-¡Mierda! -masculló Elia cuando cerró la puerta de su casa con fuerza. Tiró el bolso al suelo y caminó por la sala mientras se iba quitando la chaqueta.
Esto la superaba, no sabía cómo se iba a enfrentar a ello sola, ¡nunca había estado sola! Su madre siempre la apoyaba en todos sus problemas y ahora ella ya no estaba... No sabía qué iba a ser más duro, si afrontar que su madre había fallecido o tener que comportarse como una adulta con 15 años.
Su madre lo había sido todo para ella, no tenía a nadie más en quién confiar y, aunque llevaban 4 años luchando juntas contra la enfermedad, no estaba preparada para dejarla marchar. No era capaz de de enfrentarse a esto sola. Ahora, tenía que conseguir un trabajo con el que poder pagar los recibos, la comida y la escuela, eso sin contar que también debería ahorrar para la universidad. Por suerte, tenía becas de estudios, pero siempre había un pequeño porcentaje que se dejaban sin cubrir.
Al menos, las clases ya habían finalizado. Eso le dejaba tiempo para trabajar de jornada completa y no tener más preocupaciones. Era como si su madre hubiera estado esperando el momento idóneo para dejar de luchar, aunque no había acertado totalmente. Aún le faltaba un año para poder trabajar y, aunque tenía algunos ahorros, se acabarían pronto si no encontraba algo con lo que mantenerse.
Llevaba todo el día buscando por la zona, preguntando en todos los locales que tenían algún cartel de "se busca personal", pero todos la rechazaban por no tener aún la edad suficiente. El problema no era ese, era que llevaba así una semana y ya estaba desesperada. Desde que su madre había sido enterrada, su rutina había sido esa: desayunar, prepararse un bocadillo, salir a buscar un trabajo, comer y seguir buscando. Tan solo se había permitido descansar el día del funeral, pues creía que su madre se merecía, al menos, un día en el que poder llorar su pérdida, aunque eso fuese algo totalmente insuficiente. Un día no servía para lamentar la pérdida de Teressa Krane. Ella era una brillante científica que había dado todo por conseguir sus sueños y situarse dentro de lo más alto. Había participado en numerosos, y prestigiosos, proyectos de investigación con exitosos resultados, pero ser un gran cerebro no te asegura tener una vida cómoda.
-En este mundo de mierda es mejor no dedicarse a buscar el bien de la humanidad -murmuró con rabia.
A pesar de todos sus logros, el salario que recibía por parte de Industrias Oscorp no era tan alto como se merecía. Era lógico teniendo en cuenta que la empresa se centraba más en tecnología y armamento, cosas por las que sí pagaban un alto sueldo a sus trabajadores. La parte humanitaria de la empresa se estaba pudriendo poco a poco y, aunque su madre estaba feliz con el trabajo que realizaba, eso no era suficiente. Por si fuera poco, Elia estaba convencida de que el cáncer estaba relacionado con la exposición a los químicos con los que trabajaba, no había otra forma de explicar la rápida extensión que había tenido. Si bien era cierto que los médicos habían intentado alargar su vida todo lo posible, su madre no había dejado de trabajar.
-Siempre te preocupaste demasiado por los demás -lanzó al aire, esperando una respuesta-. Debería dejar de hacer esto, no creo que sea sano -calló durante unos instantes, clavando la vista en el sitio del sofá del salón donde su madre solía sentarse cuando veían películas juntas. Podía visualizarla perfectamente, con el brazo en cabestrillo debido a que no podía moverlo y media cara completamente inmóvil-. No quiero que esa sea la última imagen que tenga de ti -sollozó.
Corrió hacia la estantería y cogió el albúm de fotos. Avanzó hasta las últimas páginas y las fue pasando poco a poco, concentrándose en su madre, en cómo era antes de la enfermedad. Su madre sonreía en todas ellas, selfies en su mayoría, donde salían ambas disfrutando juntas de comidas, compras, excursiones y ferias de ciencias. Incluso había algunas de los miles de reportajes que Elia se dedicaba a hacer de su madre, pero todo eso había terminado mucho antes que la vida de Tessa. Desde que le diagnosticaron la enfermedad, habían dejado de hacerse fotos juntas, quizás porque ella misma sabía el final de la historia y no quería que su hija tuviera un recuerdo directo de esos momentos. Quizás, también se habían hecho tantas fotos juntas para que, al menos, Elia no pudiera olvidarse del rostro de su madre.
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El Guardián (Iron Love) [Peter Parker]
FanfictionElia, la hija recién descubierta de Tony Stark, se ha dado de bruces con una nueva vida que nunca hubiera imaginado. Ahora su día a día está lleno de vengadores, peligros y sobre todo Peter Parker, con el que desarrollará una relación complicada mie...