|Dos|

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Sus respiraciones cada vez eran más rápidas, estaba demasiado agitado para pensar coherentemente en el ruido que producía su boca, los nudillos de sus manos estaban tomando un tono blanquizco ante la fuerza ejercida con la que arrugaba las sabanas...

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Sus respiraciones cada vez eran más rápidas, estaba demasiado agitado para pensar coherentemente en el ruido que producía su boca, los nudillos de sus manos estaban tomando un tono blanquizco ante la fuerza ejercida con la que arrugaba las sabanas en sus puños. Su cabello bailaba en cortinas alrededor de su rostro con cada movimiento ejercido, incluso, algunos mechones estaban adheridos en su piel debido a su transpiración, sin embargo, no era algo que le importara en ese momento.

Jeon podía oírlo gemir y eso simplemente le deleitaba a seguir moviéndose y darle a su compañero el placer que merecía. Era indescriptible la manera en que sus manos recorrían con suavidad la silueta que se formaba en su torso, como sus labios dejaban un camino de besos húmedos hasta llegar a su mejilla, algo que curiosamente a Jungkook le había agradado.

Observando como el cuerpo de Taehyung se colocaba a su lado, aquella mirada penetrante y oscura le indico cual debía ser su siguiente tarea, el rubio sin ni siquiera haberlo tenido que escuchar comprendió su mensaje y no perdió más tiempo, se colocó por enfrente suyo, retrocediendo lentamente hasta estar entre sus piernas, delineo con su lengua la perfecta "V" que se marcaba en su cadera creando un camino hasta el interior de su muslo sintiendo su piel erizar, su excitación había subido y su erección se lo hizo saber. Con movimientos lentos se acercó poco a poco por en medio de sus entrepiernas, sabía que lo hacía sufrir, le escuchaba maldecir y aquello le causaba diversión.

Después de tanto la serpiente había convencido a Adán de morder la manzana.

Nadie le podía hacer sentir como el pelinegro, sus manos le calentaban rápidamente, su voz lo hipnotizaba, sus ojos lo tentaban y sus labios podían hacerlo venir, nadie se comparaba con Kim Taehyung.

Lo hacía tan bien que podía ver las manos de Taehyung arrugar con tal fuerza las sabanas bajo él, sus ojos se apretaron y su mandíbula se puso dura marcando los músculos tensos de su rostro, sabía que estaba cerca, quería verlo, saborearlo y admirarlo, pero antes de poder terminar su grandioso trabajo escucho el reloj llenando el silencio de la habitación, provocándole abrir los ojos y darse cuenta que estaba en su habitación, solo y con la ropa interior, ahora, manchada.

Si Jungkook contara las veces en que despertaba de tal manera, quizá no podría vivir para decirlo, pero aquella vez todo se había sentido tan distinto y no encontraba el porqué.







-Buenos días.- anuncio Adam desde la cocina.

-Hola.- saludo sin más ánimos.

-¿Todo bien?- pregunto la voz varonil. Jungkook en respuesta solo levanto los hombros restándole importancia, ¿cómo explicarle a su padrastro que quería acostarse con el vecino? y que solo aquella fantasía pasaba en sus sueños, imposible de cierta manera.- Me alegra que quieras ayudar a Taehyung, ese es su nombre, ¿cierto?, como sea, solo quiero pedirte que tengas cuidado.

-¿Con respecto a qué?- pregunto curioso ante sus palabras, Adam nunca le había prohibido nada que tuviese que ver con personas fuera de su "círculo social", pero la alerta en su mirada era muy extraña de apreciar en él.- Si es la bebé debes saber que tendré mucho cuidado.

Perfect. |Taekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora