Capítulo Dos: "Un cuento en abrumas".

34 1 0
                                    

Ya en la lavandería, esperaba a que terminara la secuencia de lavado de la máquina, mientras veía el cristal cómo se lavaba mi ropa... Eso me relajaba mucho.

«"– Usted tiene un nuevo mensaje de facebook –"». Dijo mi celular.

Lo chequé y sí... Efectivamente, ¡Era Crist!, “Dios, gracias”, pensé aliviada mientras ponía mi celular cerca de mi corazón mientras veía hacía arriba...

— ¿Quién es?. —. Escuché una voz en mi espalda... Segundos después me siguió un calambre en todo el cuerpo...

— ¡Ahhh!... ¡Eres tú!... ¡De nuevo!... —. Dije en cuanto me viré, y ví a la misma chica misteriosa que había visto en la carretera... En esa escarpa...

— Pues claro que soy yo, ¿y eso qué tiene? —. Me dijo algo altanera.

— Pero... Que... ¿Qué haces aquí?... No te esperaba aquí, esta lavandería es de 24 horas... Y no sabía que lavabas tus ropas en ésta... —. Dije muy nerviosa y algo asustada.

— Claro que no lavo mi ropa aquí, estas obras de arte requieren atención personal a mano. Lógico que no usaría una máquina para eso. —. Dijo la chica con tono de fastidio.

— Eh... ¿Okeeeey...?... Bueno... ¿Y porqué estás aquí? —. Dije algo confundida.

— Es que tú. Criticaste mi capa, ¿no es así?. —. Dijo algo molesta con tono serio.

— ¿Qué, yo?... —. Dije algo extrañada... O muy extrañada más bien...

— Sí, tú. —. Afirmó.

Yo me le quedo viendo extrañada y con algo de miedo... No quería responder...

¿Cómo sabía que critiqué mentalmente su capa?, o acaso se lo dicen seguido...?.

De la nada, aparece un chico, con apariencia emo, y le pregunta a la chica sí soy su amiga...

— Hermano, no te metas, que ahora estoy hablando con ella. —. Dijo seriamente.

— Ok. —. Y el chico se fué...

Después vino otro chico con aspecto serio algo gótico, y le dijo...:

— Gabriela, ya no te molestes con ésta chica, ¿que no vez que está algo asustada?, no seas poco amable... —. Dijo aquél chico con ojos muy calmos y voz relajante...

Con los brazos cruzados desde que me vió dijo aquélla chica misteriosa...:

— Hermano, ¡No te metas!, eres mayor que yo, y sigues de metiche... ¿No ves que estoy esperando su respuesta?, espero que no sea irresponsable. —. Con tono seco argumentó seria.

El chico la miró serio y fijamente... Y se fué.

Yo me quedé sola con ella y... No supe qué hacer... Mi sudor pasaba por mis mejillas, a pesar de que había aire acondicionado ahí... No paraba de sudar...

— *Sonido pensativo*, sí no me vas a contestar por miedo, eso no será irresponsable, sí no... Cobarde, morra*. —. Dijo con serena seriedad.

*Palabra en carácter femenino, que significa muchacha, es una palabra popular de algunas regiones de México.

— Yo... No sé qué responder... No sé sí sea irresponsable... Pero mi mente está ahora en blanco —. Contesté algo inexpresiva e impactada.

— ¡Vaya!, ¡por fín contestas!, pensé que te tomaría una eternidad. —. Dijo irónicamente.

Después ella vé a un lado y mira a los chicos de antes, le hacen una seña...

— Lo siento, tengo qué irme, mis hermanos ya terminaron de lavar sus calcetines. Chao, y espero no sentir tu vibra de crítica a mi capa de nuevo, cuídate. —. Dicho esto se vá de inmediato. Dejándome algo extrañada, sin saber qué decir. En cuánto se había terminado de lavar mi ropa...

Ví mi mensaje de facebook... De inmediato:

≤"Míali, jejeje, es bonito que te pueda mandar mensajes por Internet, esto es posible gracias a que estoy en la base militar, eso es genial, te mandaré fotos, espero que te gusten tanto cómo mis postales hechas a mano, saludos Crist. *Muchos emoticons de alegría*". ≥.

