Capítulo XIX

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-Entonces...¿tú y Cris ya no estás juntos?-le pregunté mientras íbamos dando un paseo por el parque de detrás del centro comercial.

-Creo que nunca lo estuvimos-me contestó Jesús,apretándome la mano.-Siempre te tuve en mi cabeza.

-Jesús,lo siento.

-No,perdóname tú.Fui un cabrón,de veras,siento...siento haberte hecho llorar.Me sentí fatal¿sabes?No pude dormir en toda la noche.Y cuando...cuando llegaste aquí todo volvió a surgir dentro de mí.Porque pones mi mundo del revés.-Sonreí.-Y no sabes cuánto he echado de menos esa sonrisa,sí,esa.

Le miré a los ojos,aquellos en los que me perdía,en los que por unos meses sólo veía un pozo negro sin fondo y dolor,y ahora vuelvo a ver el interior del chico que me enamoró en menos de una semana.

-Yo echaba de menos todo lo relacionado contigo,princeso.

-¿Princeso?

Estalló en carcajadas y eso era música para mis oídos.

Mi droga joder.

Noté que su mano ya no estaba pegada a la mía,si no que se encontraba rodeándome la cintura y acercándome a él.

-A ver dónde vas a tocar-dije en voz bajita,riéndome.

-Sólo donde tú me permitas.

-Mmmm...

-¿Qué significa mmmm... ?

-No sé.

-Vale.

-Vale.

Alzé mi mano y rodeé su cuello con mj brazo derecho,juntando su moflete con mi mejilla y dándole un beso en él.

Continuamos andando,entre caricias y palabras de amor que se nos escapaban a los dos.

Hasta que llegamos al lugar que marcó el momento más bonito de mi vida entera.

Nuestro primer beso.

Justo cuando nos paramos debajo de las luces de colores,éstas se iluminaron,proyectando unos halos de colores sobre el agua tranquila y quieta del lago.

Volví a fijarme en el rostro de Jesús,con una sonrisa de oreja a oreja y con esas arrugas tan extremadamente irresistibles que se le forman al lado de las comisuras.

-¿Lo has planeado tú todo?

-En menos de un cuarto de hora,creo que me merezco un sugus.

-Yo creo que te mereces algo más.

Transformó su sonrisa sexy en otra aún más.

-¿Como qué?

-Como ésto.

Me acerqué decidida a sus labios,a esos labios que tanto ansiaba,con los que soñaba cada noche y los que curan mis heridas,me acerqué a ellos para provocarlos y para que rellenaran y completaran los míos,para que recorrieran mi boca de principio a fin.

Y sucedió.

Por fin,lo que más esperábamos.

Nuestras bocas se fusionaron en un largo y cálido beso,cálido pero frío,juntando ambas sensaciones,provocando que mis mejillas se pusieran coloradas,notando el calor de las suyas y la punta de su nariz fría chocando con la mía,haciendo que nuestras lenguas se enredaran y volvieran a desenredar ese nudo de unión.

Sus manos rodearon mi cadera,la cual estaba cubierta por su camisa de cuadros,que se arrugó por la forma que la agarró Jesús,tocándola y amarrándose a ella como si fuera la primera vez que la tocaba,como si la guardara para que no se vaya.Mis brazos rodearon su cuello,mientras mis dedos subían por su nuca haciéndole suaves y dulces cosquillas,erizándole el vello,y con la otra mano jugueteaba con su pelo.

Nos separábamos por milímetros,para decirnos todos los"Te quiero"  que no nos hemos dedicado estos días,para volver a juntarnos de nuevo y que nuestras comisuras se dilataran a la par que nuestras pupilas.

Aunque seguía unida a los labios de Jesús,pude notar cómo la luz aumentaba.Jesús se separó de mí,sonriendo.

-¡¡Sorpresa!!-gritaron unas dos voces al lado mía.

En seguida me giré,para ver a Dani y a María,con unas impecables e impolutas sonrisas en su cara.

-¿Q-qué es esto?-pregunté,con la sonrisa más amplia de toda mi vida y en una carcajada.

-Una fiesta de vuelta-me dijo María,abrazándome.

-Nunca me he ido-añadí yo mientras le daba un beso en la mejilla.

-Pero estuviste alejada de nosotros.Y eso duele cacho fea-me dijo Dani acercándose a mí para abrazarme.

-Pero ya no me voy a ir,os lo prometo.

Dani me levantó del suelo por un momento y me dió un beso en la mejilla,e inmediatamente volvió a bajarme.

-¡Abrazo en grupo!-chilló Jesús.

Todos nos fundimos en un larguísimo abrazo,sellando nuestra amistad,por y para siempre.

Nos separamos,sonriendo,y María enchufó el IPod a los grandes altavoces y lo puso a todo volumen.

Empezamos a bailar,a reírnos y a disfrutar todo lo que no habíamos disfrutado.

Jesús me agarró del brazo y me susurró al oído.

-No te quiero volver a perder nunca guapetona.

-No me vas a perder.

Me sonrió.

-Y si te pierdes,que sea conmigo.

Asentí y me besó,me besó como él sabe,para que yo me enamore más de él,para que sea imprescindible en mí.

Porque esto es sólo el comienzo de una vida entera llena de nuevos recuerdos.

Arrasaré ciudades enteras para estar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora