[MR] Capítulo 17: ¿Puedes depender de mí?

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¿Puedes depender de mí?

Ella no se atrevió a hablar, sus labios estaban temblando, aunque su mano al contacto de su piel ardía, le estaba ocasionando descargas eléctricas y aún así no quería dejar su muñeca, se aferraba a ella como si fuera su vida, soltarla sería un insulto. Dasha apartó su brazo con horror, al instante su cabello blanco se llenó de escarcha, su presencia en ese lugar no parecía provocar el bien, sino que descontrolaba ese desastre, lo que era muy difícil de lograr considerando la magnitud de aquel desorden.

-¿Qué haces aquí?

Murmuró sosteniendo su cabello, sus dedos estaban tan calientes que derretian aquella escarcha que poco a poco quería apoderarse de su cabeza, parecía su casa parte de su cuerpo tenía un poder dominante sobre el, su cabeza el hielo, sus manos el fuego y sus brazos electricidad.

-Estas destruyendote.

Dijo ignorando la pregunta. La escena era espeluznante, estaba viendo el desmoronamiento de una persona, como aquella mujer se caía en pedazos frente a sus ojos dejando que sus sentimientos destrocen lo que quedaba de su cuerpo, era horrible.

-Quiero hacerlo.

Dijo sin pensarlo, aquella bomba había impactado con rapidez, pero se abstuvo de reaccionar, sólo dificultaria todo si su lengua no lograba trancarse a tiempo como para pensar detenidamente cada cosa que decía.

-No voy a permitirlo, por lo menos no por ahora.

Intento sostenerla de nuevo pero las descargas eléctricas hacían que se arrepintiera de inmediato. 

-Vete, mi alma ya está corrupta, si me voy estoy segura de que regresare.

La hermosa mujer sonreía a pesar de estar tan rota, quería ser la flor más bella que hubiera en todo ese jardín.

-Quise fingir al principio, pero no quiero que me opaques.

Las margaritas fueron aplastadas por sus tacones.

-Él sólo desea a las flor más hermosa, y esa no soy yo.

Río antes de que lágrimas cayeran de sus ojos descongelados, todo el hielo se consumió, los vientos pararon y el calor cedió.

-El problema principal es que nunca fuiste, eres y serás una flor, careces de todo lo que el reclama, quizás eso sea lo mejor, él no tendrá lo que busca.

Su perseverancia era demasiada, no se iría de allí si no era con ella. Pero en el fondo sentía que sus palabras estaban tan llenas se sentimientos que ella misma caería en la misma tempestad en el que se encontraba Dasha, ese del cual era preferible escapar a toda costa.

-¿Por qué no me dejas en esta ilusión?

Lloro desmoronandose.

-Si soy tan miserable, yo que no poseo más que nadie, yo qué quedé atada a Lourel y en este mismo día se me cruzo matarte tan pronto vi que no te sometias ante él.

Se encontraba sentada en el suelo, sus manos apoyadas en el cesped y su cabeza agachada en signo de vergüenza.

-¿Cuánto más pretendes quedarte así? Es cierto, ahora mismo no tienes más que nadie, pero podrías tenerlo, hoy en día te encuentras atada a un hombre, pero si sales de aquí significa que poco a poco esa cadena que los unifica se va rompiendo y si deseas matarme, encuentra lo que te hace falta para estar completa y aniquilarme si es lo que en verdad quieres.

Hablo fríamente mirándola desde la altura, no iba a ser delicada o dulce, al parecer, ese método era inservible con ella.

-No me siento capaz de seguir sin depender de alguien.

Su voz estaba quebrada, se encontraba al borde de un ataque de pánico, su cuerpo temblaba y apenas encontraba la voz para hablar. Tenía miedo de no volver a ver a Lourel, de seguir sin él, pero más terror sentía de esos sentimientos.

-¿Puedes depender de mí?

Lo dijo sin pensar, incluso esquivando algunos de sus valores, pero era necesario para sacarla de allí, no tenía mucho tiempo. Esa propuesta hizo que el tiempo se detuviera, su cabeza se alzó de inmediato, sus ojos se encontraban grandes de asombro y cuando parecía que los minutos no iban a correr más, enormes lágrimas se deslizaron por el largo de su cara.

-Lo haré.

Explosiones impactaron como consecuencia ella tuvo que protegerla con su cuerpo de los escombros. No tuvo tiempo de preguntar, supo que ya habían venido por ellas.

-Vinieron por nosotras.

Anunció parandose ella, estiro su mano para sostener la suya y pararla, los pedazos de pared caían de su ropa, eso sin duda dejaría unos hermosos moretones. Corrió sujetando su mano, no quedaba nadie en esa parte, todos seguramente estarían al frente defendiendo lo mejor posible al rey. No debían de pasar por donde los vampiros, la única opción era saltar y con suerte, caer cerca de donde estaban sus guardias, y por si fuera poco, sus poderes no estaban al 100% en esos instantes.

-Crea una barrera de aire para amortiguar la caída junto conmigo.

Tembló al aceptar, se veía la inseguridad desde kilómetros, aún así se confió en que saldría bien. Ella fue la primera en saltar, seguida de Dasha, ambas sujetas de la mano. La sostuvo contra su pecho, la barrera que ellas habían creado era lo suficiente fuerte para sostener su peso, pero de pronto algo falló, la barrera se debilitó y como consecuencia cayeron estrepitosamente, la agarró aún más fuerte contra suyo, su cuerpo no dolió en los primeros instantes al impactar, pero a los segundos el dolor se fue esparciendo por ella como si se estuviera quemando viva, se había quedado sin aire. Tardó minutos en volver a tener consciencia, dejó libre a la mujer que protegía y se permitió unos segundos de sufrimiento contra el piso. Cerró los ojos dejando fluir insultos de su boca.

-¡Lo siento!

Dijo Dasha tomando lugar a su lado. No paro de repetir que era su culpa incluso cuando Shey a encontraba dispuesta a seguir.

-Continuemos.

No le importó oír más, tomó su muñeca y la arrastró hasta donde su olfato la llevo. Estaban a poco kilómetros, era quedarse allí y hechar todo a perder o arriesgar todo, aún cuando sabían que si avanzaban más Lourel las vería, pero también sus amigos. Avanzó junto a ella a pasos gigantescos, hizo una cúpula de aire que detendría a cualquier ataque, porqué sí, habían balas, posiblemente una de las pocas veces en que las batallas en ese mundo se hacían con armas de fuego tan modernas.

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Está vez dudo que haya adelanto.

Mi rey. [2# Libro de la bilogia "Nuestros".]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora