El final de Sofia

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Siempre creyó que jamás formaría una familia, que no sería buen padre o que sería una mierda como lo fue el suyo, pero allí está, viendo la pantalla de aquel ecógrafo tomando, la mano de la que hacía llamar su chica y viendo en aquella pequeña pantalla los movimientos del bebé en su vientre, de su bebé.

Así lo sintió desde el momento en el que aquel hijo de puta se presentó en su casa para arruinar la poca paz que habían logrado construir en apenas dos meses, obligando a que Sofía revelara la verdad. Ella quiso marcharse, tomar las poca cosas que tenía e irse lejos. Pero Daryl lo impidió, la quería y quería estar con ella aunque eso incluyera al pequeño que traía en su vientre.

— ¿Quieren saber el sexo? — dijo con una pequeña sonrisa el doctor mirando a la pareja.

Ella clavó sus ojos en él quien asintió con algo de emoción viendo como movía aquel aparato sobre el abultado vientre de seis meses, no era la primera vez que le hacían esa pregunta, habían intentado antes pero nunca se dejaba ver.

— Es una niña. — reveló por fin haciendo sonreír a ambos.

Sentía un pequeño cosquilleo en su vientre, era una emoción que jamás había experimentado, estaba feliz de que Sofía formara parte de su vida y estaba aún mas feliz por qué formarían una familia juntos y era algo que nunca se había planteado, en realidad muy en el fondo sabía que si lo había hecho pero no quería caer en esos oscuros pensamientos, no los necesitaba ahora mismo.

Al salir del hospital regresaron a su hogar con grandes sonrisas en sus rostros, parecía que por fin serían felices, ambos tendrían todo lo que no tuvieron de niños y le darían a esa niña todo el amor que a ellos les faltó, así lo decían cada día desde que la verdad salió a la luz. Merle rio al saber que sería una niña, dijo que Daryl tendría que conseguir una escopeta para ahuyentar a los novios ya que no le alcanzarían las flechas de su ballesta si salía igual de hermosa que su madre. Ese tipo de comentarios los hacia a diario, al principio le molestaban por qué iban dirigidos a su mujer, pero con el tiempo ya no le importaban, simplemente reía o le respondía con algún comentario irónico y ya.

Sofía había dejado de trabajar obligada por Daryl, quien le había dejado en claro que no debería trabajar en su estado y aunque ella le explicó que sólo estaba embarazada y que podía seguir con su rutina, él no se lo permitió. Así fue como en poco tiempo consiguió trabajo en el taller mecánico del pueblo, los autos eran algo que le gustaba mucho y necesitarían el dinero para comprarle cosas a la niña, así es como poco a poco fueron formando un futuro que prometía felicidad para ambos.

Luego de cenar el pequeño antojo de pizza que Sofía había tenido, se sentaron a mirar algo de televisión, Merle fue el primero en dormirse así que sólo quedó la pareja en silencio siendo alumbrados por la luz del aparato.

— Deberíamos aprovechar que se durmió.— sugirió Daryl dejando pequeños besos en el cuello de la muchacha.

Eran frecuentes sus encuentros, al parecer el embarazo había despertado un gran apetito sexual en ella que Daryl no se negaría a saciar en cualquier momento del día. Ambos se levantaron con rapidez y caminaron hacia la habitación donde satisfacían su deseo cada vez que les era posible.
Con suma urgencia se despojaron de sus prendas, amaba sentir las caricias de ella sobre su piel, tenía esa manera aniñada de tocarlo que lo excitaba al límite, le llevaba casi diez años, pero ese no era impedimento para que sintiera todas las cosas que ella le hacía experimentar día a día.

Le gustaba oírla gemir su nombre cuando le practicaba sexo oral, amaba verla retorcerse entre las sábanas mientras el la penetraba con sus dedos para hacerla sentir extasiada de placer.

Con rapidez bajo sus bragas dejándola expuesta para él, Sofía soltó un jadeo al sentir como recorría su pierna con dulces besos hasta llegar al muslo donde con algo de presión dejo un chupón no tan fuerte sobre su piel. La sensación de su lengua recorriendo la abertura de sus labios fue un deleite que incrementaba mientras trazaba círculos sobre su hinchado clítoris, llevo sus manos hacia el cabello de el tironeando de este sin mucha fuerza mientras gemidos de placer se escapaban de sus labios. Daryl no aguanto mucho más sin estar dentro de ella y con suma rapidez se colocó entre sus piernas penetrándola con firmeza, llevo sus labios a los de ella con cautela de no aplastar su vientre enredando sus lenguas en un beso tan apasionado como lleno de amor.

One Shots «Daryl Dixon»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora