5 Capítulo (En el hospital)

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La venganza y la tragedia a menudo suceden al mismo tiempo. El perdón redime el pasado (Jeanette Winterson)

Ian Gales era odioso, no podía creer que de esa boca tan bonita que tenía, salían palabras tan horribles. Iba de camino a la residencia para encontrarme con Ian para hacer la tarea de matemáticas. Mi día no fue como pensaba, mi suerte no era como la que tenía Zoey o Allie. Quería que algo bueno me pasara este año, pero sabía que no sería así. Con los años había aprendido a no confiar en las personas, para que yo pudiera confiar en alguien teníamos que tener dos años de conocernos por lo menos. Ahora las personas te mostraban una cara cuando realmente tenían otra.

—Tardaste.

—¿Llegué tarde? —dije sin importancia, me demoré porque pase por la heladería comprándome una paleta fría — El autobús pasó tarde, lo siento.

—Digamos que te creo.

—Bueno no me interesa si no me crees.

—¿Porque eres tan mala?

—Ja! ¿Yo soy mala ahora?

—Creo que comenzamos con el pie izquierdo Raquel —dijo acercándose un poco a mí  No soy malo como crees, solo es que no confió en las personas, pero tú eres diferente. Y quiero que seamos amigos.

—No te creo —dije— quieres algo de mí, eres muy atractivo y lo sabes, sabes cómo aprovecharlo. Pero podemos ser compañeros. -sonreí

—Te lo demostraré.

—Te estaré esperando entonces Ian.

...........

El apartamento de Ian era muy bonito. La decoración era muy moderna, era espacioso y estaba muy ordenado. Nos dirigimos a la sala y nos sentamos en el mueble en forma de c que tenía Ian, para hacer la tarea.

—¿Quieres algo de beber, agua o jugo? —preguntó.

—Jugo por favor.

—Ok.

—¿Vives tu solo aquí? — pregunté mientras él iba para la cocina.

—Con mi mejor amigo.

—Humm ya. Me gusta la decoración que tienes. —dije señalando las paredes.

—Toma tu jugo. —dijo entregándome la bebida  —Gracias, contraté a alguien para que lo remodelara e hiciera algunos cambios.

—¿Osea que tu compraste este apartamento? —dije con confusión.

—Mmm no, solo es que no viviré en un lugar que tiene un aspecto aburrido. —decía mientras se acomodaba al lado mío. —Empezamos?

—Si claro.

......No me estaba sintiendo bien, ya no tenía ganas de seguir con este trabajo. Me sentía mareada y comenzaba a ver borroso.

—Creo que me tendré que ir. —le dije con los ojos cerrados mientras me tocaba la cabeza.

—¿Te sientes bien? —tocaba mi frente Ian. —Te traeré agua.

—No es que yo... no....se... que...— las palabras no podían salir de mi boca y hacia toda la fuerza posible, cuando comencé a ver todo negro.

Me daba vuelta la cabeza, parecía como si me hubiera subido a todos los juegos del parque de diversiones. Estaba acostada en una camilla del hospital, tenía unos cables conectados en mi mano. Mis ojos recorrieron aquel cuarto y allí vi a Ian. Estaba sentado en una de las sillas del cuarto. Dormía tan lindo, él era hermoso no lo podía dejar de aceptar, pero sabía que nunca llegaría a poder andar con un chico así. Desde pequeña había soñado tener un príncipe azul, que me amara por cómo era, que me respetara y apreciara. Porque si yo me estaba cuidando era para una persona que de verdad me valorara. Pero la verdad es que cuando llegas amar tanto a alguien, no importa su físico si no por cómo te trate y sea contigo. Soñaba en que algo hermoso sucediera en mi vida, pero, esperar por ello sería como esperar a que lloviera en el desierto. Y no llegaría a caer, no me lo perdonaría de nuevo.

Raquel ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora