Capítulo 5

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El salón real se encontraba repleto de personas, la mayoría eran nobles y personajes importantes en el país y el resto eran sirvientes y lacayos que corrían de acá para allá buscando atender las necesidades de todos los invitados. BaekHyun y YiXing específicamente estaban sufriendo de una tarde bastante atareada, ya que al ser los sirvientes oficiales de los monarcas su trabajo era mucho más pesado y debían cuidar de cada detalle. Aunque quién da las órdenes es Hana, la ama de llaves real; una mujer adulta y estricta que se encargaba de coordinar que todos cumplieran con sus labores a la perfección. Toda la servidumbre real le temían, ya que sabían que el más mínimo error podría costarles el trabajo o incluso la vida. Siempre se movían con precaución cuando la mujer estaba cerca.

La sala se fue llenando cada vez más con los invitados de aquella celebración. Los mejores músicos del país tocaban deliciosas melodías para ambientar el lugar mientras los presentes se divertían y tenían gratas conversaciones ante la espera de la muy intrigante princesa de Aurelia. Pero en contraste, el príncipe se encontraba en esa habitación muy aburrido, ya que como es de costumbre en ese tipo de eventos, todos aprovechaban su oportunidad para acercarse a él. Después de todo, los nobles querían ganarse su favor para estar en una posición ventajosa una vez tomara la corona, pero a JongDae no le importaba cuántos títulos o bienes poseyeran esas personas, si lo que había en su interior era oscuro y podrido.

Por eso sus amigos, quienes a pesar de las injusticias y corrupción en la corona se mantenían fieles al reino, eran las personas más importantes para JongDae y a quienes iba a favorecer apenas ascendiera al trono, sin importar qué. Mientras tanto debía resignarse a escuchar esas charlas vacías mientras sus amigos estaban demasiado ocupados velando porque los nobles y miembros de la corte estuvieran con sus estómagos llenos. El caballero Park ni siquiera era requerido en esa celebración exclusiva, así que JongDae se encontraba más aburrido aún.

De repente, todo el salón se sumió en un silencio por la llegada del rey y la reina de Audín. La corte entera se inclinó en una reverencia para recibir a sus soberanos gobernantes, quienes con gracia se posicionaron en el centro del salón en dos tronos dorados bañados en joyas. La reina estaba hermosa como siempre, pero ya estaba entrando en una edad adulta, le estaban saliendo arrugas y su piel no era tan brillante como antes, ya su belleza no se podía comparar con la del harén de concubinas del rey. Las jóvenes siguieron a JiHoo en su camino hacia el trono y se posicionaron a su lado, dispuestas a atenderlo en lo que requiriera. Llevaban vestidos algo reveladores; con escotes pronunciados que hacían ver sus pechos mucho más de lo que era aceptado en el protocolo de vestimenta de una señorita. Sin dudas la reina y el príncipe estaban molestos por este hecho, ya que habían acordado que las concubinas no participarían de eventos sociales mientras la princesa Mali estuviera de visita en la nación, pero por supuesto, el rey hace lo que él quiere.

—Nobles ciudadanos de Audín, es un placer tenerlos presentes en este sencillo pero ansiado evento. —Pronunció el rey con solemnidad, indicando que ya todos podían erguirse. JongDae incluso se quiso reír por lo ridículo que le pareció el tono que estaba forzando; quería que lo vieran como un rey elegante, justo y solemne pero aquellos quienes eran cercanos con el rey sabían que no poseía esas características.

—Es un placer para nosotros presentarles a una invitada muy especial. —Esta vez habló la reina, con su típico tono amable y una pequeña sonrisa que adornaba su rostro. Se puso de pie y con su brazo señaló hacia la entrada del salón. —Ella es la princesa Mali Lansang del reino helado de Aurelia.

Al recibir su llamado, las grandes puertas se abrieron y la joven y hermosa mujer cruzó la entrada del salón portando un precioso vestido azul rey, con la falda abombada elaborada de las más finas telas y adornado con pedrería preciosa en la zona de su pecho y torso. Toda la atención se volcó en la joven que caminaba con gracia hacia el trono donde se encontraban sentados los reyes, todos la miraban; excepto una persona, la más importante en ese lugar a decir verdad.

The Only Heir  [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora