Capítulo 7

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JUST A WOMAN.

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Por: Maeda Ai

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.:: Capítulo 7 ::.

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Intentaron hacer el amor la misma noche en que Kurosaki le propuso matrimonio, pero aquella vez el tiempo se les fue conversando y haciendo planes, luego la disponibilidad de ambos simplemente se tornó nula. Algunas veces era Ichigo quien no podía debido a sus compromisos, otras más, el trabajo de Rukia les impedía verse.

Pero hoy nada se interpondría, nada los interrumpiría ni les dejaría la sensación de frustración a tope.

NO. . . esta noche era solo para ellos. . .

* ¡ Te extrañé !. *

Susurró el pelinaranja, atrapado entre los brazos de la pequeña mujer, robándole un corto beso poco después.

Kuchiki bajó la mirada, de pronto apenada; su lindo rostro matizado en rojo. Estaba nerviosa aun cuando ésta no era la primera vez que estaba con este hombre. Ichigo lo notó y no dudó en preguntarle el porqué de su nerviosismo.

* Nada, es solo que. . . yo igual te extrañé. *

* ¿Y?. . . *

Rukia desvió la mirada; una sutil sonrisa aun dibujada en sus labios.

Quizás el muchacho no lo notase, pero él miraba de forma ligeramente distinta a la chica. Sus ojos brillaban con intensidad y no podían apartarse de ella y eso, por alguna razón, la ponía nerviosa.

* Enana, no temas, es solo que. . . te deseo tanto y los recuerdos y los sueños ya no me son suficientes. Rukia, las manos me duelen de las ganas que tengo de tocarte, yo. . . quiero tocarte, quiero besarte, lamer y besar cada rincón de tu lindo cuerpo, hacerte gemir, hacerte gritar. . . hundirme en ti, en tu femineidad y enloquecer. . . *

La pelinegra se quedó atónita con las palabras de su compañero.

""¿Alguna vez ha existido hombre que profese semejante deseo por una mujer, que la añore tanto, que la ame?. . .""

Se preguntaba la chica. No pudo más que pensar que sí y se estremeció de alegría al darse cuenta de que ese hombre no era otro más que Ichigo, y que todo ese deseo y devoción. . . eran por ella.

* Te amo, te amo !!. *

Le decía la mujercita una y otra vez, arrojándose a los fuertes brazos del pelinaranja y llenándole de besos el rostro.

Risas inundaron la habitación mientras los rayos del sol de la tarde se filtraban por entre las persianas, haciendo resaltar los cabellos del chico, quien tomó entre sus brazos a Rukia y la recostó sobre la cama.

La contempló por unos instantes, la ropa había sido olvidada en el piso. Las manos del muchacho se deslizaban con maestría por las suaves curvas de la pelinegra, arrancándole gemidos de gozo, especialmente cuando la mano derecha se perdió entre las piernas de la chica.

* I-Ichigo !!. . . *

Rukia se arqueó al tiempo en que separaba sus hermosas piernas, permitiéndole a su compañero un mejor acceso a su intimidad, así como una delirante imagen de la misma.

Mojada, cálida y ansiosa, así estaba la mujer, pero el chico quería jugar un rato más.

Ichigo hundió su dedo medio en el suave y dulce sexo de Kuchiki mientras su ansiosa y experta lengua separaba los pliegues íntimos y acariciaba el clítoris.

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