"¡Ahhhh~!... Crist, gracias por cada vez ir a la base mandarme mensajes, qué lindo...". Pensé. Creo que en voz alta porque muchos se me quedaron mirando... Yo sólo me avergoncé, guardé mi teléfono móvil, y me dispuse a sacar mi ropa de la lavadora... Para ponerla en la secadora algo nerviosa... Cómo siempre...

Mientras esperaba que se secara mi ropa le mandé un mensaje:

≤"Crist, ya leí tú mensaje, ¡muchas gracias buen amigo!, eres el mejor, en serio, espero con ansias las fotos. Saludos Míali." ≥.

Cuando terminé, de repente recibo sus precia... (Contengo el vómito otra vez... Y me lo trago... De nuevo...)

"Tengo que dejar de decir esa palabra y de pensar en ese incidente...". Pensé estresada...

Cuándo saco mi ropa de la secadora, busco una bolsa re-usable y tiro en un bote de basura la otra bolsa de plástico, que tenía vómito. Pongo mi ropa en la bolsa nueva, y me voy del establecimiento...

"Qué bien que tengo bastante dinero ahorrado, es para imprevistos e ir de viaje a visitar a mi querido buen amigo", pensé mientras sonreía... En cuánto choco con alguien...

— Oh, lo siento mucho no me fijé —. Dije disculpándome con aquél con quién choqué.

— *Ríe relajado*, no te preocupes, estoy bien, sólo fué un golpesillo —. Dijo aquél chico... Que ya había visto antes en la lavandería... Él es muy guapo, y parece mayor que yo...

— Ah, hola de nuevo... Gracias por defenderme en la lavandería, creo que exageré... —. Dije algo tímida.

— *Se ríe calmadamente*, no hay de qué, se nota que eres buena chica, y mi hermana es algo huraña a veces, pero discúlpala, ella adora mucho su capa, no lo hace intencionalmente, ella es en realidad bastante amigable. —. Dijo el chico con una voz muy relajante, me gusta su voz...

— Eh, está bien, lo siento sí ofendí su capa... Fue sin querer, yo no soy de criticar... —. Dije tímidamente.

— No te preocupes, hola, me llamo Gabriel, es mi primer nombre, un placer. —. Y extiende la mano para saludarlo...

— Ah, hola, yo soy Míalind... Un gusto. —. Y le estrecho la mano.

Él pone sus manos en los bolsillos de su pantalón, y me ve jovialmente. — Y, ¿qué te trae por aquí —. Dice relajadamente.

— Pues, sólo venía a lavar mi ropa... Y tú... Además de lavar calcetines, ¿qué te trae por aquí?. —. Dije sin pensar... No quería empezar conversación... Pero lo ví tan calmado, y su mirada me relajó para hablar...

— Ah bueno, yo me acabo de mudar hace unos días con mi familia, y no tenemos lavadora. Y tú, ¿también no tienes lavadora en tu casa? —. Preguntó algo curioso.

— Bueno... Es que la lavadora de mi casa no lava tan bien y rápido cómo la de la lavandería... —. Contesté algo nerviosa...

— Ah, bien, de acuerdo, ¿quieres ir a tomar algo caliente?, conozco un lugar bueno, ya que hace frío de mañana por aquí, aunque es verano... Estoy acostumbrado al frío, pero no sé si tú sí, te veo algo pálida y tiritante... ¿Te parece tomar algún té para calmar los nervios? —. Dijo con tono muy amigable.

Había notado mis nervios...

Y eso me avergonzó...

No sé sí pensó que soy antisocial, así que de inmediato contesté...

— ¡Claro!, vamos... —. Fue sin pensar... Nunca había tenido una cita...

Sólo de niña salía con mi mejor amigo al McDonald's... Pero... Ésto es diferente, esto sí parece una cita romántica...
No sé...

¿¡Porqué dije eso!?, yo y mi miedo "al que dirán"...

La chica hechicera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora