One-shots de Marvel

Bucky Barnes

La chica dormía pasivamente en su habitación, cuando escuchó un estruendo en su pared seguido de un par de gritos y quejidos.

"Bucky" pensó a lo que rápidamente salió de las sábanas para correr descalza a la habitación de al lado, encontrándose a Steve ahí también.

Ambos abrieron la puerta, y vieron a Barnes removerse en la cama, quejándose casi a gritos.

—Ve— murmuró Steven desde la puerta, a lo que Sara caminó hasta el borde de la cama, incandose a la altura necesaria.

—Bucky, soy yo, T/N... — comenzó a hablar tranquila, luego de un par de oraciones él despertó sentándose de golpe en la cama, golpeando la pared con su brazo metálico por accidente y así dejando un agujero más en la misma.

Su respiración era agitada, y en su mirada se encontraba plasmado el dolor, el miedo y la desesperación de su ser.

Volteó su mirada a su amigo, quien al seguir de pie fue el primero en ver; ahí, recostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

Steve sintió como su corazón se comprimía un vez más, por más que lo negara, ver a Bucky en ese estado le lastimaba, ya que, nadie merecía tal tortura como la de recordar todas las noches el episodio más doloroso de su vida.

Luego la mirada azul de Barnes pasó hasta la chica, quien le miraba dolida, poco a poco se fue calmando hasta que sólo quedaron el dolor y las lágrimas en su rostro.

La chica se enderezó, trepándose en la cama para sentarse frente a él.

—Respira, ya todo pasó, estás a salvo. — repetía por partes, tomando las manos del soldado y llamando su atención.

—¿Estás mejor? —preguntó Steve, acercándose a su amigo hasta sentarse al lado de él.

—Sí... — asintió con la mirada apagada y perdida.

Steve palmeó su espalda para luego levantarse. —Los dejaré a solas. — dijo antes de retirarse, cerrando la puerta tras de sí.

La chica tomó el rostro de su novio entre sus manos, obligándolo a verla; con su pulgar secó las lágrimas de sus mejillas, para luego envolverlo con sus brazos.

Él pasó su brazo humano por la cintura de ella, tratando de mantener el artificial lo más lejos de ella para evitar lastimarle.

—Ya estás bien, aquí no te pasará nada... —susurró, pasando sus piernas a ambos lados de la cintura de él, cada una a un lado; quedando sentada entre las piernas de él.

—¿Lo prometes?— susurró temeroso, ocultando su rostro en el cuello de la chica.

—Lo prometo.— contestó, alejándolo levemente para verle a los ojos.

—No deberías de estar conmigo, te haré daño.— murmuró él con la vista fija en los ojos de su novia.

—No me harás daño, amor, y ni aunque lo hagas me alejaré de tu lado. Nunca.— susurró antes de dejar un pequeño e inocente beso en sus labios.

—No te merezco— susurró él, abrazándola nuevamente.

—Mereces lo mejor, lamento que no alcanzara para más.— dijo ella, acariciando su cabello.

—Te amo, T/N.—dijo, aún algo asustado.

—Yo te amo más, Bucky.— susurró, acariciando su espalda para calmarle.