Draco descansaba a mi lado. Estaba tumbado con los pantalones y la camisa abiertas. Yo tenía el píe pasado por encima suyo y estaba abrazada a él. Le iba dando besos por el cuello, la barbilla, la comisura del labio, hasta hacer que su sonrisa apareciera una y otra vez.
-Te quiero.
Se me encogía todo el cuerpo cuando escuchaba esas palabras salir de su hermrosa boca. Sentía mariposas, abejas zumbonas, Godzilla y todo dentro de mí se despertaba. Y él lo notaba, lo sentía.
Se colocó encima de mí dándome besos por el cuello y entre beso y beso pronunciaba las palabras mágicas. Iba subiendo más y más, hasta llegar a mis labios. Entonces paró.
-Te he querido desde que eras un hamster- beso- te quiero ahora que eres la hija del Doctor Maligno- entonces estallé a reír, ya que no esperaba que conociera algo tan muggle mientras me seguía dando otro beso- y te voy a querer hasta que tengas 100 años y estés arrugada y te se caigan los dientes...- y le callé con un beso.
Él era la razón por la cual seguía sonriendo. Entonces la puerta se abrió de golpe. Narcissa entraba sofocádamente. Al vernos se quedó dos segundos sin saber que hacer pero rápidamente dijo:
-Evangeline, vistete rápido. Antes de que venga. Corre.- miró a su hijo mientras se levantaba y me lanzaba la ropa- Draco, este no era le mejor momento.
-¿No decís que estáis todos a mi disposición?- le guiñé un ojo a Draco mientras se abrochaba la camisa. Narcissa me estaba vistiendo, literalmente.
La puerta se abrió mientras me deslizaba una camisa turquesa con un arco iris en el centro. Soy la proxima Dolce & Gabanna del lado oscuro, nena. JAJAJAJA fijate si eres subnormal.
En la puerta estaba uno de los mortífagos más buscados en el mundo mágico: Fenrir Greyback.
-Vamos, Evangeline- me dijo.
-¿Pero porque tanta prisa? - me quejé yo saliendo como una bala, cogida por Fenrir. - Me estas haciendo daño.
Pero él no desistió. Se podría decir que me llevaba colgando del brazo.
-¡Que me haces daño! - grité yo.
Entonces a mitad de las escaleras me soltó y yo, con mis pies de hierro, acabé rodando.
-¿Estás loco?- le escupí. Tenía un chichón en la cabeza.
Draco se me acercó y me ayudó a levantarme mientras el otro seguía gritándome: CAMINA.
Llegue a una sala, gracias a la ayuda de Draco. Estaba llena de mortífagos, en los que reconocí a Bellatrix y Anastasia. En el centro, junto a Nagini, estaba Voldemort.
-Hola, papa.- dije yo sarcásticamente.- No me gusta ese tío- dije señalando a Fenrir.
Tom rió.
-No es muy amable, pero intentará serlo la próxima vez, ¿Verdad Greyback?
Asintió.
-Bueno, ¿Qué quieres?
Draco se había apartado y estaba sola en el centro, con una camiseta turquesa con un puto arco iris en el centro, con cientos de ojos oscuros mirándome fijamente.
-Es la hora de que sepas tu misión, querida. La razón por la que fuiste creada.
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Ojos Grises
Fanfic-Prometiste que me las podría quedar. -¡Pero son mis favoritas! -Ahora son las mías. Adiós a Mickey Mouse en mi ropa interior. [Si no entiendes alguna broma de/entre los protagonistas, comenta y te resolveré cualquier duda] La mayoría de personajes...