C A P Í T U L O 3

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Camila

Enfado.

Furia.

Enfado.

Esos eran mis sentimiento ahora mismo. No me podía creer que Lauren me hubiera dejado plantada, que no hubiera visto mi actuación en los AMAs por su puñetero miedo a que nos descubran.

La quiero, y la quiero muchisimo más de lo que muchos se imaginan, pero a veces con eso no me basta.  

Lloro de la furia que me provoca que Lauren me haya dejado, porque tenía la esperanza de que se quedara y me aplaudiera. Yo me hubiera quedado si hubiera sido ella la que actuaba y no yo.

Alguien toca la puerta, y estoy de tan poco humor que decido que quien quiera que sea puede irse y volver después.

Necesito tiempo a solas para reflexionar y tranquilizarme.

—Camz, soy yo.

Deje lo que estaba haciendo y salí corriendo a la puerta. Estaba enfadada, pero eso no significaba que no quisiera verla.

Abrí la puerta y la observe. Seguía vestida con su precioso  vestido morado que tenía un escote de muerte, y sus ojos verdes brillaban como si estuviera viendo un ángel. En las manos llevaba unas rosas muy bonitas.

—No debería estar aquí, pero me moría por verte. Déjame pasar por favor.

—No te morías por verme cuando estaba actuando.

Dije yo, y sus ojos se abrieron como platos por la… ¿Sorpresa?

—Camz, no no. Yo si que estuve durante tu actuación, me quedé hasta el final. Me fui en cuanto terminaste para no levantar sospechas y comprarte estás flores. —Dijo ella, como si fuera obvio que no había hecho nada malo y suplicandome con la mirada.

Apunte: tengo una debilidad por los ojos verdes.

Tome las flores y las deje en la cama. Lauren me miró expectante, en parte asustada (supongo) porque aún siguiera enfadada.

—Me vas a tener que recompensar muy bien el susto.

La atraje hacia mi con mi mano y junte nuestras bocas, pidiendo permiso casi al instante para meter mi lengua. A Lauren le tomó un tiempo reaccionar a mi, pero en cuanto lo hizo agarró mis muslos y mordió mi labio. Rei en su boca y con todo el pesar del mundo me separe de ella.

—Tengo que publicar unas cosas en Instagram, ahora continuamos.

El puchero que puso fue adorable, pero se separó de mí y fue hacia el espejo para tratar de quitarse el vestido. Tuve una vista de su cuerpo extraordinaria, y tuve que usar una fuerza de voluntad sobrehumana para no lanzarme sobre ella y arrancarle el vestido yo misma.

Grabe las historias para mi Instagram sin quitar los ojos de Lauren y de cómo se quitaba (o trataba) de quitarse el vestido. La imagen que tenía era como ver a una diosa desnudarse en frente de tu cara, te consume el deseo.

Casi tiro mi movil al suelo de lo rápido que lo solté en la mesa para acercarme a Lauren.

—¿Necesitas ayuda?—Susurré yo lo más coquetamente que pude, y el gemido que Lauren soltó a continuación me hizo saber que lo había hecho bien.

Me encanta tomar el control sobre Lauren, aunque pocas veces lo hago, mas que nada porque amo cómo me hace sentir cuando lo toma ella.

—Aquí no vas a ser tu la que toma el control, Lauren. —Dije yo, y Lauren se giró tan rápido que apenas me dio tiempo a reaccionar.

Sus labios ya estaban puestos sobre los míos besándome con una pasión y una dulzura excepcional mientras su cuerpo ya tiraba de mí hacia la cama.

Me cuesta mucho mantener la cordura cuando ella me besa, y eso ella lo sabe. Separa la boca de mi unos leves centímetros, haciéndome gemir de dolor por la falta de contacto. El brillo del deseo en sus ojos y la sonrisa traviesa en su boca es lo mejor que he visto en todo el dia, y es que nada nunca podrá tener comparación con ella.  

—¿Y quién me va a impedir que tome el control, Camz? Sabes que te encanta que te tumbe y te domine, que toque cada pequeña parte de tu cuerpo y la haga sentir querida con cada caricia.

Sonrió ante eso, pero niego con la cabeza dirigiéndome a su cuello y dejando un leve mordisco en él. Lauren gime de placer mientras voltea su cabeza hacia atrás.

—No lo olvides Lauren… Tú haces que llueva, pero yo haré de esto un diluvio. —Dije yo mientras la tiraba hacia la cama de un golpe, dejando su vestido en el suelo y sentandome sobre ella y su ropa interior de encaje. Ella dibujó una sonrisa en su cara mientras trataba de levantarse, pero yo la devolví a la posición inicial con mi mano—. No Lauren, hoy mando yo.

Let The Magic Begin (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora