I

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El último conejo escapa de la jaula decorada con moños de colores, y el chico suspira audible pero ni se molesta en ir tras él, era el cuarto en menos de media hora. Cae en su silla tirando la cabeza hacia atrás, sin ánimos de escuchar a su amigo decirle que lo mejor sería atraparlo antes de que se fuera demasiado lejos y su pequeña función terminase en desastre.

Para Taehyung ya era una auténtica calamidad el mero hecho de no poder realizar un simple truco como lo era el del animal en la galera, y poco le importaba si su padre le regañaba por un poco de suciedad que la bola de algodón con patas pudiese causar.

Aún así Jimin en su rol de niño bueno (como a él le gustaba llamarle) se levanta y lo persigue, mientras el más jovencito lo observa desde la reposera amarilla con un enorme puchero en los labios.

— ¿Por qué no funcionan?

Desde una punta del jardín le responden—. Estoy algo ocupado ahora mismo... —Taehyung se centra en el césped contando hacia sus adentros cada tallo, la voz del otro suena como un eco perdido en sus pensamientos—. Evitándote un regaño.

—Tannie suele estar fuera cuando mamá no trabaja, puedes estar tranquilo de que no hará nada más que comer algo de la huerta —cubre sus ojos con ambas manos, estirando sus facciones hasta volver a dejar su fisonomía normal—. ¡Necesito tu apoyo en otra cosa!

— ¡Me mordió! —Jimin chilla y corre hasta Taehyung quien lo mira con una ceja en alto—. ¡No me juzgues! Tu mamá lo consiente demasiado, sólo quería que se aleje de las lechugas.

—Pero si tú vas y estorbas en su almuerzo... —resopla, decide volver al tema primordial—. No importa eso ahora, necesito que me ayudes.

—Fui espectador toda la mañana, tengo hambre, estoy cansado, y me duele el dedo —enumera mientras recupera su atención sentándose en donde Tae tenía la vista clavada—. ¿Tienes algo para que pueda limpiar esto?

— ¿Quieres dejar de hablar de tu fractura expuesta? —Escupe harto, el azabache frunce el ceño, cambiando su tono de voz

— ¿Y tú podrías dejar de quejarte cuando un truco no sale bien? —Sabe que toca una fibra sensible cuando lo ve apretar sus puños, por lo que intenta evitar sonar hiriente de nuevo—. Lo conseguirás, tal vez no hoy ni mañana, pero si practicas...

—No lo entiendes —Jimin respira profundo, sabiendo de antemano el discurso que iba a escuchar—. Me repito eso todo el tiempo, hace mucho... y nada cambia, ¡ni siquiera puedo hacer los de principiante! —Patea el suelo con rabia, el mayor se mueve un poco para no ser golpeado o que la ropa se le ensucie—. Mamá tiene tanta fe en mi y no soy capaz de hacer algo simple...

—Taehyung —el nombrado aprieta los labios, su tono endulzado le advierte que Jimin no tiene ganas de oír las quejas y no quiere admitir que lo sabe, porque la realidad era que ya ni él quería seguir diciendo que nada le salía bien; cambiar un poco el discurso de vez en cuando no le vendría mal. Aún así le ve pero no fuerza una sonrisa, contrario de Jimin que ahora de pie lleva una mano a su cabello castaño para sacudirlo sin ser brusco.

Tae se deja despeinar hasta que su mejor amigo le dice aquello que le hace reír, para luego verle alejarse con sus pertenencias tras decir que tenía tareas que hacer.

—La magia no existe Tae.

Niega, sujetando con fuerza la varita en sus manos.

Si tan solo él supiera.

Decide guardar su set de practicante e ir por un helado, usualmente Jimin no le diría que no y hasta le reprendería por no haberlo invitado, pero prefiere un poco de tiempo a solas y tampoco iba a interrumpirlo si tenía quehaceres. Con unas campanillas Tannie regresa a su jaula y lo lleva hasta el corral con los otros conejos, Taehyung les deja algo de comida antes de salir de casa y una nota en el refrigerador por si alguno de sus padres regresaba antes que él. Camina por el sendero más verde, por el cual casi no pasan vehículos y el canto de los pájaros es más audible para el oído humano, sin contaminación que le impida disfrutar la melodía.

Magical Begin || kth×jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora