Capítulo 7 - deshidratación

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Una vez dejado atrás el valle de la novedosa laguna. Jack y Rai continuaron su viaje en rumbo a la montaña que estaba justo debajo de la luna que iluminaba las casas y zonas del lugar, sin embargo, ahora había algo diferente en ellas, estaban mucho más juntas, ahora parecía más un pueblo, con sus calles y barrios, Rai se cuestiono lo que había pasado en la antigua aldea que ahora se trataba de un pueblo, pero no tardo en recordar que en ese lugar las cosas no tenían demasiado sentido. Al horizonte no había más que explanada y mas sendero a recorrer. El viaje iría para largo asique Rai se digno a comenzar una conversación.
-Oye Jack, se que te acabo de conoce y tal pero...  ¿Me podrías decir donde demonios estamos?.
El animal, aun mirando abajo, contesto con calma a la interrogación de la chica.
-¿Te crees que yo lo se?.
-Bueno, teniendo en cuenta que se supone que llevas aquí mucho más tiempo que yo, podría haber algo que puedas saber, no es que en este sitio halla muchas explicaciones, y teniendo en cuenta que una señora mayor casi nos mata y hemos tenido que pasar por un puente vegetal encima de las ruinas de una casa que se ha hundido en un lago improvisado, se me ha ocurrido que tal vez halla alguna que otra cosilla que no sepa.
Jack, apenas agredido por el claro sarcasmo de su compañera, intentó retomar el turno de palabra.
-¿Que te crees? Yo tampoco es que lleve mucho más tiempo que tu en este lugar, y si el poco tiempo que llevo aquí he estado encerrado en esa casa entonces...
-Por eso me diste esa llave y dejaste el cuchillo en la almohada- lo interrumpió Rai
-Quiero decir, tu querías salir de allí de algún modo, pero sabías que esa mujer era demasiado poderosa para enfrentarla tu solo, por ello, escondiste el cuchillo en el cuarto con la esperanza de que alguien entrara en ella y se enfrentará a ella, un plan bastante inteligente diría yo.
-Bueno te equivocas en un punto.
-¿Cual? -dijo Rai intrigada.
-Bueno, no es que tuviera la "esperanza" de que alguien viniera - dijo Jack con cierto aire infantil - sabía perfectamente que alguien vendría, ¿de verdad crees que fuiste la primera en visitar esa casa? Créeme que no. Cada tres noches cae alguien en este bosque. Si ese alguien es adulto no caerá en la trampa de la casa de la bruja y podrá continuar con su camino, pero si ese alguien es un niño y entra en la casa cuando es invitado a ello, ese chico está condenado, lo he visto una y otra vez, pasarán tres días en los que el pequeño será tratado con amor y compasión, con la falsa promesa de volver a casa si se portan bien. Sin embargo, al tercer día, serán llamados al panteón, la sala donde peleamos contra ella hace rato, y allí...
Jack paró con una mueca de disgusto en su cara y entonces continuó.
-serán torturado de horribles y monstruosas formas: palos ardiendo, clavos en las manos, palizas, crucifixiones. Nunca he presenciado una "cena" como ella solía llamarlas, pero podía escuchar perfectamente los llantos, gritos y súplicas de los pequeños que son mas que suficientes.
Rai tenía un nudo en la garganta, aquello era horrible y el solo pensar que de no ser por Jack podría haber terminado así hacía que le entraran nauseas.
-ja!, pero eso no es todo, los más afortunados son los que morían durante la primera sesión, un final triste y doloroso pero con dignidad, pero si el pequeño sobrevive después de la "cena" el cuerpo del niño era enganchado del techo del panteón donde se dejaba hasta su muerte por deshidratación o hasta que ella lo matara voluntariamente, durante ese tiempo sube una que otra vez para arrancar carne del cuerpo y clavar algún que otro clavo en un ojo o arrancaba dos o tres dedos de la mano. Y todo esto con los ojos tapados antes de entrar al panteón con la promesa de que cuando los volvieran a abrir estarían en casa.
Rai pensó por un momento las duras declaraciones del animal y entonces cuando menos lo esperaba se paralizó y sus ojos se aproximaban lentamente a la figura de Jack mientras varias gotas de sudor recorrían su frente.
-¿Para que quería la carne? - pregunto Rai temblando.
-La usaba para "dar sabor" a sus pasteles.
Las últimas palabras de Jack terminaron por derrumbar a la muchacha y, en el suelo comenzó a vomitar de nuevo, había comido carne humana, carne humana de verdad, y ni siquiera de personas normales, de niños pequeños que apenas habían empezado a vivir. La culpa se mezcló con el asco y repulsión que le provocó la historia de su compañero junto con la tristeza e ira que recorrían sus músculos, es cierto que antes, al ver ese cadáver lo había sospechado y vomitado también, pero no lo llegó a pensar fríamente hasta ese momento, la evacuación se prolongó por varios minutos hasta que finalmente pudo cerrar la boca sin notar ningún impulso. Rai se sentó a un lado del camino para después levantarse y, balanceándose como un péndulo, retomar la marcha. Su cerebro estaba atosigado, no sabía que pensar y con la mente en blanco y sin expresión en el rostro preguntó.
-Ella antes dijo que no podía comer ¿para que necesitaba tomar la carne de esos niños? - dijo intentando encontrar una excusa para poder pensar que aquella pasta roja rodeada de gusanos que la brujo la obligó a comer era cualquier otra cosa de lo que realmente fue.
Jack, que apenas se inmutó del comportamiento de su amiga, prosiguió.
-Ella te dijo que su método de nutrición era "diferente" ¿no?, pues bien, ella se alimentaba del dolor ajeno, cada herida que provoca es como una descarga de carbohidratos para ella, con un solo cuerpo puede alimentarse por 3 días, lo que tarda el organismo en morir, si lo miramos de esa forma tampoco podemos culparla mucho por sus actos, solo se estaba alimentando, debía matar para no morir.
Dijo finiquitando la explicación.
-Pero bueno, ya no podrá hacer daño a nadie mas.
Rai, aunque aún deprimida por los actos ocurridos se sintió mejor por el hecho de por fin tener todos aquellos cabos bien atados y poder pensar con claridad de nuevo sin embargo, aún quedaba algo en su mente que no acababa de cuadra, siendo este misterio el que más cerca tenía, mas concretamente, uno que caminaba a cuatro patas a su lado y se quejaba de vez en cuando, Jack, ¿de donde había salido?. Sin embargo, cuando pronunció las tres primeras palabras de la nueva interrogación pareció que este lo había intuido y evadió la pregunta con un.
-¿Que es eso de ahí delante?.

El bosque de los CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora