Estás hecha una malota

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He sentido tantas veces este dolor que ya no duele cuando el cuchillo atraviesa mi espalda.
Deposito mi confianza en las personas, ¿y para qué? Siempre me traicionan, la culpa es de ellas, yo soy perfecta.
Soy la típica chica popular de clase a la que persigues por lo pasillos como si de una estrella de Hollywood se tratase, te mueres por ser mi amiga, por poder presumir aunque sea de cruzarte conmigo, soy tan famosa que no me conocen ni en mi casa.
No me conocen porque no me muestro como realmente soy, me da miedo quitarme esa coraza de niña malota que me puse hace tiempo. Cuando dejé de ser vuestra amiga para irme con las de ahora sentí una vez más que me habían clavado la puñalada por la espalda, hoy me doy cuenta que no erais
vosotras las que llevabais el puñal, sino que era yo, y de tanto doblar el brazo para llegar a mi espalda acabé rompiéndolo, y con él también mi corazón.
Para el brazo hay cura, para el corazón es demasiado tarde, las malotas no tenemos de eso.

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