Lógica tan ilógica.

26 4 0
                                    


''Ésta puede ser la última vez Keyler'' decía Khloe mientras dejaba caer su mano en mi muslo, lo suficientemente cerca de mi pierna. Lucía grandiosa, y era evidente que quería que ocurriera allí, en aquel auto. Me tomó por el T-shirt y me besó como si de ello su vida dependiera, me besaba como si me amara, me besaba como Rouxe, de hecho, pensaba en ella mientras me mordía mis labios. Rompió mi camisa por el centro y arañaba mi torso porque sabía que era la clave para que me calentara más que ella, no era para nada como las demás, no utilizaba uñas de gel, no usaba maquillaje, y aún así puedo asegurar que es hermosa.

Jake sabía que todo se saldría de control y se colocó unas gafas negras y subió el audio de la emisora en el auto, de casualidad, la música era para el momento. Aceleró tanto como nos descontrolamos nosotros. Movió los asientos delanteros hacia delante, haciéndonos espacio; Terminé de romper mi camiseta y le quité su vestido. La acosté en el asiento hacia arriba con su cabeza al borde del asiento y besé la punta de sus pies, deslicé mi lengua hasta el interior de sus muslos muy cerca de su vagina sin tocarla; Me tomó del cabello como si quisiera quebrarme el cuero cabelludo, mis manos perseguían por donde mi lengua dejaba el rastro y observé las contracciones de todos sus músculos corporales y sus labios humedecidos sin tener que ponerle mi boca.  Besé su monte de venus y succioné la piel de su pelbis, recogió sus piernas hacia ella y apretó mi espalda marcándome de arañazos. Traté sus senos como si fuesen helados de barquito sin tocar sus pezones. Quiso seguir tocando mi cuerpo y empujaba sus manos lejos de mí, mordí y besé su cuello provocando en ella que su piel se erizara como una gallina, quiso tocarme de nuevo y tomé sus manos, las coloqué contra la puerta al conjunto de que, mis dedos estaban penetrando su vagina humedecida como si de escupirla se tratara. Soltó mis labios porque no soportaba las ganas de gemir, la música estaba lo suficientemente alto pero sus gritos eran la mejor melodía que me provocaba que mis hormonas se descontrolaran mas de lo natural. Desabroché mi pantalón y subí al asiento del auto y la acerqué a mí tomándola por ambas piernas.

Ella tapaba su rostro y descubrí su cara, por razón de que ver el rostro de esa chica como si tuviera ganas de llorar, o mejor, cada chico siente placer cuando observa el placer que una chica ha sentido.

Abrí sus piernas y masajeaba suavemente su clítoris con la punta de mi miembro y, al mismo tiempo, ella mordía sus labios y se estremecía. Finalmente la penetré en lleno, sin protección donde se sentían hasta sus pensamientos, y movía su clítoris con mi mano en círculos brúscamente. Sus gritos eran tan perfectos y ruidosos que Jake subió el volumen por completo y nos miró, volviendo a voltear como si estuviese traumado, Cada penetración que pasaba por cada segundo hacía que me apretara y pellizcara mi piel, clavaba sus uñas en mí, deslizaba sus manos alrededor de mi espalda, tocaba mis rostro, mis labios y apretó los suyos inferiores...

Aquella acción tan sorpresiva me hizo explotar. Esa contracción en su interior hizo que explotara al mismo tiempo que ella, todo su fluído calló en los asientos del auto y en mi abdomen; De mi nivel de excitación tan potente alcanzó a tocar su cara, senos y vientre. 

La música continuaba muy alta y Jake iba bastante acelerado, sin embargo, sentimos un golpe bastante brusco en la parte trasera del auto. Jake haló la palanca del freno de emergencia, pero la fuerza de fricción de las ruedas del auto contra el suelo provocó que el auto se elevara por el aire en volteretas.

Khloe y yo estábamos desnudos y salimos despedidos del auto, caí con la cabeza contra el asfalto, donde al contactar inmediatamente quedé insconciente...


Desperté colgado de las manos en una habitación oscura, interrumpida aquella oscuridad por pequeños destellos de luz que penetraban por las grietas del techo. Cuando mis ojos se acostumbraron a la habitación, observaba dos personas atadas de la misma manera que yo; Manos arriba y una soga que rodeaba todo el cuello...

Páginas IncompletasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora