Capítulo Cuatro: "Mi vida con esa chica".

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Comía ya el almuerzo, y estaba muy pensativa, mis sueños casi siempre han sido raros, y aquél, era uno de los más extraños... Casi no comí por la preocupación.

Salí a caminar ya que el internet de mi casa se descompuso, y llamaron al técnico.

Así que me dispuse a salir a despejar mi mente.

Mientras camino, observo mi celular.

Me detuve a ver las fotos de mi mejor amigo... Qué lindo, me mandó pingüinos, esos animalillos me encantan.

“Lo pondré en mi pantalla”. Pensé felíz. Repensé dichosa, mientras ponía la imagen que me mandó mi amigo en la pantalla principal de mi celular.

Caminando en la calle, choco con alguien...

— Auch... Lo siento, no me fijé... —. Dije algo confundida.

— Ten cuidado mocosa. —. Dijo un señor de mediana edad.

Aquél señor parecía extranjero, y tenía vestimenta muy obscura... Me dio mala vibra.

Luego fuí al parque, allí había internet gratis, y el de mi casa lo estaban reparando aún.

Lo sé, me gusta salir, cómo que tengo un poco de fobia a los espacios cerrados, pero... Soy algo antisocial.

Ya empezarán las clases, ya que termina el verano y empiezan mis primeros días de preparatoria.

Sin... Mi mejor amigo... Crist...

Otra vez choqué con alguien por ver mi celular.

— Oye, ¿acaso siempre eres así de distraída?. —. Me dijo una voz femenina.

— ¡Lo siento tanto!, yo... No... —. Dije disculpándome...

Y me encuentro otra vez con la chica de la capa ornamentada...

Yo, no sé qué decir, me quedo estática.

— ¿Y no vas a saludar?, o, ¿te comió la lengua el gato apenas me viste?, bueno tengo un gato, pero no creo que coma lenguas, y menos la tuya. —. Me dijo con ironía.

— Bueno, *estem... Yo... Hola... —. Dije algo retraída.

*Palabra que significa "pues", "emm", es una frase pensativa de sorpresa, etc.

— Hola. —. Me dijo con innexpresión.

De eso vino su hermano mayor con un helado de cono y otro de agua de lima.

— Te tardaste. —. Dijo ella.

— Lo siento, es que el de lima estaba en otro puesto, del parque... —. Dijo Equilibrer.

Yo al verlo, me sorprendí, no esperaba encontrarlo de nuevo...

— ¡Hola Míalind!, buenas tardes. —. Me dijo cortés, con esa hermosa voz que tiene.

— ¿Quieres un helado?. —. Me preguntó con una sonrisa él.

— No gracias... Y hola. No esperaba encontrarte otra vez hoy... —. Dije nerviosa.

— Vá, me voy. —. Dijo Gabriela mientras se disponía a irse.

— ¿Estás segura que no quieres?, ¡son muy ricos!. —. Me dijo Equilibrer con simpatía.

— Bueno... Es que mi favorito no sé sí hay... Mi madre me lo prepara. —. Dije con timidez, mientras caminábamos.

— ¿Y cuál es?. —. Me pregunta con curiosidad.

— Pues, el de mantequilla de maní... O cómo dicen aquí, crema de cacahuate. —. Le dije.

— *Expresión de sorpresa* ese es nuevo para mí, pues, yo sí como eso, pero en emparedados con jalea de mora. —. Dijo sonriendo.

La chica hechicera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora