buena gente, y espero caerles bien, espero sus cartas, chaito. — vio uno de los pocos puestos y se fue a sentar.

— Ufff — Tronchatoro ya estaba sentada. — Al fin, uno más y ya.

El último chico, tenía pinta de malandro malandrísimo, cargaba un suéter negro, humor negro 24/7.

— Quéloqué perros. — Cargaba sus manos en los bolsillos, y se relamía los labios — Soy Changbin, y quien me diga Chango le entro a coñazos ¿sí?, chao. — buscó, y se sentó en el penúltimo puesto.

— Al fin,niñ — La profesora se detuvo a ver lo que pasaba. — NIÑAS, QUITÉNSELE DE ENCIMA A JUAN.