Se asoma con miedo y el corazón en mil pedazos, lágrimas de cristal en sus sollozantes ojos, un ser muerto, posando en un ataud.
Preguntas invaden su mente, cuestionandose como todo acabó así pero al final así tenía que acabar, en la muerte, de un...
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Otro amanecer lleno de luz.
La alarma de mi teléfono quiere tomar vida propia y matarme los oidos, la apago con una fuerza descomunal, mientras abro mis ojos entrecerrados y bostezo a más no poder.
Me levanto con una pesadez de mi cama, movitandome con que la comida de la cafetería que ansiosamente deseo saborear y también me movita ver al chico guapo del club de cine, que en pocas palabras, no me da bola y no soy de su agrado, desconozco el porqué.
Desayuno listo y Sage lista, sin dudar hoy estoy radiante y siento que será un grandioso día.
Bajo a mi hogareña sala y visualizo por el área de la cocina a la bella Margaret, mi madrastra que es como mi segunda madre, la flor más bella, el ser más precioso que pueda existir, tengo la creencia que el mundo sería mejor si imprimieran más Margarets.
Sus ojos reposan en mi con alegría y escucho su entusiasta "Buenos días linda" con su sonrisa que me parece espectacular, llena de pureza y belleza misma.
Me acerco y con sus brazos me rodea, se siente bien, se siente cálido, me recuerda un poco a los abrazos que me daba mi madre, la mujer que más amaré siempre, la mujer madre que pude tener.
Desayunamos como señoras cuarentonas en los cafés los días sábados y me despido para seguir mi camino habitual, el reformatorio, digo, escuela hostrand, lugar de élites e hijos de personas famosas/ privilegiadas.
Mis padres en los años 80 fueron actores de varias cintas muy exitosas, pero en especial y la más reconocida famosa cinta "Amor en Japón", una historia de un japonés que conoce a su esposa americana en Japón, donde nace un amor salido de los cuentos y mágico, pero ese amor se desvanece con el tiempo por problemas en la relación, la americana conoce un americano en Japón y definitivamente termina con su verdadero amor de su vida.
Los americanos eran mis padres, mi madre una bella pelirroja que encantaba a todos los extranjeros y hombres en general, mi padre un exitoso empresario que salto a la actuacion, en dicha cinta se conocieron y de verdad nacio su amor, despues de unos años decidieron volver a Estados Unidos y empezar una vida juntos.
Cuando tenía 12 años a mi bella madre, que su nombre era Liz, le detectaron un cáncer terminal, que terminó con su vida rotundamente, fue doloroso, fue triste, fue horrible ver como mi madre se moría cada día, sin yo poder ayudarla, me sentía tan frustada y enojada con la vida, que me resultaba injusta, mi madre merecía vivir, era la mejor mujer que pude conocer, mi ejemplo e inspiración.
Cabe mencionar que mi padre contrajo una depresión después de la muerte de mi madre, el amor de su vida, eso lo hizo decaer en tantos aspectos, pero conocio a Margaret y en su vida volvió a ver a luz, volvió a ver amor y un nuevo camino.
En mi caso, me resultó difícil superar la ausencia de mi madre, cada vez iba olvidando más su voz, su aroma y algunos recuerdos, hubiera deseado tenerla conmigo para siempre.
A la distancia, siempre te amaré mama, gracias por estar conmigo y ser la mejor persona que pudo existir, jamás te olvidaré mi preciosa mama.
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Después de mi momento de melancolía, inundada de recuerdos sobre mis padres, llegué al instituto y mi destino es el club de cine.
Ubicada muy cómodamente en mi asiento, veo una bola de aduladores alrededor mío, que me hace sentir asfixiada pero es lo de siempre, con la fama que tienen mis padres, algunos de acá me ven como la hija de los Collins, la atractiva pelirroja progenitora de los famositos, la verdad me resulta cansado, no se que me ven y no es que me menosprecie, pero soy una chica medianamente corriente en tantos aspectos personales como gustos.
Sonrió falsamente para no parecer una malagradecida por sus cumplidos y adulaciones, pero en verdad, me parecen estupidos y sin sentidos, solamente quieren agradarme por mi nivel social o físico, no por quien soy y es una rotunda mierda.
Entra mi razón por la cual estoy en el club de cine, Drake, uno de los chicos más inteligentes y atractivos que han podido existir.
¿Se dará cuenta de lo irresistible que me parece? o bueno, a medio instituto, que de alguna manera el no logra percibir lo atractivo que es.
Veo que asoma donde me encuentro, con todo la bola de los sin vidas, ejecuta el típico re ojo y se ubica en su asiento, dándole completamente igual y yo acá, muriéndome por tener una conversación con el.
Me pregunto que tal le parezco.
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Vamos tu puedes hacerlo, solo hazlo, no es tan difícil, exprésate e invitalo.
¿Que es lo peor que puede pasar? ¿Qué te diga que no? deja de pensar estupideces.
Conciencia maldita.
El día de hoy tengo una cena con unos amigos en comun con el semidiós de Drake, que de alguna manera es la excusa perfecta para invitarlo pero me muero de los nervios.
Objetivamente solo debo enviarle un mensaje, no debería ser tan complicado, miento, si lo es, me derrumbó de la pena, jamás he hablado con él e invitarlo así de la nada, es muy aleatorio pero quiero hacerlo, quizás es una estupidez.
Después de reescribir el mensaje mil veces con mis ataques de dislexia logré concretarlo.
"Buenas noches Drake, disculpa que no te pedí el número personalmente, un acto descortés de mi parte pero no encontré el valor para pedirtelo, este mensaje es con el fin de invitarte a una cena con unos amigos que algunos son tuyos en comun, pensaras que es muy caótico y aleatorio, ya que no somos amigos, pero me encantaría conocerte y entablar una linda amistad contigo, espero que me des la oportunidad de hacerlo y vayas con esa sonrisa atractiva que tienes, te espero en Sodapop a las 8 puntual, sin discusiones. "
¿Sone muy desesperada? o fue una invitación de mierda, puede ser que las dos, ni puta idea.
Espero ansiosamente su respuesta, mientras espero que el chófer venga por mi, estoy nerviosa.
