8. Adicto a ti

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Antes fumaba, ahora fumo Ventolín. ¿Que por qué? Amapola, ¿a dónde me arrastras? Yo sólo quiero ser feliz, contigo o sin ti, pero cada vez que intento olvidarte y creo que lo estoy consiguiendo, vuelves a deambular por mi mente y de nuevo... Te necesito, Ventolín. 

A veces fumo el aire, porque sé que es el mismo que inhalas tú. Otras, la brisa que imagino ondeando tu cabello. Otras me chuto Ventolín, y las bocanadas de oxígeno me hacen sentirme más vivo, y resucitar de entre la pesadilla que me arrastra cada noche a lo más profundo de la oscuridad... 

Oh, Amapola, ¿por qué me haces sufrir tanto? ¿Qué te he hecho yo? Nada más que ser un pobre hombre enamorado. 

Hoy incluso he vomitado. Te habría contado que he vomitado mariposas, pero los pegajosos tropezones que he tirado no se parecían a ellas. Incluso me he vomitado la ropa. Olía mal y estaba mareado. Puede que me pasara anoche con el Ventolín... ¿Quién sabe? Nada me parece suficiente si no estás a mi lado. ¿Y qué más da si me coloco un rato con él? ¿A quién hago daño? A nadie, Amapola, a nadie... 

Luego he intentado meterme en la ducha y me he caído con los piños por delante. Ahora soy un enamorado desdentado. El agua se llenaba de sangre y de mocos, mientras lloraba y me enjabonaba, y me sentía tan sucio, tan miserable... Oh, Amapola, qué solo me siento si no estás a mi lado. 

Al ir a salir de la ducha de nuevo he tropezado. Me he resbalado y por poco me abro la crisma contra la bañera de porcelana. Por suerte, sólo me he desnucado, y he pasado unas horas desnudo en el suelo tirado. Han llegado los bomberos y la policía, al parecer no llevaba horas, sino días. Con el alma adolorida y los huevos colgando, me han llevado hasta una camilla, y luego, aquí me he despertado. 

La habitación es blanca y todo huele a alcohol de hospital. La verdad es que no tengo ni hambre. Ojalá hubiera por aquí cerca un Ventolín. Tengo mono de fumarme unos chutes. Quizá eso me haga olvidarte.

Han pasado tres días y no me dejan salir del hospital. Dicen que tengo abstemia, y yo creo que es de ti, pero ellos insisten en que es por el Ventolín, que me he hecho adicto y que cosas malas puedo sufrir. 

Además estoy sin piños y ahora estoy un poco feo. He sonreído a una enfermera y ha salido corriendo. Me pregunto si conocerá a una tal Amapola... 


Mi vida enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora