♡;Capítulo 10

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"No lo dudes más por favor, y llévate mi corazón de una vez. Sí, entre más cortante será mejor.

Incluso si la luna cerró sus ojos está noche.."

—JiMin —susurró él moreno, su voz sonaba triste pero sus ojos mostraban felicidad.

Los luceros de JiMin se encontraban rojos, su piel lechosa notaba sus oscuras ojeras, sus mejillas húmedas, posiblemente había llorado.

JongIn cuidadoso con sus movimientos, sintió como su corazón se rompía al ver a su amado en esa forma, la primera vez que lo vió, la peor imagen para él.

Sí tan solo fuese un hombre diferente y no yo. Sí tan solo se tratara de la línea de un drama... Quemaré todas las cicatrices que obtuviste por culpa de este amor.

—Tú.. —susurró el azabache—. ¿T-tú eres?

Su cara le era conocida, aquellas facciones se le hacía familiar, aquellos dulces ojos que le observaban con amor y ternura. ¿Dónde?

—Yo no soy como aquellos estúpidos niños de mami, sólo que me encanta verte sonreír, por favor no llores.

Aquella voz, cuando fue cruelmente humillado por su orientación sexual. Aquel ángel llegó, con un girasol en manos, con intención de regalarselo.

No llores por favor.


—Park JiMin, me gustas mucho —él mayor se levantó tomando su mochila y colgarla en su hombro—. Sí tú no eres feliz, yo tampoco, sí lloras mi mundo se viene abajo y sí eres feliz aunque no sea conmigo mi mundo es feliz.

—¿C-cómo se llama hyung?.

—Me llamo Kim Jong In, él chico que se enamoró perdidamente de tí.

—Kim Jong In, —susurró el morocho, se sentó alado de JiMin y tomo su manito entre sus manos—. Él ex capitán del equipo de fútbol americano en el instituto.

JiMin le dolía la cabeza, los recuerdos cuando todos en el instituto lo molestaron al enterarse por Lalisa que me gustaban los chicos, el moreno fue por él, aquel chico de botas negras y apariencia ruda fue por él. Lalisa, aquella bruja que alguna vez fue su mejor amiga, y se llevó a JungKook de su lado.

El azabache comenzó a llorar nuevamente, JungKook no estaba con él más.

—Cariño no llores esta noche, después de que pase la oscuridad —murmuró JongIn besando sus párpados—. Será como si nada hubiera ocurrido, no eres tú quien se convertirá en espuma. Se acabará antes de que lo sepas, así que cariño no llores porque mi amor te protegerá.

Los brazos de el mayor rodearon el cuerpo del pálido, acariciando su espalda con parsimonía.

—Si tú no eres feliz, mi mundo se viene abajo, —dice el moreno—. Aunque no estemos hecho el uno para el otro, yo te amo. Por favor cariño, no llores más.

Aquella escena era observada por la madre de JungKook, tenía sus manos en su pecho atónita. Recargada dió una pequeña sonrisa, y toco la puerta.

—Adelante —la voz entrecortada de JiMin resonó.

La mayor entró y saludo al de piel morena amablemente. Kai y JiMin estaban separados, y el moreno ya no tenía el girasol en manos, ahora lo tenía el azabache.

—Ya puedes ir a casa conmigo mi bolita de arroz —respondió la mayor—. TaeHyung y los demás te están esperando, te espero afuera y aquí tienes ropa.

SooYoung puso la ropa en el sillón, ya salió sin decir nada más.


Kai acompaño al pelinegro a su casa, petición de la madre de el pálido. TaeHyung, Hoseok NamJoon, SeokJin y YoonGi esperaban en casa a Park con una bienvenida.

—JiMin, ¡Qué bueno que ya estás en casa! —TaeHyung abrazo a su mayor.

JiMin sonrió forzosamente, correspondió el abrazo de JiMin.

Por los pasillos notó la presencia de JungKook que estaba observandolo desde su cuarto.

—Quiero ir a dormir Tae —susurró JiMin cabizbajo.

Los mayores se miraron entre sí.

—Esta bien, —Hoseok volteó  donde miraba Park—. De formas nos quedaremos unos días contigo.

—Gracias chicos —Park sonrió, y camino con ayuda de su mejor amigo a subir.

La señora Jeon miró a su hijo, y negó. JungKook era su pequeño, pero por culpa de aquella niña había cambiado, lo que menos quería es que Jeon estuviera cerca de JiMin, miró al moreno que estaba en silencio sin dejar de tener la mirada en JiMin.

—Gracias por acompañarnos, puedo ir a dejarte a casa —la mayor sonrió amablemente—. Sí gustas tomar algo o comer algo, estoy muy agradecida por estar con mi hijo.

Kai negó.

—Muchas gracias señora Jeon, estoy bien puedo ir solo a casa —respondió—. Mi madre espera, y tengo que llegar temprano.

Joy insistió en dejar al moreno a su casa, pero se negó educadamente. Camino hacia su casa en las oscuras calles de Seúl, en la fría y oscura noche.


Kim llegó a su casa, abrió la puerta con sus respectivas llaves, quitando sus zapatos y tomar algo más cómodo, su casa le hacía sentir tranquilo, relajado y completo. Salió al patio donde estaban sus flores sembradas y cuidadas con mucho amor.

Los girasoles estaban tomando su color nuevamente, ya no estaban tan marchitas como antes.

—Mamá —susurró acariciando las marchitas girasoles, los cantos de los grillos era lo único que se escuchaba y las luciérnagas que alumbraban a su alrededor—. Lo encontré otra vez.

 Lo encontré otra vez

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I Missing Your Face 『 국민 ¦ Kookmin』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora