Capítulo 17 - Primera ronda

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-Deja el tema... -pidió Elia.

-¡Sólo digo lo que creo! -se defendió Peter.

Aquella mañana habían decidido pasar la conversación al Skype, ya que ninguno estaba muy ocupado. Era una buena forma de intentar comenzar a hacer los deberes y seguir hablando. La relación entre ellos seguía como siempre, no había variado nada, pero Elia seguía esperando a que él diera el paso para hablar sobre aquel beso. Era consciente de que era algo que no iba a suceder, pero lo esperaba, quería una explicación directa al menos, no un simple "es mi amiga" mientras Peter la presentaba a otro chico. Ella seguía fingiendo que nada había pasado, que no le importaba, con lo que se esforzaba en mantenerlo todo igual que antes. Sin embargo, Peter siempre soltaba alguna de las suyas, lo que hacía que ella se molestase. De nuevo, había insistido con que tenía que compartir sus inventos con los superhéroes, concretamente con Spiderman, como si de verdad a él le fuera a interesar algo de lo que ella hiciese.

-Lo dices porque eres mi amigo -repuso Elia, mirando la caja con las pertenencias de su madre. Aún no se había atrevido a abrirla pero, teniendo en cuenta que al día siguiente sería 10 de septiembre, tenía la intención de esperar un día más-. Además, él se hace sus propios artilugios, o como quiera que los llame, y conoce a mi padre -añadió-. Estoy segura de que él puede aportarle mejor material. 

-Pero tu le aportarías algo distinto -insistió.

Ahí tenía una forma de picarle.

-¿Estas diciendo que mis inventos no son tan buenos como los de mi padre?

La cara de Peter cambió drásticamente. Comenzó a ponerse nervioso y a tartamudear, intentando salir de la situación.

-¡Es lo que tú siempre dices! -consiguió decir después de varios intentos.

-¿Entonces no opinas eso de verdad? -continuó. Picarle era divertido-. ¡Tan solo lo dices por decir!

Su nuez se movió al paso de su saliva. Elia lo había conseguido, le había puesto nervioso lo suficiente como para que dejase el tema por un tiempo.

-Peter...

-Creo que de verdad eres muy buena -comenzó a hablar él sin dejarla terminar-. Tus ideas son increíbles, son cosas que no había visto antes, y te lo digo de verdad. Quizás parezcan inferiores a los de tu padre, pero eso es solo en apariencia. Estás en el isntituto, por favor, y tampoco has tenido unas herramientas ni unos materiales que te permitan compararte con él en cuanto a los trabajos. Lo que haces me parece increíble, no solo por la utilidad que tiene, sino porque aún estás aprendiendo. El señor Stark lleva años de experiencia, ha estudiado esto; tú tan solo te dejas guiar por lo que has ido aprendiendo sola y haces maravillas. 

Esta vez la que se puso nerviosa fue ella. El juego se le había ido de las manos y no contaba con ello. ¿Por qué Peter tenía que ser tan adorable? Esto no estaba bien, su intento de desintoxicación no iba a servir si él, después intentar fastidiarle, tenía una salida de ese tipo. Ahora se sentía demasiado culpable.

-¿Elia?

-Era una broma, Peter -confesó-, sé que valoras mis inventos -añadió-. Yo... solo pretendía molestarte un poco, no hacía falta que dijeras algo así -continuó-. Lo siento.

Peter se quedó en silencio, mirándola fijamente. Elia agradeció que estuvieran a kilómetros de distancia, si no los latidos de su corazón se oirían demasiado fuerte, delatándola. Tener una amigo como Peter era una completa tortura.

-Está bien, no diré nada más sobre que le des tus inventos a Spiderman, lo prometo -aseguró-; pero tampoco hace falta que te disculpes, me lo he buscado.

El Guardián (Iron Love) [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora