I Missing Your Face 『 국민 ¦ Kookmin』

♡;Capítulo 11

"Recuerdo nuestro primer beso, por lo tanto cierro mis ojos cada vez que puedo."

JiMin no pudo conciliar el sueño estos días, solo podía descansar un rato. Imágenes de JungKook en los brazos de aquella mujer que alguna vez considero su mejor amiga.

JongIn, solía ir a casa del azabache a visitarlo más que nada, con esa preciosa sonrisa que alteraba su pequeño y destrozado corazón.

¿Cómo es que después de tanto tiempo se acuerde de él?

JiMin si se acordaba de él moreno, pero.

¿JongIn sentía aún algo por JiMin?

Pregunta con la que no puede dormir. Se sentiría apenado, si los sentimientos de el moreno no habían cambiado, pero los de él sí.

Y demasiado.

En estos momentos no tenía un estado de ánimo exacto, no sabía ni lo que sentía, estaba cegado en la tristeza de haber perdido al amor de su vida.

¿Era correcto lastimarse a él mismo? Pensó.

JiMin se levantó con pereza de su cama, donde estaba sentado abrazando sus piernas y sollozando por todos los hermosos recuerdos a lado de su JungKook.

Su primer beso. Aquella vez de niños, cuando el menor no sabía que era dar un beso, ni sabía que era el amor.

—JiMinnie —el pequeño castaño lo miró con sus mejillas enrojecidas—. ¿Qué se siente besar?

JiMin dudoso lo miró, recordaba los besos que su madre y su padre se daban antes de empezar a odiarlo por estorbar en su vida. Cuando alguna vez se amaron como debían haberlo hecho.

—Um, —pensó el pequeño JiMin—. N-no lo sé Kookie, nunca e dado mi primer besó.

JiMin arropó al menor a su lado, dormían juntos ya que el castaño era quien cuidaba del más bajito, Park era miedoso en ese sentido, pero se justificaba que dormía junto a el castaño para protegerlo.

—Oh —el menor dice.

El pelirubio apago la luz, y encendió la pequeña lámpara de noche y en el techo se mostraba unas pequeñas estrellas haciendo sentir más aliviado al poder dormir.

No vaya a ser que el monstruo se apareciera y se los comiera, no no no.

—Hyung..

—¿Sí? —respondió el azabache.

JungKookie jugaba con sus deditos debajo de la gruesa sabana, cubriendo su carita.

—¿T-te puedo dar un beso? —JungKook preguntó.

JiMin sintió sus mejillas arder de la vergüenza, amaba con todo su corazón al pequeño y travieso JungKookie y daría lo que fuera para que nunca se fuera de su lado.

—Y-yo, —susurró—. T-tu beso debe ser con alguien especial Kookie, cuando seas mayor te gustará alguien.

Sus mismas palabras dolían como mil infiernos, quería que él fuera el único en su vida así como el castaño lo es.

—Minnie hyung es especial —contestó—. Y-yo te quiero mucho, y eres especial para mí.

JiMin volteó su cabeza, y JungKook lo miraba fijamente con un brillo en sus ojos, la luz de la luna los iluminaba como si fuesen destinados a hacerlo, a estar juntos.