IV. Percy

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viendo a Nico por un largo instante lo reconocía, pero... es que estaba Tan cambiado, su estatura había aumentado, su físico mejorado de una manera increíble, incluso su piel oliva parecía más viva, sus oscuros ojos ónix parecían brillar como la más luminosa Estrella y ello lo dejaba perplejo ¿acaso Hades se habrá dado cuenta de el ángel que tenía por hijo?

Al abandonar la habitación rápidamente volvió golpeando la puerta esperando a que el otro abriera, había olvidado dejarle alguna ropa de cambio y todo lo que pudo ofrecerle fue una sudadera la cual Nico recibió rodando los ojos y un "Gracias" casi imperceptibles. El príncipe Del Mar abandonó nuevamente la habitación dejando al príncipe de el inframundo cambiarse en paz. Por la noche había tenido ciertos sueños que le había dejado algo inquieto, más aún de lo que lo dejaba su déficit atencional por hiperactividad.

En el suelo veía a Nico sonreír, pero no a ese Nico, si no al pequeño Niño fan de mitomagia, le sonreía a él y le tomaba la mano conduciéndolo a un lugar que muy bien conocía "La casa de Hades" pero quien le sujetaba la mano ya no era aquel pequeño, sino el Nico que había admirado aquella mañana, el agarre a su mano se afianzaba mientras en la otra sujetaba su espada de hierro estigio, ambos caminaban a oscuras y podía notar que el azabache temblaba, sus manos sudaban y aún así no le parecía tan mal sujetar su mano.

-Al fin lo haces, Di Angelo.

La voz resonaba en su cabeza y les envolvía al igual que la oscuridad, el eco se iba apagando y fue entonces que el dios hizo presencia, Eros.

El sueño había sido bastante incómodo y lo había dejado con más preguntas que respuestas más cuando el menor le llamó deshizo todo pensamiento.

-¿Que sucede huesitos?

-No me digas así-Dijo de mal humor el hijo de Hades?.- ¿No crees que me queda muy grande?

La verdad a los ojos de Percy es que de veía bastante bien luciendo su sudadera, se le hacía adorable.

-Te ves bien.

Aquella respuesta fue suficiente y lo sabía pues la sonrisa del otro se lo decía, podría acostumbrarse a ver Tan increíble joya cada día, Will Solace debía estar muy agradecido de ver a aquel ángel cada día. Ese pensamiento le derribó los ánimos hasta el piso aún cuando no entendía el porque ¿acaso sentía celos de que Solace fuese partícipe de la felicidad del niño que por tanto tiempo le admiró?

-Por cierto Percy... esta noche volveré al campamento mestizo.

Aquello sí que fue una cubeta helada... quería que se quedara y ni siquiera se atrevía a pronunciar aquello por lo que tan solo asintió, debía ir a la biblioteca a estudiar un poco para estar al nivel de Nueva Roma así que dejo a su amigo en su habitación dándole poder de hacer lo que quisiera... no quería verlo pues sabía que terminaría sugiriéndole que se quedara por algun u otro motivo, pero lo sabía... Will era su novio y probablemente estaría preocupado, tenia que comprender aquello.

Toda su tarde en la biblioteca parecieron nada, cada que intentaba concentrarse Nico acababa en sus pensamientos ya fuese el "¿Estará comiendo bien?""¿tendrá una buena relación padre-hijo con Hades?" "¿Cuantos dioses conocerá?" Un listado de preguntas incoherentes con las que pensaba asaltar al azabache cuando llegara a casa... pero no fue así pues al llegar encontró en su habitación una nota.

"Querido Sirenito:
Gracias por recibirme aunque ni siquiera pregunte si es que puedo ir, gracias por tu hospitalidad y atención. Sé que estás estudiando duro y espero todo te resulte, no olvides, salvaste al mundo, química no es más que un Karpoi odioso.
Pd: gracias por la sudadera.
Pd2:Deberjas venir algún día tú a visitarme.
Con cariño, Nico."

Percy sonrío y abrazo el trozo de papel contra su pecho, claro que iría.

Can't help falling in love with you (Percico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora