Capítulo 1

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Sentada en un trono de oro con incrustaciones de piedras preciosas se encontraba la reina, cuyas manos no paraban de moverse en su regazo, denotando lo ansiosa que se encontraba en ese momento. El rey observó el semblante de su hermosa esposa hastiado, y tomó sus delicadas manos en un apretón demasiado fuerte, que hizo que la mujer detuviera el movimiento y mirara a los ojos de su esposo.

—Detente SunHee, tu nerviosismo perturba mi paciencia. —Dijo el rey con poco tacto y severidad.

La mujer bajó la mirada a sus manos entrelazadas toscamente y tragó saliva.

—Mis disculpas su majestad, no era mi intención perturbarle. —Contestó con sumisión, en voz baja.

—No me interesan tus disculpas. —Escupió bruscamente, rompiendo el contacto de sus manos y mirando hacia otra dirección, restándole importancia. —De todas formas, no logro comprender del todo a qué se debe tanta emoción. No es tu prometida la que está a punto de cruzar esa puerta.

—No, su majestad, no lo es, pero es la prometida de nuestro hijo; el heredero de nuestro legado y futuro rey de Audín. Y por ende, Mali también es la futura reina. —Respondió la reina, levantando la mirada y conservando la seguridad que debía poseer al una monarca.

—He de admitir que tienes razón, pero en dado caso el que debería estar con los nervios a flor de piel es JongDae, quien, por cierto, debería de estar aquí con nosotros. —Dijo el rey con molestia en su voz. —¡BaekHyun! —Bramó enojado. Tan solo unos segundos pasaron cuando el sirviente de cabellos marrones se posicionó ante los reyes y se inclinó en una reverencia elegante.

—¿En qué puedo servirle, su majestad? —Preguntó servicial y elegante.

—Busca al príncipe y tráelo aquí en este instante. —Respondió el rey más serio que lo usual. Normalmente se encontraría rodeado de sus concubinas lleno de risas y buen humor, pero no había ni rastro de las mujeres en el lugar debido a la importante ocasión.  Entonces el muchacho se dio cuenta de cuan enojado debía de estar el hombre en esos momentos.

—Lo que usted ordene, su majestad. —Repitió carente de emoción como hacía todos los días y después de reverenciarse se retiró de la habitación.

Sus pies se movieron ágiles por los pasillos intrincados y lustrosos del palacio, con el pensamiento de matar a JongDae por su imprudencia presente en la cabeza. Aunque no podía culparlo, él era así; un alma libre que odiaba seguir las reglas impuestas por la corona. Era una lástima que su madre no haya engendrado más hijos, convirtiéndolo a él en el único heredero responsable de tomar el trono. No podía evitar lo inevitable.

El eunuco buscaba en las habitaciones reales abriendo puerta y puerta, pero no había ni rastro del príncipe JongDae. Estaba empezando a exasperarse, porque el rey ya se encontraba molesto y eso nunca presagiaba nada bueno. Entonces, se cruzó en el pasillo con uno de los sirvientes reales, no hablaba mucho con él pero sí que habían compartido un par de palabras, y decidió preguntarle a él sobre el paradero de su majestad.

—YiXing. —Jadeó el castaño tratando de recuperar el aliento. El mencionado detuvo su andar para mirarle expectante. —Por favor dime que sabes en dónde está JongDae. —La desesperación se notaba en su voz.

—¿Te refieres al príncipe? —Preguntó sorprendido porque BaekHyun lo haya llamado con su nombre de pila. El castaño asintió con rapidez. —Su alteza se encuentra en el jardín en su práctica de lucha con espada con el caballero Park ChanYeol. —Respondió con amabilidad y el eunuco quiso golpearse en la cabeza por olvidarlo por completo.

Agradeció a YiXing y corrió en dirección contraria a este por el pasillo de mármol, sus pies casi se resbalan en más de una ocasión, pero siempre logró estabilizarse y seguir lo más rápido que su cuerpo le permitiera.

The Only Heir  [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora